Parte 1

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Aclaraciones del autor:  Esta historia puede que tenga un final bueno o uno malo, no lo sé pero en lo personal... me gustan hacer finales malos, todo depende de el apoyo que tenga esta historia y estaré actualizando cada vez que tenga tiempo libre. ¡Espero que sea de su agrado!




La noche estaba hermosa y el cielo resplandecía con la luz de las estrellas que en ese momento adornaban el firmamento.

El sonido de los coches se escuchaba por doquier; las luces en juego con las decoraciones navideñas hacían de las calles una vista muy familiar y bella junto con las hermosas parejas y familias que disfrutaban del sorprendente espectáculo visual que cada almacén presentaba por la llegada de la navidad.

Por cada centímetro de las grandes calles no se escuchaba más que risas de pequeños niños, jugarretas entre amigos y conversaciones muy alegres hasta que toda felicidad fue interrumpida por un estruendoso ruido que atrajo la atención de todas las personas presentes y causó pánico entre algunas madres que por instinto protegieron a sus pequeños.

De un restaurante muy cerca del lugar donde provino el estruendoso ruido salen dos apuestos hombres, uno más alto que otro de cabello azul obscuro y otro un poco más bajo de cabello azabache. Ambos por el estruendo dirigen la mirada hacia el lugar en donde había una multitud de personas pero no podían ver con claridad lo que sucedía

- ¿Qué crees que pasó? -Pregunta el azabache.

- No sé pero creo que debemos irnos ya y no meternos en asuntos que no nos incumben. Además, lo más probable es que fue un accidente y en caso de que sea grave lo mejor es no interrumpir el flujo de los vehículos para que la ambulancia pueda llegar más rápido, ¿No crees? -Responde el más alto, manteniendo un semblante serio y calmado.

- Lo sé perfectamente Yokozawa pero ¿No crees que podemos ayudar en algo? -Suspira, volteando su mirada a su acompañante- ¿Qué tal si entre los heridos hay un niño o una mujer embarazada? Sé que no somos médicos pero de algo podemos ayudar, ¿No? -Sin esperar respuesta emprende su camino hacia el tumulto de personas.

El de cabellos azules obscuros no hace más que esperarle en su lugar pues si era un accidente grave no quería estar cerca de la sangre. Y mientras esperaba, escucha a un par de jovencitas que pasaban por su lado murmurar algo como: "Pobre chico, se ve realmente muy joven. ¿Crees que tenga pareja? Si la tiene, estará muy destrozada, no creo que sobreviva, sus heridas son fatales pero eso le pasa por andar distraído con el móvil".

Aquellas palabras le hicieron suspirar y desviar la mirada hacia el tumulto de personas que no dejaban ver nada pero aún así no se acercó pues con los comentarios de las chicas ya sabía lo que pasaba y prefería obtenerse de ser un chismoso.

El azabache por su parte, lentamente se fue abriendo paso entre las personas de manera respetuosa y no podía evitar sentir angustia con cada segundo que se acercaba más a la persona tendida en el suelo.

Desde un par de centímetros atrás pudo ver un largo camino de sangre y se estremeció, haciéndole detenerse por unos segundos pero luego retoma su camino y en cuanto queda al frente de la multitud queda totalmente paralizado por el terror y el pánico.

Los implicados del accidente eran un automóvil tipo familiar pequeño y un hombre de aspecto joven que parecía casi de instituto pero por sus pertenencias se podía deducir que era trabajador de una empresa.

La gravedad del accidente de podía ver nomás con el auto que tenía una enorme hendidura en la parte delantera y respecto al joven, por el gran impacto se podía ver una gran herida abierta en uno de sus brazos y una herida no muy grande pero de igual manera abierta en la parte superior de la cabeza, la cual era la responsable de semejante cantidad de sangre derramada.

Aún con semejantes heridas el joven estaba despierto aunque no emitía sonido alguno y a pesar de que era puesto a prueba por una joven mujer que al parecer tenía conocimientos médicos, no se inmutaba, era como si no pudiera hacer nada más que mantener la mirada fija en un punto.

Volviendo al azabache, rápidamente llamó a su acompañante quién ante los alarmantes gritos no dudo ni un solo segundo en abrirse paso entre las personas para acudir a su llamado.

- ¿Masamune? ¿Dónde te metiste?

Cuando por fin logra abrirse paso, no puede evitar voltear rápidamente la mirada y cubrirse los ojos ante el espanto visual que causaba tan escena pero comprendió enseguida el porqué de la angustia del azabache.

- Santo Dios... ¿Es Onodera?

Como puede toma su móvil y llama a una ambulancia. Da todos los respectivos datos del chico y lo que había pasado para, después de acabar la llamada, intentar calmar al azabache.

- Tranquilizate, no entres en pánico... Todo va a estar bien. Si te alteras lo alteras a él -Comenta intentando sonar calmado y tranquilo para transmitirle eso al contrario.

Por su parte, el azabache no podía dejar de temblar asustado. Ver al amor de su vida tendido en el suelo con pocas probabilidades de vivir le desesperaba demasiado al punto en que sin importar que le estuvieran viendo, en especial Yokozawa, deja derramar un par de lágrimas de profundo dolor. Sintiéndose tan mal que sentía su alma desaparecer junto a Onodera quién poco a poco fue cerrando los ojos hasta sumergirse en un profundo abismo negro del cual tendría que luchar para salir con vida.

Almas unidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora