(Pov Mara)
Habíamos empezado las clases este lunes y ya nos encontrábamos en el tan esperado viernes. Sonará raro, pero, aunque apenas estamos iniciando el curso... Se siente en el fondo como si nunca hubiésemos vacacionado, o por lo menos así me siento yo.
-Mara, ¿Se puede saber en qué tanto piensas?- volteo a ver a mi amigo y compañero de clases con un poco de nostalgia.
Alexy ha sido mi amigo, corrección, mi mejor amigo, desde el kinder garden. Es un chico encantador, con una personalidad realmente única.
-Si me vas a ignorar entonces mejor me voy.
-¡No te enojes, Alex!-me levanto de mi asiento. El timbre del descanso había sonado hace unos minutos y solamente nosotros seguimos en el salón.
-¿Cómo no hacerlo? Te he preguntado varias veces para comer juntos en lo que va del día y aún no me has respondido.-¿Lo hizó? Ups, creo que no lo oí...
-Oye, juro que no te ignoraba.- él puso una expresión incrédula y yo solo sonrío de manera nerviosa. Al menos no lo hacía adrede...- Y, claro que quiero comer contigo. Realmente no sabes lo mucho que te he extrañado, ¡Deberías viajar menos en vacaciones!-me abrazo a él con fuerza mientras comenzamos a caminar rumbo a la cafetería.
-Jajajajaja. Lo pensaré más en el futuro.-lo suelto enojada.
-Seguro que no le dirías lo mismo a Jessica si ella te lo pidiera.- cruzo los brazos en muestra de mi enfado.
Para colmo, como si la hubiese invocado por arte de magia, al doblar en la esquina del pasillo, nos encontramos de frente con una soriente Jessica. Alexy detiene su marcha, lo imito, pero descruzo mis brazos y finjo alizar la falda del uniforme como si fuera la cosa más importante e interesante del mundo.
-Los estaba buscando, chicos.- no sé cómo es posible, pero su sonrisa se expandió más mientras se acercaba a nosotros. Cosa que para mí, se volvió un poco, mejor dicho, muy, muy aterrador.
Ella es como una barbie. Rubia de ojos grandes y azules, alta, con un rostro y un cuerpo perfecto. Toda una muñeca viviente. Tal vez por eso su sonrisa me parece tan espeluznante... De alguna manera me recuerda a la sonrisa del gato de Cheshire.
-Te ves tan hermosa como siempre, Jessica.-dijo Alexy abrazándola cariñosamente.
-Gracias, Alex.-ella lo separa amablemente de sí y se quedan viendo a los ojos fijamente, como si hablarán a través de ellos.
Detengo mis manos para solo observar en silencio, ya que no pertenezco al mundo de perfección inhumana que exhalan los dos cuando están juntos...
Ellos se conocen muy bien ya que siempre han sido los mejores amigos. Pero, todos sabemos que hay algo más entre ellos, o eso parece la mayoría de las veces que se reúnen públicamente. Aunque, no es que yo sea envidiosa ni nada por el estilo, pero a mi Jessica nunca me ha logrado caer bien a pesar de los años transcurridos.
-Mara, ¿Cómo has estado?-al dirijirse a mí, nos unimos en un breve abrazo de cortesía.-Reconozco que hemos hablado muy poco en todos estos años.- no tienes que decírmelo. Me he dado cuenta.- Pero, Alex, habla tanto de ti. Que debo de admitir qué, de alguna forma extraña y particular, conozco lo suficiente de ti. Y aunque no puedo considerarme una amiga. Siento que te quiero como a una hermana.-dice afable y convencida. Yo solo respondo con una sonrisa que intento no luzca incómoda ante ese discurso tan cursi e inesperado de su parte.
¿Desde cuándo ella hace o dice ese tipo de cosas? Pareciera que intentará chantajearme o convencerme de algo con palabras dulces y trucadas...
-¿Por qué nos buscabas, Jess?- pregunta Alex rápidamente.Seguramente para alejar el ambiente tenso que comenzaba a formarse.
Cuando cruzamos nuestras miradas, noto que me mira con desaprobación. Y sé el porqué, pero, ¡No es mi culpa que no me caiga! Bueno, quizás... Quizás, sí. ¡Pero solo tengo un poquito de toda la culpa!
-Mañana habrá fiesta en mi casa y quiero que estén presentes. Claro, si no es mucho pedir. Me sentiría realmente halagada de tener vuestras presencias en mi casa. Así que, ¿Qué les parece?-me parece que no me apetece ir a tu casa, ni aunque me pagarán millones asist...
-Iremos.-¿Qué? Acaso, ¿¡Te has vuelto loco, Alexy!? Si tanto quieres ir, pues ve. Pero ve, ¡SOLO, SO-LO!
-¡Fabuloso!-pegó un pequeño brinco, lo que hizo que me sorprendiera ¿Tanto le alegra que vayam... Ah, no. Se alegra porque va a ir Alexy. Sí, eso es. Tiene más sentido. Después de todo, él es su mejor amigo, su casi novio.-Entonces espero verlos a los dos allí. Y he dicho los dos, Mara.
-¿Qué, a qué te refieres, Jessica?- ¿Cómo...? Rayos, me siento espíada. ¿Acaso sabe leer las mentes de los demás o qué?
-Dígamos que te conozco lo suficiente.-Oh, no. Volvió su sonrisa aterradora. Aunque ahora es una sonrisa acompañada con un típico: "Sé algo que tú no".- Necesito que vengas, es muy importante. ¿Vendrás, verdad?
-Ah... Sí, sí. Yo iré, no te preocupes.- Ni de coña. Ahora no es porque no me apetezca. Sino porque ahora sólo me da demasiado miedo tanto interés de su parte.
-Bueno, los veo allí.- se marcha dando saltitos como niña pequeña. ¿Qué diablos...? ¿Por qué es tan rara?
-Mara, vayamos a comer antes de que suene el tim...-demasiado tarde, Alexy. Ya sonó.-Bueno, supongo que será para la próxima.- arruga todo su rostro en desagrado a lo que el mismo acaba de decir.
-Camina, no morirás por perderte una comida.-le digo entre risas avanzando de vuelta hacia el salón.
-Lo sé...-dijo con un tono poco convencido.
(Pov Jessica)
-¿Aló?- la voz al otro lado se oye más ronca de lo normal. Mm... Mejor no presto atención a algo tan irrelevante.
-Hola, no sabes el gran favor que te acabo de hacer.-sonrío sin poder ocultar mi felicidad. Y es que tengo un pequeño plan que podría beneficiarnos.
-¿Jessica, eres tú?- su pregunta me hace más gracia de la debida.
-Sí, soy yo. ¿Por qué contestas sin ver el identificador de llamadas?-digo evitando difícilmente el desternillarme.
-Estaba durmiendo, tengo un poco de fiebre. Mi hermana está tan preocupada que me tiene encerrado y casi amarrado a la cama hasta que me cure.- Oh, no. Esto podría arruinar mis planes.
-Pues que sea lo más pronto posible. Porque mañana tienes que venir a mi fiesta.- le recordé.
-¿Tengo que ir obligatoriamente?- pregunta dudoso y cauteloso. Él ya conoce lo malcriada que puedo llegar a ser cuando quiero algo.
-Sí. No puedes faltar. He preparado un pequeño regalo para ti, Leonardo.
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Límites entre tú y yo...
RandomMara Scott, es el tipo de chica que siempre ha soñado y esperado por su príncipe azul. Y esta vez, por la intromisión de terceros, parece encontrarlo. Él es: Leonardo James Hamilton. El chico perfecto según la población femenina. Alto, rubio, apues...