Capítulo II - Huellas eróticas

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(Presente)

Sofia muy intrigada por los fuertes golpes que escuchaba al final del pasillo, creyó que posiblemente eran producto de su imaginación y su exhausto cuerpo. Decidió irse a la cama y recuperar las energía después de un largo día de trabajo. A la mañana siguiente, las chicas se reunieron en el patio trasero de la residencia para compartir un desayuno y conversar un rato acerca de lo que ocurrió en la pijamada y cual era su opinión acerca de la historia contada. Todas dijeron presente excepto Carla. A Sara, Monica y Sofia no les sorprendió que Carla no llegara, ellas simplemente continuaron con su encuentro. Ya pasada las seis de a tarde Carla por fin logro despegarse de sus adheridas sabanas. Carla sentía un inexplicable cansancio, se preguntaba como era posible (después de haber dormido tantas horas) sentirse tan cansada. Las muchachas le comentaron que tal vez podía estar enfermándose. Por consiguiente Carla decidió tomar un baño.

Cuando se encontraba dentro de una tina llena de agua tibia con burbujas de olor a fresas, se percato que en su abdomen plano y sus muy marcados muslos tenia unas protuberantes marcas las cuales indicaban que fueron producidas por unas manos masculinas muy rudas al tacto. No entendía que era lo que estaba ocurriendo. De repente durante un estado relajante casi comatoso, Carla sintió un respiración jadeante cerca de su cuello. Trato de abrir sus ojos y reaccionar a dicho misterio pero era como si estuviera paralizada completamente. Luego sintió como el nivel del agua subió como subiría si otro cuerpo se introdujera a la tina. Carla sintió como lentamente sus piernas se abrían y no podía ver quien lo hacia. Sentía la presión en sus caderas como las halaban y las emergían del agua. Sentía el glorioso placer del toque de una lengua hambrienta como sincronizadamente deleitaba sus partes mas intimas. Sin duda algo o alguien le practicaba el mas increíble sexo oral que había recibido en su vida.

Casi desde su torso hasta su cabeza se habían sumergido bajo el agua por el salvaje encuentro de esa lengua letal. Carla sentía que moriría de tanto placer, de los movimientos circulares que sentía alrededor de su clítoris y la brutal penetración de (tal vez dedos, pene o juguete erótico) que sentía dentro de su vagina. Quería gritar pero no podía, quería escapar pero no quería, el inmenso placer era tal, que hasta dolía. De repente sintió que unas fuertes manos subían por su torso llegando hasta sus senos los cuales apreto con fuerza y casi podía asegurar sentir mordidas. Ya cuando no podía estremecer mas su cuerpo y las uñas enterradas en su piel, manifestó la falta de oxigeno. Esas invisibles y fuertes manos apretaban su cuello como si quisiera partirlo. Cuando ya casi se oscurecía todo escucho que la llamaban a lo lejos, era Sara tocando la puerta para preguntar si se encontraba bien. Inmediatamente el peso sobre su cuerpo y las casi asesinas manos se esfumaron. Carla pensó si cuento esto nadie me creerá.

Se acercaba el periodo de fin de curso y Sara como de costumbre se preparaba muy bien para sus exámenes finales. Esa semana casi ni se le vio, pues permanecía en su cuarto encerrada estudiando. Estudiaba tanto, hasta altas horas de la noche, que se quedaba dormida sobre sus libros y ordenador. Dentro de su profundo sueño, Sara comenzó a escuchar voces que la llamaban y le decían -"Sara te deseo, Sara serás mía, Sara nunca te iras"-. Ella pensó que solo era producto de su "stress" por los periodos de exámenes.

Una mañana cuando Sara se preparaba para su rutina matutina pudo escuchar a alguien teclear su ordenador. Se acerco, y vio un mensaje muy extraño que decía "-Te estoy observando"-. Luego de leer el mensaje comenzaron a aparecer diferentes imágenes de ella estudiando, haciendo ejercicio, durmiendo, leyendo novelas y otras tan recientes como ella leyendo el mensaje misterioso. Sara muy nerviosa no sabia que hacer lo menos que pensaría es que ella seria la próxima víctima de las almas oscuras de los hijos de Hemingway. Sara decide olvidar el misterioso suceso y continuar con su rutina.


En la noche las chicas notaron a Sara bastante estresada y le recomendaron que fuera a descansar. Ella le respondió que con tantas preocupaciones no podía conciliar el sueño. Monica le ofreció unas pastillas para dormir que a ella tanto le funcionaban, Sara se las tomo junto con un té que le preparó Sofia para que se relajara.

La casa ya estaba silenciosa cada quien en sus respectivas recamaras. Sara ya sentía el fuerte golpe de las pastillas y el te, y sobre sus libros se quedo profundamente dormida. Al rato todos sus libros comenzaron a caer al piso uno por uno, su ordenador se prendió y comenzó a grabar los pequeños ronquidos de la chica. Cuando de repente la sabana que cubría todo su caliente cuerpo comenzó a levantarse desde sus pies. A simple vista cualquier testigo no vería nada pero si enfocabas tu mirada a la pantalla del ordenador podías ver detalladamente como alguien se metía entre sus sabanas. Luego a la velocidad de un relámpago despojaron a Sara de sus cobijas. Se podía disfrutar de la atractiva apariencia de la próxima ultrajada. Vestía una camisilla blanca con una diminuta tela que cubría sus mas saciadas partes. Directo a las temblorosas imágenes se veía como el cuerpo se levantaba de la cama y se tornaba boca abajo. El alma hambrienta de la sed carnal con sus casi garras desgarro la fina y sedosa ropa interior de Sara. Exponiendo su delgado y tonificado trasero, su fina cintura y larga espalda. El ser presente acaricio su cuerpo y lo inclino para prepararlo y saciar su infinita sed. Sara inclinada como el caminar de las lobas en celo recibió la bestial penetración, que estiro sus interiores sintiendo lo apretado del feroz lobo devorando a su presa. Esa bestia no dudo en aprovechar cada ruta de placer de la indefensa mujer. Parecía una escena de tortura, que aun con la enorme sedación de Sara, se podía escuchar los gemidos de dolor, placer y desesperación.

Al día siguiente Sara se levanto muy adolorida y pudo observar en su cuerpo rasguños y huellas eróticas. Sus sabanas parecían el cultural escenario de la desfloración de una doncella. Estaba muy confundida de lo ocurrido, provocando esto el incumplimiento de su rutina diaria.

Continuaron ocurriendo los extraños sucesos en la casa de las chicas de Riverwood. Los ruidos fuertes, los salvajes encuentros con entidades invisibles, los desgastes físicos, los movimientos de objetos, susurros jadeantes y los infinitos escalofríos. Pero las chicas de Riverwood eran muy obstinadas e incrédulas como para admitir que algo extraño estaba sucediendo en la casa que alguna vez fue de ellos.

Quien será la primera que admitirá lo vivido? Será que en su interior disfrutan cada segundo de sus salvajes ataques? Quién será la próxima víctima?

La alianza de la lujuria letal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora