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—¡Hey, Juvia! —Era una voz grave que llamó la atención de la peliazul. Era la voz de Gray.
—¡Hola, Gray-sama! —Dijo con su típica sonrisa inocente.
—¿Todo bien?
—Todo perfecto, pero me muero de calor.
—Allí hay una fuente, bebe agua sin quieres antes de irnos.
—¿Ir a dónde? —La duda ya recorría a la Loxar de arriba a abajo.
—Sólo es... Una sorpresa.

Juvia se encaminó a la fuente para beber algo de agua.

La duda la mataba por dentro... ¿Ir a dónde? Y... ¿A solas con Gray-sama? Su sueño se cumplía.

Al estar tan distraída, no se dio cuenta que al beber agua, se empapó de arriba a abajo toda.

—Dios... Soy una torpe... —Murmuró al ver su ropa llena de agua—. Ahora me toca ir mojadita a todos lados.
—Pero así vas más fresquista.
—¿Hacemos un trato?
—Depende...
—Yo voy mojada si tú... Te pones cubitos de hielo por la espalda. —Dijo con una sonrisa siniestra.
—¿Qué gano con eso?
—Ir fresquisto.
—Vale, lo haré...

Y fue lo que hizo. Se encaminaron juntos a una tienda a comprar hielo.

Nada más comprarlo; volvieron rápidamente al parque antes de que el hielo se empezará a convertir en agua.

Gray miraba mal la bolsa con los cubitos de hielo... ¿Por qué dijo que sí? Ah, claro. Porque está loco de amor...

—¿Preparado? —Preguntó la Loxar.
—No... —Dijo con voz muy aguda y asustadiza.
—Van. —Dijo antes de echarle los cubitos por encima.
—Tampoco es para... ¡Me cago en la fruta madre que parió al hielo! ¡Está frío! ¡Muy frío! —Exclamó retorciéndose como un gusano.

—Hahahaha —Se empezó a reír a carcajadas la peliazul—. ¿Qué creías? ¿Qué el hielo iba a estar caliente?

—Ya podría, o al menos estar menos frío. —Dijo quitándose el hielo que restaba de encima.

Gray miró a Juvia cuando ella estaba distraía. Una media sonrisa se formó en su cara.

La Loxar volteó a verle, y éste, avergonzado fijó su mirada en un pájaro que volaba por el cielo. Se pudo notar como a la peliazul se le escapó una risilla.

—¿Sabes qué te he visto? —Preguntó la peliazul con una sonrisa.
—¿Qué hice ahora? —Trataba de evitar el tema.
—Nada, nada... —Dijo volteándose.

Ambos empezaron a caminar. El rumbo que tomó el Fullbuster tampoco se puede decir que fue genial...

Todo empezó así.

Tomaron un vehículo en alquiler para poder desplazarse bien de un lugar a otro.

Gray, sabía perfectamente donde iban a ir pero... No cómo se llegaba.
Usando el GPS de Google, llegaron s un camino que se supone que les llevaría al destino. «Si, claro, destino».

Y en ese camino tan mal formado, ramas arañaban las ventanas del coche. El camino se inclinaba y casi se vuelca el vehículo... Bueno, lo que es un camino de la madre naturaleza...

En eso, se encontraron con otros vehículos que iban hacia el mismo lugar que ellos. Y les advirtieron que allí no había ninguna salida que les llevará. ¿Qué pasó? Tuvieron que dar la vuelta entera y volver al pueblecito de antes del camino y preguntar.

Al principio, seguían al coche, pero se dieron cuenta de que el GPS los llevaba al mismo lugar de antes, así que decidieron cambiar el rumbo a su ritmo siguiendo su instinto e ir por carretera normal.

Después de conducir más, llegaron al pueblo donde preguntaron a mas de cinco tiendas que cómo se iba. Y el Fullbuster sin acordarse de todo, volvió a la rotonda de antes del camino. Allí, cogió otra salida y vio un coche policía y decidió preguntar.

—¿Se va por aquí al pantano?
—Sí, subiendo esa cuesta llegará en menos de cinco minutos.
—¡Gracias! —Dijo con lágrimas en sus ojos. Normal, ¿quién no lloraría después de dos horas conduciendo y yendo por mal camino?

Una vez subieron la cuesta; Gray sacó las cosas del maletero. Allí había comida, bebida, ropa de cambio... En fin, lo que se suele llevar a una playa pero a un pantano.

—Gray-sama... Juvia no tiene traje de baño.

—Vengo preparado. —Dijo dándole uno.

—Gracias.

Juvia se fue a cambiar mientras que Gray llevaba las cosas a la arena. Tendió las toallas en el suelo y colocó todo para que no se volara nada.

—Ya estoy aquí.

—¿Quieres comer ahora o te bañas antes?

—Ahora, me muero de hambre.

—Te comprendo. —Una risilla se escapó de los labios de Gray.

Mientras comían, hablaban de todo lo que pasó anteriormente. Ahora se lo tomaban a risas. También vieron como unos bañistas se tiraban desde lo alto hacia el agua. Todos en ese momento gritaban, los insultaban...

A Juvia se le escapó una risilla.

—¿Qué pasa?

—Hay una chica haciendo topless.

—¿Dónde?

Juvia miró "disimuladamente" hacia allí y Gray la vio.

 —Gray-sama, no mire.

—¿Entonces por qué me dices eso?

—Me llamó la atención.

Gray se río al igual que Juvia. Se fueron al mar y allí empezaron a jugar, hacerse aguadillas, nadar... Todo era perfecto, hasta que Gray sin querer... Besó a Juvia.

—Gray-sama... —Dijo con mucho sonrojo.

—Lo siento... Me dejé llevar...

Ambos salieron del agua muy enrojecidos por lo que pasó. Recogieron, se fueron a casa.

Gray dejó a Juvia en la puerta de su casa, se despidieron y Gray se fue en el coche.

—Soy un idiota... —Se dijo a sí mismo. Cerró los ojos y cuando los volvió a abrir, se encontraba en el hospital.


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¡Hola! Gray se pasó y tuvo un accidente. Lo normal, clarooo...

¡Capítulo dedicado a Cami-chan! ¡Feliz cumpleaños hermosa! ¡Te quiero!

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