Prólogo

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El pasado siempre nos condena, todos tenemos algo que quisiéramos jamas hubiera pasado, yo desearía jamas  haberme enterado de lo que mis padres hicieron, gracias a ellos mi vida peligra, junto con la de las personas que amo, incluso la de mis padres. 

Soy Helena. 

 Siempre considere que ser hija única era lo mejor, hasta que llego la adolescencia, necesitaba de alguien a quien contarle mis problemas o que simplemente me ayudara con las cosas que no entendía, o quizás un hermano pequeño, a quien enseñarle maldades como decir groserías, poder tener a alguien para culpar de los rayones en las paredes.    

Entiendo a mis padres y su necesidad de no tener mas hijos, fuimos muy pobres, habían  días donde no teníamos que comer y que yo enfermara era un martirio para ambos, aveces me gustaría no pensar tanto en que hicieron para mantenerse firmes y salir adelante o tener algo de dinero para alimentarme, quizás tuvieron ayuda de sus familias, pero quien sabe... 

Lo importante es siempre salir adelante con la cabeza en alto, mis padres consiguieron un buen trabajo, son administradores en una importante empresa en Chile, siempre he pensado en escribirle a su jefe y pedirles que por favor disminuya su horario de trabajo o simplemente lo ordene un poco, es algo tedioso que tengan que salir en medio de la noche por problemas en la oficina. 

No puedo quejarme, desde que comenzaron a trabajar hemos tenido mejor vida, y se han dedicado a mimarme como nunca antes pudieron, a pesar de que nunca quieren hablar de su trabajo o contestar mis insistentes preguntas sobre su horario, dicen que lo único que necesito es recordar de donde venimos y donde estamos. 

Después de todo esto,  ¿Que podría salir mal? 

Y Ahora ¿Que Hago?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora