Entre calor y Duda

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El sol implacable quemaba la vasta extensión del desierto, haciendo que cada paso fuera un esfuerzo titánico. Sonic, agotado y cubierto de sudor, sentía que cada grano de arena se pegaba a su cuerpo como si fuera un peso adicional. Blaze, en contraste, avanzaba con firmeza, sus movimientos gráciles e imperturbables, como si el calor no la afectara.

Sonic: Blaze... (jadeando) ¿Tienes... agua? Por favor, dime que trajiste algo.

Blaze giró su cabeza, mirándolo con calma.

Blaze: (Serena) No tengo, Sonic. Esto es un desierto, ¿qué esperabas?

El erizo dejó escapar un suspiro de frustración, limpiándose la frente con la mano. Sus ojos observaron a Blaze con atención, notando algo extraño. Mientras él sentía que se derretía bajo el sol, Blaze parecía totalmente ajena al calor abrasador.

Sonic: (Frunciendo el ceño) Oye... ¿cómo es que no tienes calor? Yo estoy a punto de desmayarme aquí, ¡y tú ni siquiera sudas!

Blaze esbozó una sonrisa ligera, su tono cargado de un toque de orgullo.

Blaze: (Tranquila) Es uno de los beneficios de tener poderes de fuego. Puedo controlar mi temperatura corporal, así que este calor no me afecta.

Sonic bufó, visiblemente envidioso.

Sonic: (Con sarcasmo) ¡Oh, genial! Qué bien por ti, Blaze. Algunos de nosotros solo somos veloces... y terminamos rostizados como un chili dog en una parrilla.

Blaze rió suavemente, pero no respondió. Su mirada volvió al horizonte, buscando algún indicio de agua o refugio, aunque sabía que era una tarea casi imposible. Pasaron las horas, y el agotamiento comenzó a cobrar factura en Sonic. Finalmente, se detuvo, dejando caer su cuerpo sobre la arena ardiente.

Sonic: (Rendido) No puedo más... Blaze, esto es inútil. Nunca vamos a encontrar nada.

Blaze lo observó con una mezcla de impaciencia y preocupación.

Blaze: (Firme) Entonces quédate aquí. Pero yo seguiré avanzando.

Dio unos pasos hacia adelante, pero algo en su interior la detuvo. Miró por encima del hombro, viendo a Sonic tirado en la arena, claramente al borde de su límite. Por un momento, consideró dejarlo atrás, pero el pensamiento desapareció tan rápido como llegó. Había algo más fuerte que su enojo o sus diferencias: su amor por él, aunque Sonic aún no lo supiera.

Blaze: (Resignada) Levántate, Sonic. No voy a dejarte aquí.

El erizo levantó la mirada, sorprendido por las palabras de Blaze.

Sonic: (Con una sonrisa débil) Sabía que no podías vivir sin mí.

Blaze: (Rodando los ojos) No te emociones. Solo porque no quiero cargar con la culpa si te mueres aquí.

Sonic rió suavemente, reuniendo la fuerza suficiente para ponerse de pie. A pesar de su cansancio, no estaba dispuesto a rendirse del todo.

Sonic: (Con determinación) Bueno, si vamos a morir, al menos será juntos.

Blaze no respondió, pero una leve sonrisa apareció en su rostro mientras continuaban caminando.

El sol implacable quemaba sin piedad la superficie del desierto, transformando la arena en un mar hirviente que parecía extenderse infinitamente hacia todos lados. El aire temblaba con un calor tan intenso que hacía difícil incluso respirar. En medio de ese paraje desolado, dos figuras caminaban con determinación: Sonic y Blaze.

No soy el mismo (Sonaze)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora