Peligrosa tentación 🔞

10. El origen de la obsesión

WILL ARMITAGE

«Esa noche, cuando te vi por primera vez, supe que te quería solo para mí.»

16 de noviembre de 2023.                                                   Miércoles, 20:04 PM

Hace 6 meses...

Obversé el humo frente a mí mientras le daba otra calada a mi cigarrillo. Caminaba a paso lento con la mirada fija en el frente, la luna acompañaba mi solitario paseo por la ciudad, no solía ir muy a menudo; sin embargo necesitaba pensar y pasar un rato a solas. Estaba harto de los negocios y no soportaba a Ryan, se comportaba como un completo un idiota cuando se lo proponía, puedo decir que tener que tolerarlo era uno de los peores retos que me había puesto la vida.

Entré en una zona más concurrida de la ciudad y tiré el cigarrillo sobre el suelo, aplastándolo con mi pie, después me coloqué la capucha y avancé entre las personas, ojeando con desinterés algunas tiendas. A pesar de que era bastante tarde había una gran multitud, pero por fortuna ningún policía se encontraba en el área, lo cual me alivió bastante, no era de los que disfrutaba las persecusiones.

Me distraje un momento admirando el cielo e inhalando el delicioso aroma de pan recién hecho que se percibía en el aire, quizá pasara por la panadería antes de volver a casa. Más o menos una cuadra más adelante vislumbré una a mi derecha, de modo que me dispuse entrar, la campanilla sonó cuando empujé la puerta y mis oídos captaron el sonido de la música clásica, a lo mejor proveniente de algún parlante.  

Me metí la mano en el bolsillo y saqué mi billitera mientras me dirigía a la fila, saqué un billete estadounidense equivalente a cincuenta, no tenía menos. Al alzar la mirada mis ojos se agrandaron, frente a mí había una joven de aspecto realmente atractivo, llevaba una mini falda que me permitía ver sus llamativas piernas y un suéter negro de mangas largas, el cual era bastante ceñido, resaltaba sus curvas y vaya que sí tenía muchas. Pronto terminó de pagar y se dio la vuelta, entonces pude verla de frente, era hermosa, podría confundir su rostro con el de un ángel y nunca notar mi error; su piel, su mirada, su sonrisa, sus labios, sus ojos color gris... todo en ella era precioso. Observé discretamente como se alejaba de la fila y se sentaba en una de las pequeñas mesitas, no estaba sola, una chica pelirroja más o menos de su misma edad la acompañaba, también era guapa, pero no le llegaba ni a los talones. 

Tomé una profunda inspiración y me obligué a despegar mi mirada de ella para centrarme en la cajera. Compré unos baggles y pan, cuando entregué mi billete de cincuenta ella pareció asombrada y se tomó un momento en buscar mi vuelto, en eso aproveché para volver a mirar a la chica, quien conversaba animadamente con su amiga, me fijé en su forma de gesticular, de hablar, en cómo movía esos pequeños y rosados labios, por un fugaz momento me imaginé su boca ch...

—¡Señor!

Eso me devolvió a la realidad de inmediato, donde la cajera me tendía mi vuelto con impaciencia y los demás clientes en la fila me fulminaban con la mirada, además esa exclamación había ocasionado que todos me miraran con extrañeza, incluyéndola a ella.

—Disculpe— logré decir secamente. Tomé mi vuelto y mi pedido, luego caminé hacia la puerta, pero me detuve a mitad del camino.

¿De verdad te vas a ir? ¡¿Acabas de encontrar a la primera jodida mujer que te mueve las neuronas y te vas a ir?! Me reprochó mi fuero interno.

Lo consideré un segundo, en realidad tenía un punto, yo no solía fijarme mucho en ninguna chica, todas me parecían aburridas o muy básicas, pero ella, no sé, tenía algo que me atraía. Suspiré y me di la vuelta, cuestionándome qué demonios iba a hacer, me senté en la mesa al lado de la que se encontraba ella, mirándola de reojo. Saqué un baggle y comencé a comer tranquilamente para tratar de disimular que estaba oyendo su conversación, ya que por alguna razón que desconocía tenía un fuerte deseo de saber más sobre ella.