One-Shot

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Por más raro que pareciese de momento, sólo le hallaba una lógica y un solo culpable. Su nombre era Levi Ackerman.

No es como si le importase mucho, solo pensó que podría ser de ayuda en algunos momentos. Pero allí estaba, frente a su puerta. Sencillamente no se dio cuenta hace cuánto fue o cómo fue que llegó hasta ese lugar, pero lo único que se le ocurría ahora era escapar.

Pensó eso, hasta que su mano fue más rápida y tocó el timbre de aquella casa, oh si, estaba perdido, sería mejor largarse. Así que dio media vuelta para retornar su camino, pero en eso la puerta fue abierta por un pequeño chico azabache que parecía no medir más de metro sesenta, con un corte de cabello estilo militar y un rostro que parecía no expresar nada en él.

— ¿Eren? ¿Qué estás haciendo aquí? —

— P-pues yo... Sólo quería desearte muchas felicidades por el compromiso con la señorita Hanji...— Sentí todas las ganas de lanzarme hacia él, pero no podía, era débil.

— ¡¿Ah?!— se expresó en clara molestia.

Hasta esos momentos no había notado el pequeño gorro de fiesta que llevaba por encima de sus hebras negras.

— ¡S-sí! Bueno, quiero decir, ya que te vas a casar y todo eso, sólo quería verte por una última vez y decirte que quiero que seas feliz al lado de la persona que amas. — después de eso di la vuelta, era hora de regresar por mi camino, no quería ser molestia de más allí.

— Entonces, si dices que quieres que sea feliz al lado de la persona que amo, ¿Por qué te vas?—

Me detuve en seco al escuchar aquello y sólo pude apretar los puños mientras contenía las ganas de salir corriendo de ese lugar, pero sus palabras, como siempre, me confundían sin querer.

— Eren — escuché mi nombre salir de sus labios, era una tortura que no deseaba dejar.

Di media vuelta sin poder levantar el rostro hacia Levi, quien se encontraba a centímetros pues había avanzado mientras yo estaba de espaldas

— ¿Quién mierda te ha dicho que me casaré con esa rata de cuatro ojos? — puso su mano en mi mentón y levantó mi rostro para que lo mirara. Me abrazó y no pude hacer más que romper a llorar en su pecho, no tenía nada más que perder. — Con el único que quisiera casarme en un futuro sería contigo, mocoso. Tener uno o dos niños en casa o si lo prefieres ninguno. — Empezó a masajear las hebras de mi cabello y yo sólo pude aferrarme a su cuerpo con más fuerza — vivir en una casa cerca de la playa, a la que sólo nos tome unos minutos llegar, poder besarte todas las noches mientras estás a mi lado, porque eres al único que amo... Eren—

Su voz sonaba tan distante pero a la vez tan reparadora. Quisiera que el momento no terminara nunca, mas sabía que no podía perdurar para siempre en esta posición, así que el primero en romper el contacto fui yo, siendo devuelto a la misma por los fuertes brazos de Levi.

Él no dejo ni que me apartara, en cambio, con la mano que peinaba mi cabello levantó mi rostro sosteniéndolo desde el mentón y me obligó a verlo a los ojos...Esos ojos que me hipnotizaba día a día detrás del computador. Hizo amago a besarme en los labios, así que cerré los ojos, pero ese beso jamás llego, en cambio sentí como depositaba ligeros besos en la punta de mi nariz, mejillas, y en la frente.

Aunque no fue como yo esperaba, su calor me reconfortó.

— Eren...?— me llamó

— ¿Si? — le respondí.

— ¿Quieres quedarte con este enano gruñón?

— Sí... Espere!— abrí mis ojos con total sorpresa. Esa no era la voz de Levi era la de — H-Hanji?! ¡¿Qu-qué hace aquí?!— pasé mi mirada de Hanji a Levi, y de regreso de Levi a Hanji, tratando de entender qué era lo que pasaba en esos momentos.

Malos EntendidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora