1. ¿No te gustan los misterios?

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Narra Holland

Como cada año, me dirigía a la Gran Ciudad de nuestro país, para visitar la Old Mystery London, una reunión para los grandes forofos del misterio entre otros.

Pero antes de llegar a Londres, tenía que coger un tren desde Yorkshire, el viaje duraba unas horas, pero como no quedaban asientos libres, tuve que tomar un tren turista, de esos que llevan sus compartimentos privados, los que salen en las pelis de los 80/90.

El segundo tren que me disponía a tomar haría alguna que otra parada, en vez de ser directo, por lo tanto estaré más horas.

Nada más entrar empecé a buscar un compartimento libre, dando vueltas por todo el tren rogando que hubiera un compartimento libre. No es que le tuviera miedo o manía a la gente, es que simplemente era demasiado friki y no me apetecía tener que lidiar con las miradas despectivas de la gente, ya que no era (ni lo es ahora) típico ver a niñas de 15 años leyendo libros de Sir Arthur Conan Doyle, entre otros por el estilo. En ese entonces lo típico en la gente de mi edad era ver un libro y automáticamente despertar en el interior los instintos más primarios posibles, y cuando digo primarios, quiero decir pirómanos.

Más de dos e incluso tres veces tuve que disculparme por golpear a la gente con mi sencilla mochila marrón, la cual, a pesar de no ser muy grande, parecía enorme debido a que estaba tan llena que parecía que fuera a explotar. Dentro tenía mi cuaderno marrón con un toque un poco antiguo donde apuntaba todas mis aventuras (de momento sólo tenía la vez que me perdí en un centro comercial de Londres cuando tenía 7 años), un estuche con bolígrafos también tenía una pequeña brújula, un mapa que sinceramente no sabía de dónde era, un reproductor de música con los respectivos auriculares, el teléfono móvil, la cartera y una cantimplora.

Después de que el tren se hubiese puesto en marcha ya habían pasado 10 minutos y yo seguía sin encontrar un compartimento libre. Entonces encontré uno, en el que sólo había una mujer, de pelo castaño, no muy largo, con ojos marrones y unas finas gafas, no parecía ser muy alta, también era delgada, llevaba unos jeans azules largos, una cazadora marrón con una camisa blanca debajo y unos zapatos negros muy femeninos. Estaba leyendo un periódico. Cuando entré en el compartimento bajó su periódico y se quitó las gafas, se quedó mirándome.

-Perdón, siento las molestias, -le dije yo, con una sonrisa con tal de parecer lo más simpática y amable posible,- no quedan compartimentos vacíos, ¿le importa si me quedo aquí? No le causaré molestias. -Parecía muy seria, que de hecho, lo era, pero no era el típico ogro.

-Claro, siéntate, -me dijo ella muy amable, la verdad es que esperaba una mirada despectiva por su parte.

-Soy Holland Hale, vengo de Yorkshire, encantada. -La mujer se quedó mirándome, y entonces se decidió por contestarme.

-Es obvio que vienes de Yorkshire, en tu pasaporte lo pone, aparte de tener un acento peculiar... -En ese momento no sabía qué hacer, ¿cómo diablos había visto mi pasaporte? Creo que por mi cara adivinó en qué pensaba- tu pasaporte se ha caído, está en el suelo. Aparte de que has subido en la última parada y la última parada era en Yorkshire, a no ser que hayas llegado andando desde... quién sabe, Sheffield, Birmingham... Cómo digo yo, es un puzzle de dos piezas.

Me agaché a recoger mi pasaporte, vaya, esta mujer era lista, -Gracias... Vaya, Ud me ha recordado al famoso detective Alice Adler, es muy inteligente... Déjeme adivinar, Ud viene de Plymouth, ¿no? Ya que ahora estaba leyendo el diario local de allí, el New Notice Now. -Al parecer ella también se sorprendió de mi asombrosa deducción.

-Vaya, ¿tú también quieres ser detective, no?

-Sí, quisiera ser en un futuro cómo Alice.

-Alice es un gran detective, el mejor sin duda. Soy Evanna Edwards.

Narra Alice

Cogí un tren para dirigirme a una reunión para los grandes forofos del misterio, detectives de prestigio... el Old Mystery London, obviamente en Londres. Me había enterado de esta reunión en una página web, en la que los fans suelen colgar los misterios que resuelve la polícia con mi ayuda, otros casos misteriosos que salen en las noticias o en los periódicos y toda clase de artículos que puedan interesar a los fans incondicionales del misterio, y pensé; "¿Cómo me lo voy a perder?" Por suerte, encontré un compartimento libre, me hizo mucha gracia porque el compartimento se parecía al del tren de la película de Harry Potter, pensé "¿Me encontraré con alguien como Harry se encontró con Ron?". Dejé mi bolso a un lado del asiento y vi que había un periódico en el otro asiento. Como no tenía nada que hacer, ya que me había dejado en casa mis libros, novelas y mangas de misterio, empecé a leerlo y hacer los sudokus que había en él.

Diez minutos después de que el tren se pusiera en marcha abrió la puerta del compartimento un muchacha de unos 15 años. Cuando entró se quedó observándome de arriba a abajo unos segundos, como yo hice con ella. Ella llevaba una camiseta larga de manga corta amarilla con un dibujo de una lupa en el centro, unos leggins azules oscuros casi negros, (como el título de la película) y unas zapatillas de la marca Converse negras. Llevaba en su espalda una mochila marrón pequeña pero llena hasta reventar, en un bolsillo exterior de la mochila llevaba su pasaporte.

-Perdón, siento las molestias, -me dijo, con una sonrisa lo más amable posible, y parecía tener un acento de Yorkshire- no quedan compartimentos vacíos, ¿le importa si me quedo aquí? No le causaré molestias.

-Claro, siéntate, -le dije, intentando ser simpática.

-Soy Holland Hale, encantada, vengo de Yorkshire -dijo ella.

Cuando se quitó la mochila se le cayó el pasaporte, como al caerse se quedó abierto vi que en efecto, ella era de Yorkshire. Ella se agachó y recogió el pasaporte, dándome las gracias. Al igual que yo, ella descubrió de dónde venía.

Estuvimos hablando un rato, me explicó su admiración hacia Alice Adler.

-Alice es un gran detective, el mejor sin duda. -Le dije yo- soy Evanna Edwards.

Al rato de estar en silencio, ella rompió el silencio:

-¿Cuando acabe de leer el periódico, me lo podría dejar? Me gustaría leer la sección de sucesos. -Me dijo amablemente.

-Claro, pero... ¿Por qué quieres leer esa sección en especial? -le pregunté con curiosidad.

-Aunque suena raro o friki, como suelen decir mis amigos del instituto cuando descubrieron que me gusta leer libros de Sir Arthur Conan Doyle, me encantan los misterios, los casos, las novelas policiacas, etc. -Respondió ella.

-¡Entonces creo que nos llevaremos muy, muy, muuuy bien!- dije con una gran sonrisa.- Amo los misterios, me encanta resolverlos y odio dejar interrogantes sueltos.

-Jajaja. -Se rió- Sí, creo que nos llevaremos bien.

Narra Holland

Estábamos en mitad de una amena charla sobre nuestros tan parecidos gustos cuando de repente se escuchó un enorme grito que llenó la inmensidad del tren.

-¿Qué ha sido eso? -Pregunté exaltada.

-¿No te gustan los misterios? -Me preguntó ella mientras doblaba su periódico y lo dejaba a un lado.

-Creo que no estoy preparada para afrontarlos todavía. -Le dije yo, medio sorprendida, medio asustada.

-Gusto en conocerte, Holland, -y salió corriendo del compartimento en dirección al grito.


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¡Hola! ¡Gracias por leer! Esta es nuestra primera historia juntas, ¡esperamos que os guste!

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Besoooos

Nerea y Lucía <3

Alice & HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora