VOL. II EL GUARDIÁN DE LA LLAVE - PROFECÍA

Libro 2. cap. 18 - Crueles intenciones

Hola, amigas. Bienvenidas a un nuevo capítulo.
🌸

Esto es un borrador, no he tenido tiempo de corregirlo, pero, a propósito de que mañana tenemos Live en TikTok a las 8 p. m. (hora de República Dominicana) (pueden consultar la equivalencia de horario con sus países en Google), quise compartir con ustedes este capítulo para tener más telita que cortar mañana.

Las quiero mucho.

Pueden registrarse para asistir al live haciendo clic en el link de mi perfil en Wattpad.

👇Clic aquí para registrarte al live👇

barbarafantassy

-

Crueles intenciones

Esta camiseta gris de Tyler me queda bastante grande, el corte de los brazos llega hasta mis codos. También su pantalón, que gracias al cielo tiene cordón en la cintura y pude amarrármelo, pero aún así él tuvo que cortarle el largo. Permanezco sentada en el maletero de su camioneta, balanceando los pies hacia adelante mientras él habla con Theo, quien por cierto, nos trajo ropa interior a los dos.

Llevan más de diez minutos hablando así, y saben guardar secretos porque hablan lo suficientemente bajo como para que no logre escucharlos. Sin embargo, Theo no hace más que negar con la cabeza, pues aunque tengo el cabello blanco y me veo como ellos, no me aprueba, no me mira con buenos ojos. Sin embargo Tyler sí, me miran juntos a la distancia, Tyler le da una palmada en el hombro despidiéndose y camina descalzo por el pavimento hacia mí. Le sonrío suave, llena de preguntas y con la cabeza algo confundida. Pero aquí está el asunto con él: cada vez que me besa, me arranca las dudas. Es más, no me deja ni pensar.

— Vámos— dice, invitándome a bajar, pongo mis pies junto a los suyos en el asfalto, yo calzo 35, pero él cerca de 46 o algo así. Cierra la puerta del maletero y camina hacia la puerta del copiloto, la abre para mí, pero aunque lo estoy viendo, estoy demasiado inmersa en mis propias fantasías como para reaccionar.

Él silba suave, haciéndome espabilar, inclina su cabeza y su mirada en un movimiento rápido hacia la puerta, y espabilo, le doy las gracias y subo a su camioneta.

— ¿Me pasas un pañuelo? Están en la guantera. — Hago lo que me dice, saco un pañuelo de tela corrugosa mientras él enciende el vehículo. Me agradece recibiendo el paño y empieza a limpiarse la cara. Tyler es increíblemente blanco y su piel, de cierta manera, es muy sensible; aparece una estela roja por cada roce de la tela en su rostro.

Toma una caja de chicles del portavasos y se mete dos en la boca. Me mira aguantándose la risa, hace minutos nos revolcábamos en la tierra, y la verdad no soporto verlo. Me río hacia la ventana también. Él me agarra la cara y me la voltea, me planta un beso, lleno de deseo, chupándome la lengua y mordiéndome los labios. Se separa de mí con una sonrisa pícara: — Sabía que algún día me robarías algo.

— Eso te pasa por no ofrecer— respondo, mascando el chicle que le arrebaté de la lengua, hago una bomba que exploto rápidamente mientras me reclino del asiento, el ríe y pone las manos en el volante, se lleva otro chicle a la boca y comienza el trayecto.

Tomamos la Archway Road. Las luces de los autos y de los comercios cerrados brillan contra la ventana. Llevamos todo el camino en silencio, solo escuchando el sonido de la direccional y el eco lejano de los neumáticos y del motor. Empieza a lloviznar nuevamente, leves gotas de agua caen contra las ventanas. Tyler toma la ruta hacia el norte, hacia la Great North Road.