Héroe a la luz del día

XIX

Izuku y Mirko estaban de patrulla cuando sucedió. Los edificios explotaron, los Nomus arrasaron la ciudad y reinó el caos. "¡Vamos, niña, tenemos que ayudar!", dijo Miruko, frunciendo el ceño mientras perseguía a un Nomu. Izuku se movió para seguirla, pero vio algo. La silueta de Iida corriendo hacia algo. Tenía que ser Stain.

-Lo siento, Mirko -gritó Izuku, llamando la atención de la heroína mientras pateaba a un Nomu al suelo-. ¡Tengo que irme! ¡Hay algo que solo yo puedo hacer! Miruko lo observó durante unos segundos, aplastando el esternón del Nomu con su pie. Finalmente asintió. -¡Vete! ¡Te doy permiso para usar tu don, solo envíame un mensaje de texto con tu ubicación para que pueda enviar refuerzos! Izuku asintió y se apresuró, transformándose en Legión para moverse más rápido.

Iida estaba tirado en el suelo, el corte en su costado le escocía. No podía moverse. Desde que el Asesino de Héroes lo había cortado, estaba congelado en el suelo. Su don debía funcionar con sangre, ya que el villano la había lamido de la hoja. "¡Heriste a mi hermano!", gritó Iida. "¡Era un buen hombre! ¡Solo quería ayudar a quienes lo rodeaban!"

El hombre se acercó al chico y lo miró con el odio de cien estrellas. Se agachó junto a Iida y giró la cara para mirarlo. "Tu hermano estaba equivocado. Era débil. No debería haber sido un héroe, así que lo detuve. Ahora te detendré a ti". Stain se levantó y colocó su espada sobre la espalda de Iida. Levantó el arma y estaba a punto de apuñalar al chico cuando sus instintos le gritaron que se moviera.

Se desvió hacia la izquierda y una espada silbó en el aire. De pie sobre Iida había una mujer fantasmal. Su cabello negro flotaba como si estuviera bajo el agua, las vendas blancas en su pecho protegían su modestia, pero su piel era de un azul enfermizo. Se retorció y se estremeció, su rostro miró fijamente al Asesino de Héroes. La espada que sostenía la mujer pareció doblarse sobre sí misma y sobresalió del dorso de su mano derecha.

La mujer se estremeció una vez más antes de adoptar una forma familiar. "Te dije que me avisaras cuando fueras a pelear con él", dijo Izuku, mirando al chico. La boca de Iida se abrió mientras Izuku escribía algo en su teléfono con indiferencia.

-¡No deberías apartar la mirada, muchacho! -dijo Stain, blandiendo su espada hacia el adolescente que enviaba mensajes de texto. Izuku atrapó la espada, envió el mensaje y guardó su teléfono antes de mirar al villano-. ¿Te importa? Le haré saber a mi tutor que estoy a salvo. El Asesino de Héroes se quedó sin palabras. Su boca se abrió y miró al chico como si acabara de insultar a su madre.

El adolescente golpeó con la palma de la mano la cara del hombre, donde debería haber estado su nariz, y se volvió hacia su amigo paralizado. "En serio, no podría haberle avisado a un tipo, ¿eh? Como sea. Terminemos con esto de una vez". La misma espada que tenía la mujer apareció en su mano, lista para la acción.

Stain lo cortó, pero esta vez la espada lo atravesó por completo. El hombre se detuvo tambaleándose y miró confundido su espada cuando sus instintos le dijeron que esquivara. Se agachó cuando la espada del chico cortó el aire sobre él. Blandió su propia arma hacia el adolescente, pero Izuku simplemente paró su golpe, su rostro parecía aburrido.

-¡¿Cómo?! -rugió el Asesino de Héroes-. ¡¿Cómo estás tan tranquilo?! -Izuku bostezó y volvió a blandir su espada hacia el hombre-. Me he enfrentado a asesinos en serie desde que tenía 9 años. Te cansas bastante rápido. -Esto hizo que el hombre se congelara. -Estoy trabajando para conseguir terapia, es muy caro -dijo Izuku, abalanzándose sobre el asesino.

Chocaron sus espadas de nuevo, intercambiando golpes varias veces. Sus armas chocaron y tintinearon. Obviamente este chico era experto en el manejo de la espada. El adolescente se quedó paralizado como lo había hecho antes, y Stain saltó lejos de donde estaba parado, con la esperanza de tomar al chico desprevenido. Soltó un grito cuando la espada le cortó el costado.