Dos

816 77 7
                                    

Luke ingresó a la habitación donde se encontraba Rosaline en su rostro estaba impresa una sonrisa de oreja a oreja, no paraba de agradecerle a Dios por aquella hermosura que tenía en sus manos.
—¿Cómo siguen mis princesas?—susurró Luke apoyándose junto a las dos, el rostro de su hija descansaba sobre los pechos de Rosaline, era hermosa.
—Perfectamente, ¿Qué nombre le pondremos?
—¿No habíamos decidido que Leah?—preguntó mientras se colocaba de pie. 
—Entonces será Leah ¿A donde vas?—cuestionó a Luke cuando lo observó saliendo de la habitación.
—Olvidé algo en la sala de parto, no me tardo.
¡DIABLOS!, pensó, había olvidado algo muy importante en la sala de parto. Cuando ingresó llevaba en sus manos varios catálogos de hogar, necesitanban escoger artículos para Leah, eso lo sabía.
Cuando finalmente lo encontró,  decidió llegar nuevamente a ver a Rosaline.
—Mira lo que tengo aquí—susurró mientras ingresaba.
—¿Qué?—preguntó con intriga—. ¡Oh por Dios se un catalogo de compras!
—Sí,  sé cuánto amas las compras, elige lo que quieras yo pago.
—¿Enserio?
—¿Por qué no? Lo único que quiero es que ustedes sean felices.
—Tú siempre nos harás feliz, Luke.
—Pues...
—¿Qué pasa?
—Debemos hablar, Rosaline—susurró y luego se agachó para besar sus labios. 
—Bien ¿De qué quieres hablar?, me asusta hasta la muerda que digas mi nombre completo—rió un poco,  pero él no.
—Seré directo.
—Está bien. 
—¿Alguna vez lo hicimos?
Él,  no, preguntó, eso. Sí Rosaline, sí lo hizo.
—Pues..—sus mejillas ardían—. Pensé que lo recordabas y no le habías dado importancia. 
—¡DIOS MÍO ROSS! ¡TE FOLLE Y NI SIQUIERA PUEDO RECORDARLO! ¡ROSALINE RUSSÓ! ¿CÓMO SE RESPIRA?—dijo mientras se reía.  —¡Silencio Luke, la despiertas!—dijo Ross también riendo.
—No seas tan exagerado, lo hicimos y todo el tiempo este bebé fue tuyo, eso me hace sentir feliz.
—¿Cuando lo hicimos?
—Pues... Dos días después de que estuve con Drew me invitaste a salir, comimos, tomamos y cuando llegamos a mi casa simplemente sucedió.
—¿Por qué no puedo recordarlo?
—Es que... Esta es la parte difícil,  Luke.
—Igual quiero saberlo.
—¿Pero me perdonas?
—Oh Dios santo, Rosaline ¿Qué hiciste?
—¡Lo leí en un libro!
—¿Qué pasó?
—Quería intentarlo en el garaje y pues...
—¿Qué?
—Pues... Estábamos muy desesperados como para entrar en el carro,  lo hicimos sobre el carro y... Te caíste,  te desmayaste, Luke.
—¡OH DIOS SANTO, ROSALINE!

Invisible Ross (#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora