━━━━━ 𝐀𝐋𝐆𝐎 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐃𝐎𝐒 ; h.fort
𝐌𝐀𝐈𝐀 𝐋𝐎́𝐏𝐄𝐙; es una adolescente que creció junto a su mejor amigo 𝐏𝐀𝐔 𝐂𝐔𝐁𝐀𝐑𝐒𝐈́. Sin embargo, desde el 𝐅𝐂 𝐁𝐀𝐑𝐂𝐄𝐋𝐎𝐍𝐀, le darán el sí para entrar en la cantera de La Masi...
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holisss, antes de que lean queria hablar algunas cositas con ustedes:
desde el dia 21 de enero, me llegaron mensajes x tiktok BARDEANDOME y puteandome por no actualizar (tan solo 2 días después de haber subido el capitulo) sinceramente lo encuentro una total falta de respeto. entiendan que yo actualizo cuando puedo! en este caso, no fue por falta de tiempo, si no que creatividad. sepan que escribí este capitulo CUATRO VECES, hasta llegar al resultado final que es lo que estan leyendo ahora mismo, yo siempre trataré de darles lo mejor de mi, y sentía q las versiones anteriores no ejemplificaban lo que yo queria totalmente, por eso la demora
otra cosita es que apartir de ahora voy a escribir tipo con conciencia de los personajes. lo empezaré a incluir poco a poco en los capitulos para q no sea tan raro leer de golpe ya q yo prefiero hacerlo un poquito mas serio a q divertido pero igl quiero hacerlo. se lo vi a mi dani linda y siento q puede ser una muy buena opcion para que interactuen cn el fic y de cierta forma q conozcan un poco más a los personajes y de hacerlo más divertido e interesante pd: dani teamo, lean su fic de lamine porq se van a cagar de risa y dani es increíble <33
por ultimo, pedirles perdon porq se q estaban esperando muchisimo este capitulo, pero aquí esta asi que disfruten, las quieroo <33 ( menos a las lectoras fantasmas y a las q hacen plagio )
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Estaría mintiendo si dijera que no me sentía mal. Cada paso que dabamos para regresar al salón era como una carga extra en mi conciencia, recordando que jamás le podría decir a Pau lo que había pasado. En el fondo, sabía que si llegaba a vernos juntos, se sentiría traicionado, más por mi que por Héctor, y la culpa me comía por dentro. Igualmente la fiesta no nos duró más de 25 minutos.
Lamentablemente.
La realidad se impuso como un golpe cuando me di cuenta de que la ceremonia estaba a punto de comenzar. Apenas faltaban 15 minutos, y no podíamos simplemente aparecer sin levantar sospechas. Con Héctor, volvimos al salón en silencio, caminando uno al lado del otro, pero sintiendo aún algo de tensión entre nosotros.
