Desde que partimos del puerto tengo un mal presentimiento, como si mi sexto sentido me avisara que se avecina el peligro, pero evito ese sentimiento y me dirijo a la barra de comida. Todo esta marcado con precio en dolares, así que observo desde lejos ya que solo me queda la mitad del dinero con el que partí de mi casa.
Volví a mi asiento y veo que la mujer que estaba junto a mi con sus dos hijas gemelas se habían ido. Las niñas eran simpáticas y muy bonitas con sus ojos azules y sus pelos negros del mismo largo, me hicieron varias preguntas sobre mi pasado, las cuales no respondí, pero si respondí todas aquellas que tuvieron que ver con mi futuro. En su lugar se encontraba un hombre de aproximadamente unos 70 o 80 años durmiendo. Me senté junto a él en mi asiento y comí en silencio aunque el resto de las personas hablaban, gritaban o reían, pero yo tenía miedo de despertarlo, me recordaba a una vez cuando niña volvía del colegio a mi casa la cual solo queda a unas manzanas de distancia, cuando iba a mitad de camino un vagabundo me agarro la mochila del colegio y me la intento sacar, yo con miedo le gritaba: ¡Detente! Me estas lastimando. Él no se detuvo sino que comenzó a cinchar con mayor fuerza, tanta que yo quede tendida en el piso. Jamás lo volví a ver pero el hecho de solo tener 7 años cuando esto sucedió, me traumatizo. De modo que cada vez que veo un hombre parecido a él, trato de no acercarme o si lo hago, hacerlo con cuidado.
Me despierto con un gran dolor de cuello, ya que mis condiciones de viaje no son la mejores. Recuerdo haber estado callada y quieta durante casi 2 horas hasta que el anciano se despertó y se retiro del asiento que estaba continuo al mio. En cuanto vi que estaba lo suficiente lejos mio, relaje mi cuerpo tanto que al parecer quede dormida. Ahora estando despierta noto que me dormí en el momento equivocado, ya que ahora es cuando todos están durmiendo, consulto mi reloj y noto que son la 1 am. Decido leer el único libro que traje junto a mi en el fondo de mi bolso. Nunca salgo sin un libro, y ya que no pensaba volver a casa, traje conmigo mi libro favorito. Lo leí durante unas horas, hasta que noté que había alguien de pie frente a mi. Levanto la vista y veo que es un chico. Sus ojos verdes se encuentran con los míos, no puedo creer que existan ojos tan verdes y que no muestren sus sentimientos; tenia entendido que cuanto más claro los ojos más abierto el camino a el alma de la persona, pero este chico es la excepción.
-Perdón. No quería interrumpirte, solo quería saber el nombre del libro. -su voz es firme y tiene un toque adulto aunque no debe superar los 18 años.
Le mostré la portada: Cien años de soledad.
-Es de Gabriel Garcia Marquez. -dije y baje la mirada hacia mi libro, no soportaba seguir mirando esos ojos, sentía que me absorbían.
-Nunca lo he leído ¿Es interesante?
Levante la mirada y me dije a mi misma que podía establecer una conversación sin derretirme ante sus ojos.
-De acuerdo que tipo de lectura te gusta, además es un poco confuso porque cambia de tiempo y paisaje sin avisar.
-Bueno, eso suena extravagante. Quiero decir debe ser interesante leer algo así, aunque hay que tener una gran concentración para no perderse.
-Así es, por eso decidí leerlo en este momento porque con el silencio me puedo concentrar y no molestar a nadie.
-Una muy buena elección... -en sus ojos se presenta el primer pensamiento visible, pero es cubierto enseguida -¿Cual es tu nombre?
Podría decirle la verdad, y contarle sobre mi pasado; pero como voy a comenzar de cero, puedo cambiar todo de mi.
-Mi nombre es Lou. -no muy segura de si eso verdaderamente es un nombre, pero no importa, es mi vida, mi futuro, tengo derecho a poder elegir mi nombre.
-Un honor conocer a una persona con tan extravagante nombre que lee cosas extravagantes. -una sonrisa apareció en su rostro. -Soy Nícolas, perdona el atrevimiento de no ser extravagante y estar hablando contigo.
-Matas mi reputación acercándote, te daré una de mis bufandas para que no desentones conmigo.
Se sentó junto a mi y con una sonrisa triunfante dijo:
-Será un honor utilizar una prenda tuya.
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El viaje de la vida
AdventureSabrina decidida a que nadie la controle, se va de su hogar, con la esperanza de conseguir un futuro, pero encuentra más que eso... encuentra una vida.