Cápitulo 1

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Después de las clases me dirigí hacia la sala de ensayo nuevamente para tocar algo antes de regresar a casa, hasta este punto de mi vida era un segundo hogar para mi.

Me senté en el taburete frente al piano y coloque las partituras en el atril y empece a tocar la dulce melodía, a medida que rozaba las teclas estas creaban un hermoso melifluo que inundaba la escuela que se vacío al sonar el último timbre del día.

Al cabo de dos horas de practicar decidí que era tiempo de marcharse pero no sin hacer algo antes, sonreí para mis adentros y empece a tocar Minority de Green Day, era difícil escuchar y tocar esta música en mi casa ya que mis padres lo consideraban música del demonio y cosas así pero a mi me encantaban las consideraba relajantes cuando me sentía estresada o enojada, comenze a escucharlas hace dos años cuando conocí a mi mejor amiga Camille ella me mostró una que otra canción y las aprendí a tocar en el piano e incluso tenía en mi celular y las escuchaba a escondidas de mi familia.

Las notas danzaban alrededor de la sala enredándose unas con otras creando explosiones de sonido que abarcaban todo lo que podían, cerré los ojos y sentí que formaba parte de esta música algo loca pero llena de energía, mientras tocaba me encerraba en mi burbuja lejos de todos los gritos y peleas del mundo exterior, amaba esta sensación y nunca dejaría de sentirla mientras pueda seguir tocando.

Pare en seco al escuchar un ruido detrás de mi, me gire al darme cuenta de que un chico estaba parado en el umbral de la puerta observándome con una gran sonrisa.

- ¿Green day? - pregunto aunque sonó más como una afirmación, yo solo asentí.

Me di cuenta que era el mismo chico que me tiro al piso esta mañana.

-Lo siento creí que estaba sola, me tengo que ir- dije tomando mi mochila.

-Eres buena aunque es raro oír a la estudiante prodigio tocar este tipo música-siguió diciendo con esa gran sonrisa plasmada en el rostro al observarla bien pude ver que se le formaban dos hoyuelos.

-Si claro una anomalía- respondí con sarcasmo. Llegue a su lado en la puerta cuando la bloqueo con su cuerpo - Permiso -.

-Soy Evan - dijo ignorándome por completo y extendiendo su mano.

- Y yo Elizabeth-conteste con un tono indiferente.

-Muy largo, te llamare Beth- volvió a hablar.

-Bien - exclame con falsa emoción - ahora muévete para poder salir - se hizo a un lado de mala gana - gracias - susurre y salí del aula.

Una roca es mas sociable que tu

Me acabo de dar cuenta que mi conciencia me hace bullying.

Salí del colegio y me encamine a mi casa, al llegar mi hermana Mackenzie de 10 años me recibió con un gran abrazo.

-Hola enana - la salude cuando se separo de mi.

-Hola, Beth adivina, hoy aprendí a tocar en el piano una estrofa completa ¿crees que algún día podre ser tan buena como tu?- hablo tan rápido que apenas pude entender su entusiasmo.

-Claro, Mack - le respondí sonriendo.

-Hasta crees, esa niña se la pasa mas rato jugando que practicando nunca sera buena si sigue asi, ahora Elizabeth sirve la comida y Mackenzie pon la mesa para cenar - dijo mi madre, puede parecer dura pero después de un tiempo te acostumbras y sigues tu vida.

-Si madre - susurro antes de salir.

A la hora de la cena me senté al lado de Mack justo enfrente de mis padres, estaba tan concentrada en mi comida que no me di cuenta que mi madre me llamaba.

-Elizabeth, te estoy hablando- levante la vista.

-Lo siento, ¿sucede algo? -.

-Estas con la cabeza en las nubes, te he preguntado como ha ido la practica- dijo con un tono enojado.

-Oh bien, hablando de esto.. queria saber si podias dejarme ir con Camille al cine el proximo viernes - espere su respuesta pero solo se quedaba mirandome.

-Por supuesto que no, ese día tienes ensayo te lo he dicho miles de veces no puedes faltar, quieres quedar como una estúpida y arruinar tus ensayos por ir al cine, eso es inaceptable las presentaciones para la universidad de música de New York se acercan y tienes que seguir ensayando si quieres ir, no pierdas el tiempo viendo una absurda película que olvidaras en una semana es un desperdicio y no hablemos de Camille es muy mal ejemplo si me lo preguntas, una jovencita demasiado irresponsable e irrespetuosa, deberías concentrarte mas en tus estudios que salir con ella- me molestaba que hablara así de ella pero no hay nada que pueda hacer mi madre esta obsesionada con ese estúpido conservatorio en New York, su sueño era ir ahí y ser una gran concertista de piano y tocar música clásica pero nací yo y ella nunca lo pudo lograr, ahora quería que fuera yo la que hiciera realidad ese inexistente sueño que se esfumo con los años, pero lo único que yo deseaba era poder elegir que hacer con mi vida.

-Esta bien, madre - me concentre nuevamente en mi comida.

-Tranquila cariño, podríamos dejarla solo un día-intento ayudar mi padre.

-Por supuesto que no- y empezaron a discutir.

Cuando hube terminado de cenar lave los trastes y me dirigí a mi habitación me acosté en mi cama mirando al techo, estaba harta de que controlaran mi vida, toda mi vida estaba agendada, ensayos, presentaciones para la universidad, a veces solo deseaba ser una persona normal que pueda salir a pasear con amigas, por favor ni siquiera conozco la playa y vivo en Sydney, lo único que he hecho desde los 8 años es ensayar.

Al poco rato me quede dormida con un único pensamiento en mente estoy encerrada en un mundo que ni siquiera construí y necesito salir.

EncerradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora