Capítulo 40: mapa de Platón
MAXIMILIAN HOFMANN
Debí haber sabido que esos hijos de puta harían algo así. Debí de estar un maldito paso adelante. Creí como un idiota novato que lo tenía todo controlado, lo que no tomé como previsión era que pudiera haber un infiltrado por parte de los terroristas entre nosotros. Ellos nos pisaban los talones porque sabían que íbamos por un tesoro, los Giraffen eran una maldita piedra en el zapato.
Solo tardé un segundo en recuperarme de la explosión, tomé la Ametralladora M60 que cargaba en la espalda mientras me levantaba en medio del espeso humo negro y empecé a disparar a los encapuchado que nos habían emboscado, venían como si fueran una manada, parecían estar en todos lados, corrí entre los arbustos y le volé la cabeza a uno que quiso dispararle a alguien de mi equipo y cuando cayó vi más allá de él a la doctora Clark.
Algo dentro de mí se paralizó por unos segundos cuando vi a uno de los terroristas apuntarle en la cabeza, Donovan que estaba a su lado reaccionó y la apartó enfrentando al encapuchado pero su valentía no duró mucho cuando el encapuchado le dio con el mango de la pistola directo en la cabeza encima de su ridículo sombrero y Donovan cayó al piso aturdido, el encapuchado tomó la muñeca de Jana y la intentó arrastrar con él.
Nadie la toca.
Apunté y le volé la cabeza, la sangre salpicado él rostro de Jana y ella gritó sobresaltada, fui hacia ella y la tomé de las muñecas para hacerla reaccionar, sus ojos esmeraldas se fijaron en mí pareciendo aturdida.
—¿Estás bien? —grité para hacerme escuchar sobre el caos.
—Sí —tragó pesadamente saliva—, dame un arma.
Fruncí el ceño sin saber si había escuchado bien y ella repitió diciendo:
—¡Dame un arma, comandante!
Esta mujer no dejaba de sorprenderme, tenía muchas agallas, más que exigir que la protegiera, me pedía que le diera algo para defenderse.
Saqué una PMR-30 de mi cinturón.
—Esta te enseñé a usarla —dije—, son 30 disparos, ¡no los desperdicies!
Ella la tomó de mi mano y corrió empezando a dispararle a todos los terroristas que se le atravesaron por el medio, antes de que le dijera que no se despegara de mi lado. Ni siquiera le importó ver si Donovan que estaba desmayado en el suelo se encontraba bien.
Si a ella no le importaba a mí menos.
Estuve un nanosegundo observándola sorprendido pero luego reaccioné cuando una bala me rozó el maldito brazo. Voltee disparando al hijo de puta que quería balearme directo en el pecho y corrí entre el humo. Vi al coronel Freddy Hill luchando a puño cerrado con uno de ellos.
Corrí a ayudarlo y apunté, pero Freddy le dio un golpe al terrorista que lo hizo caerse y justo en el momento que cayó al suelo una bomba explotó haciendo que incluso yo me impulsara hacia atrás.
Mierda.
Cuando logré estabilizarme, estreché los ojos sintiendolos arder de la irritación y no logré ver más que cuerpos ensangrentados por el suelo mientras corría buscando a Freddy.
—¡JODER! —Grité sin aliento— ¡¿FREDDY?!
Temblé al ver un cadáver en el suelo con el uniforme camuflajeado, pero cuando estaba a punto de voltearlo con la punta del pie para identificarlo, escuché que gritaron:
—Aquí estoy yo —salió de detrás de una piedra cubierto de tierra y pólvora tosiendo un poco, aún así me sonrió ampliamente— sabía que me querías.

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Perdición (+21) #1
ActionCuando Jana, una talentosa y apasionada arqueóloga, es elegida para un proyecto de exploración por el gobierno, no imagina que esta misión cambiará su vida para siempre cuando conoce al comandante Maximilian Hofmann; el prometido de la mejor amiga d...