Capítulo 1

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Después de las dos clases que tenia ese día en la universidad, camine lentamente a la estación del metro con mis audífonos puestos.
Hoy hacia un día precioso, el cielo estaba despejado, el ardiente sol brillaba esplendorosa mente y lo mejor es que no había riesgo de lluvia, lo cual era genial para la presentación de esta tarde.
De solo pensar en las miles de personas que estarían presentes una ola de excitación recorrió mi cuerpo, anticipándose a la adrenalina de estar en el escenario.
Decidí caminar hasta mi destino poniéndome al salir de la estación una gorra y unos lentes para protegerme de los rayos uv. Seria una caminata larga, pero con lo del evento me tardaría mas en auto; además un paseo desde insurgentes hasta el Zócalo no me haría daño.
Seria un recorrido de alrededor de una hora a pie, pero valía la pena las calles de México en esta época eran bastante alegres.
Mientras caminaba escuchando mi música favorita en mis casquillos cuando vi a mi vecinita aburrida mientras su madre hablaba por el teléfono público. Decidí entretenerla por un rato jugando con ella antes de continuar.
Cuando su madre colgó me agradeció por jugar con su hija y me deseó suerte en el evento.
También ayude a un par de turistas que estaban perdidos.
Estaba por seguir mi camino cuando sentí que alguien tocaba mi hombro haciendo que saltará por la sorpresa pero dispuesta a voltear una vez que el pequeño susto pasara, seguro eran los señores japoneses preguntándome algo más.
Pero cuando me di la vuelta me di una gran sorpresa abriendo un poco mi boca en el instante.
La persona frente a mi no era para nada un anciano.
Choi MinHo se encontraba frente a mi.
El Flamin carisma de SHINee estaba frente a mi, confundido y endemoniadamente sexy.
Tragué en seco, esto no podía ser cierto, seguro se tratada de una alucinación provocada por el sol que caía sobre mi. Cerré mis ojos y los volví a abrir rápidamente para ver si era una ilusión o algo más.
¿Acaso me morí?
-¿disculpe? - sentí como separaban de mi oído la bocina de mi diadema y me hablaban en un extraño ingles, cuando abrí mis ojos él estaba a escasos centímetros de mi, viéndome divertido, pero a la vez esperanzado.
No podía dejar de verlo, suerte que traigo las gafas puestas para disimular un poco y puedo asegurar que por primera vez estoy sonrojada. Sentí mi celular vibrar en mi bolsillo para que nanosegundos después se escuchara a todo volumen Ring Ding Dong haciendo que retrocediera cortando su contacto con mi piel.
Sabia que aun esperaba una respuesta pero nada salía de mis labios, saque el celular de mi bolsillo y le conteste a mi alocada Odette, mi mejor amiga.
-¿Qué paso pequeña?- le pregunte aun viendo al chico frente a mi, el cual ahora tenia su manos dentro de sus bolsillos, aun esperando que le hablase.
-KIIIAAAA UNIE SHINEE ESTA EN MEXICO- grito y fue lo que hizo que por fin reaccionara. Aleje el teléfono de mi oído antes de que reventara.
-tranquila- si tranquilízate Natt pues no es un sueño - ¿y que hacen aquí?- le pregunte calmada si le decía que frente a mi se encontraba la sexy rana le daría un infarto a la pobre.
-no se sabe, una fan subió fotos de ellos en el museo de cera, se rumora que vinieron a inmortalizarse, además también les tomaron fotos en la calle antes de que salieran corriendo. ¿te lo imaginas encontrarte con ellos en la calle? -si seguro me daría un derrame nasal o peor pensaría que e enloquecido y lo dejaría parado en la calle recargado en un poste como todo el modelo que es y me pondría a hablar contigo; por supuesto que no le puedo decir eso
-mmm pequeña estoy caminando para relajarme antes de la noche y no estas ayudando - bueno tácticamente no le estoy mintiendo - después me das todos los detalles. Te veo en el concierto.
-Claro ¡unnie fightingh!- y la llamada se termino aun sostenía el celular mientras pensaba en como entablar una conversación con el. Al ser mi madre coreana, soy muy buenas en el idioma. Cosa por la cual me gusta mucho el k-pop pues me ayuda a practicarlo y que no se me olvide lo aprendido.
Suspire dándome valor. Volví a guardar mi móvil
-mmm ¿le puedo ayudar en algo?- le pregunte en coreano y sonrió ampliamente agradecido por hablarle en su idioma. Sentí mis piernas temblar con ese simple acto.
-algo me decía que tenía que hablar contigo, gracias por ayudarme.- ¡dios que hombre!
-es todo un placer, me llamo - ¿y como le digo que me llamo? ¿Le digo el nombre coreano que me dio mi madre o con el que todos me conocen? -me llamo Nataly.
-que bonito nombre - me dijo con esa sonrisa matadora.
-¿Esta perdido? Si quiere lo puedo llevar a su destino- me ofrecí, dios no se de donde saque la fuerza para hablar tan tranquilamente.¿y si no me hablo para eso o su destino esta muy lejos? ¡Dios, estoy segura que si llego tarde Peter me matara!
-te lo agradecería mucho. La verdad si me perdí estoy tratando de dar con mi hotel. - me dijo sacando una tarjeta del hotel, la cual supongo es al llave de su habitación. - es este. - era el gran hotel de la ciudad de Mexico, y estaba a un constado de donde seria mi presentación, no sabia si culpar al destino o si era mera casualidad.
-este hotel queda por donde yo voy, así que sería todo un placer llevarte- volví a suspirar, esta seria la caminata mas torturadoramente placentera que daría por ese lugar, sin duda después no será lo mismo.
-realmente muchas gracias.

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2015 ⏰

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Adiós a mí libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora