Lo De Casarme Ya No Me Interesaba.

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Pero lo de casarme ya no me interesaba.
El <<NO>> de David había obrado sobre mi como si de un solo tiron me despejarán de todos los sentimientos que tenia hacia él.
Eso al menos, pensaba yo, era tranquilizarme. Podría sufrir por muchas cosas, pero no por el desamor de mi novio.
-estas a tiempo -repetía la voz helada de mamá. - de lo contrario aqui tienes la maleta, un dinero y un tren que no debes de perder.
-ocea que me echais de casa.
-te decimos que debes quitarte de encima esa vergüenza; y eso se puede hacer con dinero. Nosotros estamos dispuestos a pagarlo.
-y vais a misa......
-¿y de que voy a vivir?
-es tu problema. Has sido mayor para quedar embarazada, y también lo debes ser para salir del problema.
Eso fue todo. Me dejo sola, diciendo las últimas palabras que cruce con ella en muchos años.
-lo que puedes hacer es llevarte la ropa que gustes. Todo lo que sea tuyo, por supuesto,nada que no te hayan dado.
Y me fui.
Nadie me retuvo.
Me vieron salir con la maleta, una bolsa de viaje y el dinero que me hayan tirado a la cara.
Ni me retuvieron, ni lloraron, ni dijeron una palabra mas.
Esa fue la iniciación de mi vida.
Me metí en un compartimiento de lo mas barato y varias veces sali de el cuando alguien entraba. Necesitaba llorar y no me daba la gana de que me vieran. Asi que, hacia las dos de la madrugada, conseguí. Quedarme sola en el compartimiento y llore desesperadamente.
No sabia a donde iba, llevaba poco dinero y no tenia ni un solo amigo en Madrid, mi vida se había truncado por completo, pero yo, pese a todo no abortaria.
Deje de pensar en mis padres nada mas llegar a Madrid al día siguiente.
Tenia que pensar en mi misma. Con ellos no podía contar nunca mas y no digamos con David. Mi rencor era tal, que hasta me daba energía para salir adelante, o al menos, intentarlo.
Mi embarazo era de dos meses, de modo que quedaban siete para dar a luz y ademas, pensaba en matricularme aquellos dias para empezar medicina.
Ni corta ni perezosa, deje la maleta en el mismo bar de charmartin; un camarero muy amable me dijo que no me preocupara, que alli la tendría para cuando fuera a recogerla.
Diré que me estatura era ya la que tendría en toda mi vida, es decir, que no crecí mas, pero yo media un metro sesenta y seis centímetros.
No era muy alta pero tampoco muy baja. Asi que parecía mayor. Lo habia pensado mucho en el tren y me dije que no me hiba a tirar a la calle para trabajar de prostituta. No me satisfacía el sexo. Y menos con el resultado que había dado.
Decidí irme a la facultad. No soy tonta y eso ya lo había demostrado en el transcurso de mi vida y pensé lo suficiente para buscar soluciones.
No hiba gastar a quel dinero sin aprovecharlo y ya después buscaría donde trabajar. Asi que decidí matricularme en la facultad. Tenia una magnífica puntuación y me había cuidado de llevar todos mis papeles. Me entrevisté con el secretario de la facultad en vez de sacar la matricula como cualquier estudiante.
El señor era mayor y me miro sorprendido.
-me dicen - exclamó - que deseas hablarme.
-si, señor. Es que, si no hablo con alguien, terminaré matándome.
-¡caramba, no será para tanto! - ¿me permite que le cuente lo que sucede?
-no dispongo de mucho tiempo, pero hay cosas insólitas que suceden cuando menos lo esperas.
-esta es una seguramente.
-es atípica, si dime.
Le conté todo lo que me sucedia, añadí mi afan de ser medico el dinero que tenia, justo para la matricula, ningún sitio a donde ir y que no me daba la gana de abortar.
Debí tropezar con un religioso de verdad o una buena persona, al margen de la religión.

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