¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
❝ You just want attention, you don't want my heart, maybe you just hate the thought of me with someone new ❞
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Isabella's Pov. 8:45. Argentina, "Hogar Rincón de Luz".
— ME ENCONTRABA EN en sillón de el hogar, con un vaso de ponche en mi mano derecha, mientras solo pensaba. Veran, los chicos del hogar hicieron una fiesta nocturna, pero lo único que no me dijeron fue el hecho de que mi exnovio, Barracuda, estaría aquí.
Estaba enojada, bastante, es decir, ¿cómo van a invitar a ese pibe? Si es re molesto, aparte cuando estoy con el solo piensa en fastidiarme, que nene tan pesado.
Gracias a estar tan metida en mis pensamientos, no note como una voz masculina me llamaba.
— ¿Que hace una chica tan linda sola por acá, bailamos? — pregunto un chico rubio mientras me extendía su mano.
Solo sonreí con sutileza en contestamiento, cuando entramos en la pista, empezamos a hablar, a conocernos más, era un chico dulce. Totalmente encantador si me preguntan, pero... Otro rubio seguía en mi mente. Yo simplemente no puedo odiar a Martin, fue mi primer amor, pero el solo quería mi atención, nunca le interesó mi corazón.
Sentía una mirada clavada en mi, era pesada, intentaba voltear a todos lados, saber quién era el misterioso que me acosaba. — Pasa algo? — dijo... Ah, si, Sebastián se llama. Noto como buscaba a alguien así que decidí restarle importancia.
En eso un fuerte grito detonó mi tímpano. — ¿Que haces con mi chica, gil?! — Martín. — Pero para... Si yo le pregunté y me dijo que si, no me dijo que tenía novio — se defendió Sebastián con tono burlón y alzaba sus manos en una forma de rendimiento.
— Y no tengo tampoco! — le aclaré a Sebastián, luego devolví mi mirada hacia Martin. — Y yo no soy "Tu chica", te recuerdo que terminamos hace bastante. — hablé haciendo comillas con mis dedos y con un tono furioso.
Le dedique una ultima cara de decepción para poder caminar hacia la cocina — el lugar más solo de la casa en estos momentos — quería que la tierra me tragase. Típico de Barracuda, siempre me ve con un chico sus celos y posesividad alcanzan el mil, y es raro por qué ya terminamos...
A pocos minutos de haber entrado allí, escuché la puerta chillar.
— Vete y no hagamos este cuento más largo, por favor. — pedí al ver a Martin con un puchero ridículo en su cara.
— Pero... — lo interrumpí de forma egoísta, siendo sincera creo que fui muy dura con el. — Nada de peros, hiciste tremendo papelón allí afuera, no te bastó con humillarme con tus amigos aquella vez? — pregunté sin dejar que respondiera.
— Perdóname, entiendo tú molestia, porque fui un tarado. Soy un bruto, sos tremenda mujer vos, y yo solo te utilice. Pero perdoname, ya fue, volvamos a intentar esto, corazón — dijo el, con una voz manipuladora y un puchero, mientras se acercaba a mí.
Solo me digne a dar vuelta, dándole la espalda mientras servía agua en un vaso. — Te vas a hacer la difícil ahora? Antes no decías lo mismo. — exclamó de nuevo, mientras llevaba una mano descarada a mí cintura.
— Martín basta, no quiero más nada con vos — dije con frustración, lo más extraño es que no quería que se fuera, su tacto en mi cadera era como una golosina, era adicta a el, y nada lo iba a cambiar.
— Mhm? — Respondió con un tono suave mientras dejaba caer su cabeza en mi cuello. — Por favor, Isa, vuelve a ser mia, y te prometo que te haré ser la mujer más feliz. Dame otra oportunidad... — susurro a un nivel audible, mientras sus palabras salían de su boca, solo me limitaba a sentir su respiración en mi cuello.
Cada vez me ponía más nerviosa, su tacto me hacía perder la cordura por completo, cuando sentí que se despegaba de mi lo miré a los ojos.
— No dirás nada? — pregunto nuevamente el, tome sus mejillas mientras sus manos seguían posicionadas en mis caderas, y uni nuestros labios. Se sentía tan bien, que deseé jamás separarme. Lastimosamente el aire no no los permitió.
Nos separamos lentamente con una sonrisa, esperaba de verdad un cambio en el.
Tome su mano cuidadosamente y entrelacé sus dedos con los mios, definitivamente este si es mi novio.
Este si era el chico del cual me enamoré, y no pienso dejarlo ir más nunca.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
