-Mamá no pienso ponerme ese horrible vestido blanco.
-Hija, es un regalo de tu abuela, debes ponértelo para la comida de hoy.
-Prefiero morir.- y con una sonrisa falsa salgo de la pequeña habitación. Cuando llego a mi habitación me tumbo sobre la cama; ¿ por qué tenemos que hacer cosas tan estúpidas para complacer a la gente? ¿Acaso no les basta con que sonría? Dentro de dos horas tenemos que estar en esa odiosa comida familiar, con mi odiosos primos y con mi queridísima abuela que espera que me ponga su horrendo vestido.
Literalmente, odio mi vida.2 horas más tarde:
-¡Hola cariño! -me saluda mi abuela- ¿Cómo está mi nieta preferida?
-Bien abuela, y gracias por el vestido, ¡Me encantó!
-De nada cielo, y ya sabes que a partir de Septiembre todos los meses te daré 100 euros -dice guiñándome un ojo.
En realidad quiero a mi abuela, es decir la quiero mucho es un grandísimo apoyo para mí, quizás incluso más que mi madre.La comida pasa rápido y al fin y al cabo no es tan pesada como me la esperaba, después de charlar un rato con mi primo Alex y con mi abuela me despido cariñosamente de ella, a Alex simplemente le hago un gesto con la cabeza.
Al llegar a mi casa enseguida busco a mi gato Stuard, pero como no lo encuentro decido darme una ducha para relajarme.
Al salir de la ducha escucho gritos de mi madre y luego de mi padre; al principio paso del asunto pero al escuchar el sonido del cristal chocando y rompiéndose me asusto. ¿Qué está pasando? ¿Esto es el inicio de un divorcio?