Dentro de mi mochila llevo 4 mudas de ropa y 5 conjuntos de ropa interior, llevo otro pequeño bolso con unas sandalias y un par de zapatos cómodos. También llevo conmigo dinero que tenia ahorrados para un momento especial y al fin ese momento ha llegado, tengo unos 200 dólares que serán suficiente dinero como para poder salir del país, sea de forma legal o no.
Busqué en Internet y vi que para salir del país preciso autorización de mis padres, así que decido buscar alguien que me ayude a salir sin presentar mis papeles, y esa idea me gusta ya que podría no solo irme del país, sino que también podría comenzar una nueva vida, cambiar mi nombre y dejar mi historia atrás.
En el puerto veo barcos salir cada 20 minutos, pero no me llama la atención pues es lo normal aquí; lo que me llama la atención es que un hombre ha estado recibiendo visitas a su barco y nadie vuelve a salir. Me da miedo acercarme pero mi instinto me dice que me acerque y de un vistazo. Al hacerlo noto que la camiseta que lleva el hombre tiene un aviso en la espalda: ¡Viaje a E.E.U.U. sin problemas! Esto para mí fue como una señal de la vida, dándome una oportunidad y pidiéndome que no la desperdicie. Me acerco y tomando todo mi coraje le hablo.
-Disculpe, quisiera saber si usted me podría llevar en el barco.
-¿Quien le dijo que yo realizo viajes en barco?- dijo con firmeza en su voz.
-Nadie, saque la conclusión.- El tenía ahora curiosidad en sus ojos, hizo un asentimiento como si quisiera que continuara con mi explicación. -Vi su remera con el aviso en la espalda y en la hora que he estado sentada en aquella banca- dije señalando con el dedo el lugar en el que anteriormente me encontraba sentada. -he visto varias personas entrar en su barco y no salir.
Sus labios no me dieron ni una sola palabra más. Dio un asentimiento y se retiro hacia su barco pero antes de entrar me miro y con su mano me hizo una señal como para que fuera hacia donde él se encontraba. Al llegar a la puerta él reposo su espalda sobre uno de los bordes del marco de la puerta y en el lado opuesto puso su mano obstruyendo mi camino.
-Tienes que pagar por el viaje.- dijo con un tono de voz juguetón, que no me gusto para nada.
-¿Cuanto es por el viaje? ¿Y puedo pagar con dolares? Es el único dinero que tengo.
Levanto la vista que yo hasta ese momento no había notado que estaba sobre mi escote y me miro con una gran sonrisa; a la cual no había visto que le faltaban dos dientes.
-Si quieres, no tienes que pagarme con dinero- hizo una pausa mirando mi chico y menudo cuerpo. -Puedes hacerlo con lo que se te de mejor.
-Me gustaría mucho pagarte con dinero.- dije con un tono firme y con un toque de rabia y desgrado.
-Como tu quieras.- dijo poniendo su mano tendida con la palma para arriba.- Son 100 dolares.
Me sorprendió que no me echara a patadas luego de haberme negado tan rápido a hacer lo que el quisiera conmigo. Pero aún más me sorprendió el interior del barco, ya que por fuera se lo ve hasta oxidado y por dentro es hermoso, tiene espejos grandes en el techo y las paredes pintadas en un tono de turquesa suave, pero no tiene ventanas; debe para ser que el que lo vea desde fuera no sospeche. Este hombre se paro delante de mi y del grupo de personas que creo que me acompañaran durante el comienzo de este viaje.
-¡Bienvenidos a todos! Aquí estamos apunto de comenzar nuestro viaje hacia el grandioso país de Estados Unidos. Espero que todos se sientan cómodos en sus asientos porque van a viajar en ellos durante todo el viaje.- yo miré mi silla y pensé que hubiese sido mejor haberme acercado antes para conseguir un mejor lugar, pero no me puedo quejar, al menos me voy del país. -Los baños se encuentran por el pasillo del fondo a la derecha el de damas y a la izquierda el de caballeros. ¡Disfruten el viaje y recuerden que la barra de comida queda habilitada desde este momento!
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El viaje de la vida
AdventureSabrina decidida a que nadie la controle, se va de su hogar, con la esperanza de conseguir un futuro, pero encuentra más que eso... encuentra una vida.