Parvum Morsu.

Capitulo 3. Olivia

Capitulo 3
Olivia.

No sabía que Olivia seguía viva, según yo ella estaba muerta y creía que me lo habían dicho o mencionado algunas veces, pensé que ella ya no estaba aquí. Pero ni Andrei ni nadie me había dicho que era ella exactamente, supuse que era solamente una simple humana como yo aunque si acababa de morir ella debió ser un vampiro.

Ahora era poco creíble que ella no lo fuera. Mi cabeza estaba revuelta, como si alguien hubiera puesto en mi mente recuerdos que nunca existieron: la mano de Andrei tomando la mano de una mujer que según yo era Olivia; ambos sentados en el jardín de la mansión o en la que es mi recamara. Pensé solo por un instante que ella había llegado a la vida de Andrei de la misma manera que yo lo hice y si ella ya no estaba aquí era por algo y quería saberlo, aunque no fuera mi problema ella era la causa de que Andrei no se permitiera amar después; eso no lo convirtió en un hombre completamente cruel como creí al principio. Él sonreía de verdad solo que con mencionar su nombre su rostro nada más reflejaba dolor y eso a mi me hacía pensar que no la había olvidado aun.

Si podía hacer algo para ayudar un poco más a Andrei lo haría, no importaba el costo que tuviera, además presentía que los Solem tenían mucho que ver con su separación y que ella desapareciera, eso lo podría apostar.

Caminé hasta las escaleras cuando salimos del despacho, nadie mencionó lo que ocurrió con Olivia aunque ya todos en la mansión lo sabían perfectamente y estaba segura de que Andrei no querría hablar de todo esto y se iría directamente a su habitación sin dirigirme la palabra. Tome la decisión de no hablarle tampoco por ahora, no subí las escaleras y salí del castillo ignorándolo también a él.

Por mucho que quisiera ayudarlo en que se sintiera mejor había otros problemas que eran de mayor importancia, problemas que tenía que resolver posiblemente sin ayuda de él ni de nadie más que Matt y el desaparecido de Jeff. No podía confiar en nadie más y aunque confiara nadie me asegura que ellos podrían ayudarme, nadie tiene la vida tan segura como para arriesgarse en algo más grande que los Solem.

Sabía que había algo mucho más grande que ellos de lo que nos tendríamos que proteger y si las cosas seguían así tendríamos que irnos Matt y yo por nuestra cuenta a buscar las respuestas que no encontrábamos en los muros de la mansión.

Caminé hasta la pequeña casa y corrí prácticamente a la laptop que Andrei tenía para uso personal, no tenía contraseña como la de su despacho así que pude entrar fácilmente. Quería buscar acerca de los Solem y las antiguas historias o leyendas de cazadores; después de un rato sin encontrar absolutamente nada que me sirviera escribí Daga de Plata y rápidamente varias paginas de historias de terror aparecieron pero nada más, era una buena señal de lo secreto que era tal club y de que nadie mas que unos cuantos y los del submundo sabía de sus existencia.

Apague la laptop y caminé hasta la cocina, tomé un par de galletas de una caja y subí las escaleras para relajarme un poco sin nada de información obtenida y poder estar bien preparada para el viaje con Matt de mañana por lo menos.

***

Estaba lista para ir con Matt a La daga de plata, no sabía que podríamos encontrarnos en aquel club solo teníamos nuestra intuición para poder llegar hasta allí sin querer regresarnos a mitad de camino.

Solté un suspiro mientras bebía de mi café, la casita seguía exactamente igual a como lucía antes y el cuadro que había regalado a Andrei seguía ahí; la niña del vestido azul parecía mucho mas feliz que antes pero solo era porque yo no lo estaba ahora y todo parecía ser mucho más alegre que yo. Sentí una presencia cerca de mí y supe que era Tomas.

—Andrei viene a verla—Me dijo. — ¿Le digo que sigue dormida?—

—Es su casa Tomas, no la mía. No puedo negarle entrar porque aunque siga dormida entrará—Respondí con una sonrisa.