Capítulo 1

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No puedo respirar, estoy temblado y sé que si hablo acabaré llorando. Me quedan cinco minutos para salir a cantar al gran programa 'Factor X'. Por un momento creo que he olvidado la letra de la canción que cantaré pero no es así. Abrazo a mi padre tan fuerte como puedo, me desea suerte y me alejo por un largo y estrecho pasillo. Mientras camino veo que una persona viene en dirección contraria pero no puedo dejar de mirar el suelo. Camino cada vez más rápido. La sombra de la persona se acerca pero no la miro. Quiero llegar al escenario, eso es todo. Cuando levanto la cabeza para ver a la misteriosa persona es demasiado tarde. Chocamos y caemos al suelo. La rabia se apodera de mi.

-¿Es que no miras por dónde vas?-Grito enfadada.

Veo a una chica morena un poco más bajita que yo. Tiene los ojos marrones y una sonrisa enorme. Por sus moviemientos me doy cuenta de que también está nerviosa.

-Lo siento muchísimo, de verdad. Estoy muy nerviosa ya que tengo que cantar ahora después...-Se lamenta.

-A mi me toca cantar ya y me estás impidiendo el paso. Por favor, aparta.-La interrumpo.

El brillo de sus ojos desaparece y su sonrisa también. Se aparta. 'Estúpida', pienso. Corro por el pasillo para llegar a mi destino lo antes posible. Cuando el pasillo termina, veo el escenario. Creo que me voy a derrumbar. Estoy demasiado nerviosa y quiero correr o volver a tropezar con la pequeña chica morena para perder un poco más de tiempo. Estoy paralizada y uno de los presentadores me pronuncia unas palabras que no llego a entender. Me mira extrañado y hace un gesto para que pase al escenario. Sin controlar mis movimientos lo hago. Sonrío y me adentro en un sitio de luces, gritos y euforia. Me paro en medio del escenario y fijo la mirada en el público.

-¡Hola!, ¿Cómo te llamas y cuántos años tienes?-Pregunta un juez.

-Me llamo Lauren... Tengo 16 años.-Sonrío nerviosa mientras pronuncio estas palabras.

Los jueces me dicen que cante y me desean suerte. La necesitaré. Suena la música y canto. Me dejo llevar. Canto 'If I Ain't Got You' lo mejor que puedo y sé. Siento un zoo entero dentro de mi. Animales saltando nerviosos haciéndome más diícil que me quede quieta. La canción acaba y siento un alivio enorme. La gente aplaude y yo solo puedo sonreír. Una de las juezas me dice que tengo una voz increíble. Otro lo afirma. Y todos acaban pronunciando la misma sílaba. 'Sí. Sí. Sí. Sí' Es lo único que consigo oír.  Salto de la emoción y unas lágrimas rozan mis mejillas enrojecidas por los nervios. Doy las gracias a todos y salgo corriendo para ver a mi padre. Él me está esperando en la sala donde se ven todas las audiciones. Lo abrazo y me dice lo orgulloso que está de mi. Eso me hace llorar más. En la pantalla donde se ven las audiciones aparece una chica. Es ella. La morena chica bajita. Dice que se llama Camila aun que yo prefiero ponerle un mote: la pequeña chica desastre. Por sus ojos pude ver que era un desastre de los buenos. De esos que hacen que te vuelvas loca. Me quedo observando la pantalla para ver como canta y cuando lo hace solo puedo abrir la boca. Nunca había escuchado nada igual. Me obligo a dejar de mirar la pantalla y pienso en que me ha hecho daño en la rodilla y que me ha puesto más nerviosa de lo que ya estaba. Mi padre me coge del hombro y nos sentamos. Le hablo de cómo me he sentido cuando estaba cantando y él sólo puede mirarme con un brillo increíble en los ojos. El chico encargado de decir cuándo tienes que volver se acerca a nosotros y nos dice que mañana tendré que estar aquí antes de las 10:00. Afirmamos con la cabeza y nos da permiso para irnos. Salimos del edificio y nos vamos a casa. Estoy cansada y quiero dormir. Mi padre y yo andamos al compás. Veo en sus ojos que está reprimiendo las ganas de llorar. Siempre he sido muy de fijarme en los ojos de la gente, en los gestos, en todo. Me gusta hacerlo y descubrir cómo se sienten. Sé exactamente lo que le ocurre.

-Mamá va a ponerse bien.-Hago una pausa para ver su reacción.- Vamos a superar esto juntos.

Apreta los labios para no llorar y asiente. Le agarro la mano y seguimos andando. El hecho de que esté a mi lado me hace no llorar. No quiero que me vea sufrir porque si lo ve, él estará mucho peor y no puedo permitirme eso.

-Pues, ¿sabes qué?-Digo con entusiasmo para hacerle olvidar el tema de mamá.- Cuando estaba llegando al escenario una chica y yo hemos chocado y nos hemos caído al suelo.-Se ríe forzadamente.- He pagado todos mis nervios y rabia con ella...

-Lauren, te he dicho muchas veces que no debes hacer eso. ¿Qué culpa tiene ella?-Dice enfadado.

-Lo sé, pero me quedaban cinco minutos para cantar... Imaginate cómo estaba...

-Da igual, si mañana la ves tendrás que disculparte.

-Está bien..-Gruño.

Mi intento de hacerlo reír ha fracaso y encima he salido perdiendo. Mañana pediré perdón a la pequeña chica desastre. Seguimos caminando y a los diez minutos llegamos por fin a casa. Cuando mi padre, Michael, abre la puerta corro hacia el cuarto de mamá. Ella está tumbada en la cama. Lo primero que veo al entrar son los goteros que ocupan toda la cama. La mascarilla tapa su preciosa cara y su mágica sonrisa. Recuerdo que ella sonreía cuando todo iba mal y eso me daba tanta fuerza... Llevo seis meses sin ver su sonrisa. Entró en coma a causa de un accidente. Yo estaba en el coche y mi padre también. Nosotros nos recuperamos pero ella no. Los médicos dejaron que viniera a casa pero cada tres días un médico viene a visitarla. Cuando me doy cuenta estoy arrodillada en el suelo llorando. Me levanto sin fuerzas y me tumbo en la cama con ella.

-Hola mamá.-Le digo mientras acaricio su largo pelo.- He pasado la primera audición. Me habría encantado que estuvieras ahí pero estoy segura de que conseguirás levantarte y que podrás verme, ¿verdad, mamá? Lo harás, yo lo sé... Si preguntas por papá sigue sintiéndose culpable, ya sabes... Siempre piensa que tuvo la culpa del accidente.

No me salen más palabras así que dejo que el silencio se apodere de mí. Comienzo a llorar desconsoladamente y entonces Michael entra y me levanta de la cama. Me rodea con sus brazos y me rompo en millones de pedazos.

-La echo mucho de menos, papá...

-Sh, pequeña, todo va a ir bien.

Por segunda vez mi padre me ve derrumbarme. La primera fue cuando me dijeron que mamá no volvería y esta vez. Siempre quiero ser fuerte pero no siempre lo consigo. Me acompaña hasta mi habitación y me da un abrazo. Sobran las palabras, se para el tiempo y por un momento dejamos de ser papá y yo. Somos nosotros. Nos convertimos en lágrimas pero lo hacemos juntos y eso nos hace fuertes.

-Mañana vas a darlo todo con más fuerza que nuca. Por mi, por ti y por mamá. Descansa.

Cierra la puerta y me deja con mi soledad. No me pongo el pijama simplemente me tiro en la cama y dejo pasar el tiempo. Sin darme cuenta estoy pensando en la pequeña chica desastre. Joder, era preciosa... Cierro los ojos, sonrío y me duermo esperando a que pase muy rápido la noche para que sea mañana.

Nuestro pequeño desastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora