"Capítulo uno"

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-¡Bill es hora, levántate de esa cama!-Manifestó mi madre Simone delante mío-

-Aún es temprano -Le exclamé perezoso, me disgustaba que me despertarán minutos antes de que la alarma de mi celular sonara-

-Ya losé pero hoy no es un día común.

-¿Qué lo hace ser diferente?

-¡Es enserio! -Flash, flash, flash, mamá me ocasionaría una ceguera con su cámara -tu cumpleaños.

-No lo recordaba... -Me senté apático-

-Que memoria tan olvidadiza cariño -Mamá con una sonrisa agarró una caja mediana envuelta en papel metalizado de mi escritorio- Ten es para ti, abrelo -Fruncí el ceño y cogi el obsequio, ella detestaba dar regalos por lo que que para mi era bastante extraño, lo desenvolví y encontré una gran sorpresa ¡un kit de maquillaje que contenía delineadores, sombras, bases y polvos de la marca Mac!-

-¿Te ha gustado?-Abstraída jugueteaba con sus dedos a entrecruzarlos aguardando mi respuesta-

-Woaw me ha fascinado -Murmuré revisando lo que incluía- solo que, ¿no estás en contra de que utilice cosméticos?

-Ya no, desde el día de hoy me esforzaré en tratar de aceptar tus gustos. -Impresionado me alegré por la situación- Bueno iré a bajo a preparar el desayuno, haré algo especial porque nunca se cumplen diecisiete años. No tardes, ¿bien?-En ese preciso instante salió de mi cuarto, ¿estaré soñando?-

Mi madre todavía conserva la idea de que un hombre no puede realizar lo mismo que una mujer o viceversa, motivo por el cual me rechaza constantemente.

Mi nombre es Bill Kaulitz, el chico que siempre suelen confundir con una chica por mis rasgos finos, forma de expresarme y hablar. Soy alto, tengo una complexión muy delgada y un excelente gusto por la moda; en especial por Dior y Channel. Mantengo una larga cabellera sedosa negra además de un rostro pálido libre de imperfecciones que la mayoría de gente dice que una chica de mi edad desearía tener.

-Baje las escaleras que conducian a la planta baja, estaba consciente de que me esperaba un agotador día. Busque a mi madre & no la encontre, lo sabia, estaria otra vez en su cuarto deprimida llorando como cada año. Al menos esta vez se esforzo & fue más creíble & duradera su actuación. Le di vuelta a la manija de la puerta & sali de casa, pare un taxi en la avenida principal de mi unidad para que me llevara al colegio-

Me resulta complicado aceptar la grave depresión que mamá posee. e es complicado asimilar el trastorno que mi madre posee apartir del extravío de mi hermano gemelo. Debería captar la posición en la que esta & unicamente ampararla.

-¿Podría dejarme aqui?-Me dirigi al taxista & este se orillo-Quedese con el cambio por favor ¡gracias!-Descendi del auto a tres cuadras antes para no tomarme la sutil molestia de esperar en la aula que me correspondía solo.Aproveche el tiempo que me restaba para pasar a una cafeteria que quedaba a unos cuantos metros de mi destino, preferia más este local que aquel que estaba dentro de mi colegio, por que el servicio que daban era muy diferente & mil veces mejor al igual que el capuchino que preparaban-

-¡Mierda es tarde!-Susurré cuando caminaba hacia la puerta del salón de clases que me correspondía-

-Pero miren a quien tenemos aquí, el maricón de Kaulitz -Dijo detrás mio el ser más insoportable que cualquier persona pueda conocer, Tom Maschwitz-

Tom se dedicaba diariamente a acosarme junto con sus amigos. Su odio hacía a mi se debía por dos estúpidas razones, una por mi porte afeminado y la otra porque tiempo atrás derramé accidentalmente un chocolate caliente en él. Es un tío con un ego altísimo por lo que piensa que es superior al resto, lo caracteriza un cuerpo musculoso y definido, su ropa diez veces más grande que él y sus rastas color castaño con rubio. Se distingue entre el restó de los chicos por su físico atractivo.

-Deja de ser tan patético por favor -Suspiré caminando hasta que sentí una lata golpear mi cabeza, enfurecido me di la vuelta- ¿Qué cojones te pasa? -Le grité fuertemente-

-¡Hey cuidado baja tu tono de voz! -Se acercó a mi y me empujó, en ese instante no tolere más, tiré mi mochila al suelo y le di una bofetada-

-Aprende a respetarme de una vez por todas Maschwitz -Sin esperármelo me dio un gran puñetazo que ocasionó que quedará inmediatamente inconsciente. Al despertar, estaba en la enfermería acostado sobre una camilla con una bolsa de hielo en la cara, me rodeaba mi director y Tom-

-¿Se encuentra bien joven Kaulitz?

-Ahh si -Acaricié mi mejilla derecha mientras me quejaba por el inmenso dolor que sentía, Tom evitaba partirse de risa-

-Eso no es lo que dice ese enorme moretón, pero en fin. Quería informarles que yo y trabajo social hemos llegado a un acuerdo.

-¿De qué habla?

-Le explicaré, desde hace mucho tiempo he recibido infinidad de reportes por parte de todos sus profesores acerca de las peleas y discusiones que ambos regularmente tienen. Queremos tratar de ayudar a disminuir estos problemas y que al menos se lleven un poco mejor.

-¿Y eso qué significa? -Pregunté intrigado-

-Ustedes dos trabajarán en un proyecto en el cual convivirán cinco horas al día durante un mes fuera de esta institución.

-¿Qué? -Dijimos Tom y yo al unísono-

-Tal y como escucharon. Debo retirarme, requieren de mi presencia en la dirección. Joven Maschwitz vaya a clase, no quiero que pierda más clases de las que no asistió y usted Kaulitz espere media hora aquí.

Tell Me You Love MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora