Abecedario NaLu

B de Barco

Antes quiero recordar que estos son One-Shots sin relación alguna entre ellos, por lo que, la historia puede cambiar de uno al otro. Sin más que agregar les debo unas disculpas ¡Disfruten!

Lucy sabía lo mucho que Natsu odiaba los transportes, por lo que intentaba que cada vez que tenían que tomar uno el viaje sea lo más corto posible o al menos, que Natsu estuviera inconsciente durante este.

Pero lo que Lucy no sabía era que Natsu si odiaba los transportes, pero no todos. En la mente del pelirrosado el barco no significaba algo malo, sino otra cosa, los barcos le eran nostálgicos. Y su nostalgia estaba bien fundamentada, muchas de las cosas más importantes que recuerda tienen lugar en un barco.

Cuando viajó con el Maestro por primera vez, por ejemplo:

El abuelo había seleccionado especialmente a Natsu para viajar con él a esa isla extraña para sellar un trato, allí fue cuando el gremio descubrió su mareo en los transportes.

Mientras joven y adulto ingresaban al barco, el más pequeño tuvo un mareo repentino y cayó al suelo con la frente tintada de azul.

Natsu recordaba que el Maestro se había preocupado mucho hasta que descubrieron que eso le pasaba con todos los vehículos, también apreciaba que mientras estaba adolorido Makarov había aprovechado para hablarle, contarle historias de Gildarts y de él mismo y para decirle lo importante que era en el gremio.

"- Natsu, puede que en este momento te sientas triste o algo parecido por la desaparición de Igneel, pero te prometo que mientras estés en el gremio todos te ayudaremos, no sólo a encontrarlo, sino a volverte el mejor mago de fuego de la historia ¡Porque para eso está la familia!-"

El dragón slayer había llorado y había abrazado al abuelo, comenzando a sentir un orgullo inmenso por Fairy Tail.

O cuando salvó a Lucy de ese impostor en Haregon:

Ese momento en su vida fue especial, porque había sentido una pequeña angustia presente en su pecho cuando descubrió a Lucy allí, en peligro. La había visto en cuanto destruyó el techo del barco y su corazón palpitó más fuerte, luego cayó por el mareo, pero la sensación seguía allí.

Al final había tenido que salir del barco para luchar, pero nunca, jamás olvidaría que allí fue cuando se propuso llevarse a Lucy consigo a Fairy Tail, y joder que había tomado una de las mejores decisiones de su vida en un barco.

Tal vez cuando se besaron por primera vez:

Su primer beso juntos fue de lo más divertido para sus compañeros de gremio, pero para ellos fue la causa por la que replantearon toda su amistad y demás por varios días, llegando ambos a la conclusión de que el tiempo ya diría que era.

Habían ido a hacer una misión junto a Gray, Erza y Happy, y, para desgracia del mago de fuego, tenían que ir en barco sin lugar a dudas.

Natsu había entrado al "transporte del mal" y se tiró al suelo, esperando con mucho dolor a que todo terminara, luego, el resto subió y Lucy se situó al lado de el pelirrosado, acariciando sus cabellos. Natsu se quedó inevitablemente dormido y cuando despertó, Lucy estaba parada hablando con Erza de postres, por lo que rió un poco y decidió ponerse de pie, cosa que no fue una buena idea, ya que el barco se movió ligeramente y Natsu, con su poca estabilidad en los transportes, cayó sobre Lucy, siendo acogido con mucha suerte sobre los labios de esta.

Ambos estuvieron callados, inmóviles y sonrojados por unos momentos, hasta que lentamente se separaron, con sus caras ardiendo cual tomates y sus amigos riéndose de ellos a más no poder.

Luego de eso llegaron, realizaron con éxito el trabajo y volvieron al gremio, donde Gray, Erza y Happy les contaron la historia prácticamente a toda Magnolia, haciéndoles pasar momentos muy bochornosos, que aún se les recuerda en el día a día.

Y cómo olvidar la vez que tuvieron a su primer hijo:

Volvían de una misión a casa, Lucy llevaba ya ocho meses y medio de embarazo y, por más que los del gremio habían renegado, nadie pudo hacerle cambiar de opinión, ella iría, quisieran o no.

Todo había sido un éxito (aunque Natsu la había sobreprotegido todo el día), por lo que volvieron a casa en el primer barco que encontraron. Pero algo pasó, Lucy comenzó a tener contracciones cada vez más constantes y Natsu se mareó aún más de lo que estaba. Rápidamente este tomó el control de la situación y su mareo pareció desaparecer, despertó a Wendy y a sus compañeros de equipo y entre todos reunieron lo necesario para un parto de emergencia. El pelirrosado estaba tan confundido, pero por fuera sólo tranquilizaba a su esposa y le comentaba estupideces para distraerla mientras ella pujaba.

Wendy hizo un trabajo estupendo y ellos al fin pudieron ver a su hijo, a quien llamaron Draco. Lucy lo sostuvo primero y lo detalló con la emoción reflejada en sus ojos, tenía el cabello rubio como ella, pero en el resto era idéntico a su padre, los ojos jade destacaban más que el resto. Luego lo sostuvo Natsu, mientras lágirmas de felicidad corrían por sus mejillas, todos habían visto muy tierno ese gesto y la rubia pensó que jamás olvidaría el amor con el que observaba al pequeño.

La frente del pelirrosado se pintó de azul y con mucho cuidado apoyó a Draco en los brazos de su madre, para luego caer desmayado por aguantarse el mareo tanto tiempo.

Si, nadie nunca lo olvidaría.

La última de estas (y la más reciente), fue cuando su pequeña princesa (ya no tan pequeña), les anunció que serían abuelos:

Esta vez volvían de unas vacaciones con su amada esposa cuando, en medio del vómito (los años no le habían ayudado con eso), recibió una llamada de Layla, su hija.

Ambos se incorporaron rápidamente y atendieron a su pequeña con una gran sonrisa, ella sonaba nerviosa.

"Mamá, papá" les había dicho "Estoy embarazada" 

Ambos se tomaron la noticia bastante bien, claro, a excepción de que Natsu casi mata al novio de su hija (hijo de Gajeel y Levy).

Pero nada le fue mejor que ver a una pequeña en sus brazos, con unos cabellos rosa oscuro, agarrando su dedo en medio del cuarto de hospital de su hija.

Había pasado en verdad cosas hermosas en los barcos, que ironía.

Así que si, los barcos le habían traído una felicidad inigualable, por lo que Natsu se permitía no odiarlos, no tanto, al menos.