POR OBLIGACION || MALACHI BARTON

Extra 2

La luna se alzaba en lo alto, reflejando su luz sobre los rascacielos mientras las calles de la ciudad bullían con vida. Después de una cena en un restaurante exclusivo, donde Malachi había insistido en pedir su plato favorito solo para compartirlo con Tn, la pareja decidió explorar la ciudad sin rumbo fijo.

Las luces de neón parpadeaban a su alrededor, proyectando sombras de colores sobre el pavimento húmedo por la llovizna de la tarde. Malachi caminaba con su mano entrelazada con la de Tn, su pulgar dibujando pequeños círculos en su piel, un gesto inconsciente pero lleno de ternura.

"¿A dónde me llevas ahora?" preguntó Tn con una sonrisa curiosa.

Malachi la miró con una expresión traviesa. "Si te lo dijera, no sería una sorpresa, ¿cierto?"

Tn rodó los ojos con diversión, pero dejó que la guiara. Desde que estaban juntos, las sorpresas de Malachi se habían convertido en una parte especial de su relación. Y aunque a veces lograba adivinarlas antes de tiempo, esta vez él parecía realmente determinado a mantener el misterio.

Después de caminar unos minutos, Malachi la llevó a una calle más tranquila, lejos del bullicio de los autos y la multitud. Frente a ellos, una escalinata de piedra conducía a un mirador que ofrecía una vista panorámica de la ciudad.

Tn contuvo el aliento cuando sus ojos se encontraron con la escena. La ciudad se extendía ante ellos como un mar de luces doradas, brillando contra el cielo oscuro. En la distancia, podía ver los coches moviéndose como pequeñas luciérnagas en la autopista, y el reflejo de los edificios en el río cercano le daba un toque casi mágico a la noche.

"Wow…", susurró, impresionada.

"¿Te gusta?" preguntó Malachi, con una leve sonrisa.

"Me encanta", respondió ella, sin apartar la vista del paisaje.

Malachi se acercó por detrás y deslizó sus brazos alrededor de su cintura, apoyando el mentón en su hombro. "Sabía que te gustaría."

Se quedaron así por un momento, disfrutando del silencio cómodo que solo rompía el lejano murmullo de la ciudad.

"¿Sabes qué es lo mejor de todo esto?" dijo Malachi, su voz apenas un susurro en su oído.

"¿Qué cosa?" preguntó Tn, inclinando la cabeza levemente para mirarlo.

"Que este es solo el principio", dijo él con una sonrisa suave. "Quiero recorrer el mundo contigo, quiero vivir todas las aventuras posibles… y quiero que cada noche termine así, con nosotros juntos."

El corazón de Tn latió un poco más rápido. Lo miró con ternura y deslizó una mano sobre la de él, entrelazando sus dedos con los suyos.

"Malachi…"

"Te amo, Tn", la interrumpió él antes de que pudiera decir algo más.

La intensidad en su mirada la dejó sin aliento. No era la primera vez que se lo decía, pero cada vez sonaba más real, más profundo. Como si cada "te amo" llevara consigo todas las promesas del mundo.

Tn sonrió y se giró para enfrentarlo, pasando los brazos alrededor de su cuello. "Yo también te amo."

Malachi la miró por un momento, sus ojos reflejando la luz de la ciudad y algo más—una mezcla de adoración, devoción y esa chispa de emoción que siempre encendía cuando estaba con ella.

Y entonces la besó.

Fue un beso lento, sin prisas, lleno de emoción y significado. Como si intentaran capturar el momento y guardarlo para siempre. Sus labios se movían con una sincronía perfecta, como si estuvieran hechos el uno para el otro.

Cuando se separaron, Tn apoyó su frente contra la de él, cerrando los ojos con una sonrisa satisfecha.

"¿Y ahora qué sigue?" preguntó ella con una risa suave.

Malachi la miró con una expresión que ya conocía muy bien—ese brillo en sus ojos que indicaba que tenía algo más planeado.

"Ahora… tenemos una cita con la ciudad", dijo con una sonrisa.

Le tomó la mano y la llevó de regreso a la calle principal, donde las luces seguían brillando y la vida nocturna apenas comenzaba.

Esa noche, bajo las luces de la ciudad, no importaba el destino ni el tiempo. Solo importaban ellos dos, y el hecho de que, sin importar a dónde fueran, siempre encontrarían el camino de vuelta el uno al otro.