CAPÍTULO 1.
Al mudarnos a California todo se hizo mas complicado de lo que era antes en Londres.
Mis padres empezaron a flojear de dinero y apenas llegaban a fin de mes.Me obligaron a vender mis cosas para poder pagar las facturas.
Me aterraba la idea de empezar aquí el instituto, a volver a ser criticada y amenazada como lo era en Londres, solo de pensarlo de me ponían los pelos de punta, no quería volver a pasar por eso, no una vez más.
Intentaba tener esa pequeña esperanza de no volver a pasar lo mismo, de que mis compañeros me aceptasen por lo que soy.
Empezamos a colocar las cajas de
la mudanza en las habitaciones, pero todavía no se cual es la mía, asique le pregunto a mi madre.-Mamá, ¿Cual es mi habitación? digo.
Mi madre me señala una habitación muy grande y espaciosa, y me dice,-April, puedes decorarla como desees.
Me dispongo a sonreír pero en realidad no estoy contenta, solo de pensar que mañana empezare mi primer día de instituto
CAPÍTULO 2Y llegó ese horrible momento en que encima no solo tengo que enfrentarme a las risas y criticas de mis nuevos compañeros, que tambien tengo que levantarme temprano por algo que no merece la pena, en fin....
Me dispongo a levantarme, me estiro y me lavo la cara pasados diez minutos, me visto, me pongo una camiseta negra de ACDC, unos pantalones de cuero negro ajustados y unas botas altas negras, después de mirarme en el espejo y sentirme satisfecha conmigo misma, voy al baño a maquillarme me pongo un poco de base con color, para tapar los granitos que me salieron este año, también pongo un poco de rímel en mis cortas pestañas y me pinto el lyner negro, después de estar lista, bajo las escaleras del pequeño piso y voy hacía la cocina.
-April, ¡ya te has levantado! Alfin.., te he hecho el desayuno. Dice mi madre.
Miro la lujosa mesa de mármol que hay en la cocina, puedo observar que hay dos tostadas con mantequilla y mermeladada de fresa, también hay un zumo de naranja natural y un delicioso Colacao. Me siento en la silla y me pongo a desayunar.
Llegó la hora, llegó la hora de preparar la mochila dar un beso a mi papá y mi mamá y salir de casa directa hacía el instituto, hacía ese edificio tan horrible.
Después de un buen rato andando puedo observar que las miradas de la gente se van posando en mi, en mi forma de vestir, en lo que hay por fuera de mi, en mi físico.
No le tomo mucha importancia, hasta que llego al instituto y empiezo a subir las escaleras sin ningún rumbo fijo, porque ni siquiera se a donde se va a la clase de 3°B, en ese momento es cuando empiezo a oír risas e insultos, mis lágrimas gritan por salir, me empiezan a quemar en la garganta y hay es cuando una lágrima traicionera empieza a derramarse por mi mejilla, pero no lloro por que me insulten o se rían de mi sino porque voy a tener que estar otro jodido año aguantando la misma mierda.
CAPÍTULO 3.
Ya estoy dentro, me dispongo a preguntar a chavales que van pasando por los pasillos.
- ¿perdona?¿perdon? ¿hola?
La gente me mira con cara extraña y puedo notar como van llendo más rápido según les pregunto.Hasta que doy con un chaval con mi mismo estilo de vestir y le pregunto, -perdona, sabes donde esta es despacho del director? el chico no dice palabra alguna y me señala una pequeña sala amarilla a lo lejos, total, le doy las gracias y avanzo hasta allí.
Estoy a punto de entrar al pequeño despacho, y me congelo cuando veo que un señor alto, con un largo bigote gris y un poco regordete, se acerca a mi.
-señorita, ¿Qué haces todavía en los pasillos?,me dice.
Le respondo que soy nueva y que nose donde esta mi nueva clase.Entonces coloca una de sus manos en mi hombro derechos me dice,
-te acompañare a tu clase.
-Muchas gracias, señor director.
-pero antes me tendrás que decir cual es tu clase, señorita.
3B, le respondo.Nos disponemos a andar por los largos pasillos hasta que llegamos a la clase de 3B, a la odiosa clase de 3B.
El director da dos toques a la puerta y entra a la clase, anuncia de que los compañeros tienen una nueva compañera, y en ese momento es cuando el director me da dos palmaditas en mi hombro y me dispongo a entrar.
CAPÍTULO 4.
Al entrar a clase el director me presenta a mi nueva profesora, Clara.
También me presenta a mis nuevos compañeros, todos me están mirando y de pronto noto como mis mejillas se enrojecen poco a poco por la vergüenza.
Todos se ríen, y dicen comentarios poco agradables, el director y la profesora hacen un gesto para que se callen, y lo hacen.
Clara, la profesora me guía hasta un pupitre en el que me sentare el resto del año, me siento y dejo mi mochila en el respaldo.La profesora empieza a explicarme lo que va a suceder el resto de año, el aprendizaje, los libros...
Continua la clase con normalidad y trato de concentrarme todo lo que puedo, cuando, algunos de mis compañeros empiezan a lanzarme bolas de papel, pequeños trozo de goma de borrar y hasta "aviones de papel" que nose porque los laman así porque para mi, nose parece en nada a un avión, en fin...
Comienza el recreo y me dispongo a recoger todas mis cosas, cuando, en mi mochila veo una nota, la desdoblo y leo.
"Hola April, soy Guille, un chico de tu clase me gusta tu estilo y me gustaría conozerte mejor, ¿Que te parece que quedemos en el parque principal a las 17:00, gracias por leer mi nota, porfavor no faltes."
Me sorprende que alguien haya metido esta carta en mi mochila pero la vuelvo a leer una y otra vez para tenerlo claro y si, pone mi nombre al principio, me siento un poco confusa y lo único que pasa por mi cabeza es que este chaval esta burlándose de mi, y al principio me afecta y me síento dolida, pero luego, empiezo a estar furiosa de pensar que alguien se esta riendo de mi de esta forma, el pensar que voy y que no aparezca nadie, y que ese chico este escondido en alguna parte riéndose de mi.
Salgo de la clase de las últimas y me siento en un banco de recreo a esperar esos odiosos quince minutos.
Suena la campana de entrada a clase y entro con tal rapidez que nisiquiera soy consciente de ello, me siento en mi mesa y empiezo a mirar hacia mi alrededor, para saber de alguna manera quien a sido el gracioso de la nota, no lo descubro, y sin darme cuenta ya han pasado las seis horas de instituto.