Capítulo 2

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Narra Sam:

Una vuelta detrás de otra. La cama se me hace gigantesca.

Una noche de lo más silenciosa a comparación de las que he tenido hasta ahora... Siempre con algo de ruido.

Pienso una y otra vez en que hacer, en que decir, en por qué contestó con tanta urgencia diciendo el nombre de mi...¿del que fue mi mejor amigo? ¿Lo seguirá siendo? No... No lo creo. Desde que me junté con Sonia, el contacto con Nate tuve que cortarlo. Y me arrepiento como nada.

Me tuve que hacer caso de una paranoica que lo único que ha conseguido es dejarme solo y aislado. Con los chicos casi ni hablo, solo sé de ellos lo que me cuenta mi madre cuando hablo con ella, y hace mucho que me dice que no sabe nada de él.

Dios, dios, dios, dios.... La frustración y el enfado me consumen por completo, haciendo que mis mejillas se empapen con mis lágrimas.

Voy dando patadas a todo de camino al baño. Son las cuatro y veo muy lejos la hora de ver el sol.

Este llanto... este sofocón me recuerda a cuando lloré por _____, cuando se fue....

Llego y como puedo enciendo la luz, iluminando el lugar. Busco desesperado en la encimera del lavabo mis cuchillas de afeitar.

Con las manos temblando quito una y con ella acaricio suavemente mi muñeca izquierda... Las lágrimas me siguen nublando la mirada pero aún así lo hago. Rajo la piel, mi piel, hundiendo la cuchilla en ella.

Sé lo que estoy haciendo, pero no por qué. Tampoco estoy muy seguro del final que quiero darle a toda esta mierda.

Sigo con los cortes hasta que dejo de llorar.

La sangre emana de debajo de mi piel, manchado todo a su paso. Dejando un río de sangre a lo largo de mi antebrazo hasta que empieza a gotear en mi codo, cayendo al suelo. Creando un charco gota a gota.

Paro, salgo del baño, me visto a duras penas y dejo a Dani durmiendo.

Me voy camino del vestíbulo del hotel apretando con fuerza mi muñeca, no sé si para evitar que salga sangre o para hacer que salga más.

Salgo por la puerta de al lado de la giratoria, esperando encontrar un taxi en el borde de la acera que me lleve hasta un hospital, o quizás una ¿farmacia? No, en una farmacia no hago nada. Y en donde acabo tampoco.

Espero pacientemente hasta que un taxi se para a mis pies y abro la puerta dejando la marca ensangrentada de mi mano derecha. Con bastante dificultad, le digo la dirección y se pone en marcha.

Sam:"¿Pu...Puede darse prisa? ¿Por favor?".-

Me mira por el espejo retrovisor y aprecia que tengo varios churretes de sangre en la cara, asiente con algo de preocupación y conseguimos incluso llegar 20 minutos antes de lo que debería.

Le pago, tendiéndole el billete por la ventanilla, yo ya desde fuera, para no tener que tocarlo. Lo coge y rápidamente se larga.

Siento que todo me da vueltas y que no queda mucho para que me acabe cayendo al suelo.

Llego al portal y toco uno de los telefonillos, ni siquiera me preguntan antes de abrir. Entro y subo, al 32...

Skinny love.|| Sam Wilkinson y tú.||2ª parte de "Las pierdo."||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora