El Coco No Existe, ¿ Verdad?

Otra noche

Tu cuerpo está calmado, pues sabes que no puede visitarte dos días seguidos pero de todas formas tienes una luz encendida en tu habitación, y por primera vez ocurre algo extraño, tu cuerpo se siente pesado, cada vez más y más pesado, y entras en lo más profundo de ti, estas soñando, pero algo esta mal, no es como se supone que es todo, el mundo que tu con experiencias y gustos construiste se está envolviendo en algo que sólo se puede describir como una enorme y densa nube de oscuridad.
No estas seguro de que rayos pasa, tu hermoso mundo está viendo convertido en oscuridad, sientes un frío que te cala hasta los huesos, te sientes más pesado que el metal, y sólo logras sentir algunas cosas que sientes, van a dejarte loco sí continuas escuchando el sonido que despide tu mente.
Temor, impotencia, tristesa y miedo, taladran tu cabeza y no te dejan pensar, te sigues sintiendo pesado, cada vez más, cierras los ojos tratando de creer que es un sueño, en un vano intentó por despertar. Abres los ojos, y de estar en un claro en tu lugar favorito, pasas a un presipisio, uno tan alto que no puedes creer que lo sea, pues no logras ver el fondo, pues no tiene uno, y frente a ti, está el... con sus ojos color carmesí, con esas manos descomunalmente largas, esa boca llena de dientes tan rectos y afilados como miles de agujas, mirándote.
El se abalanza a ti, gritando de una forma indescriptiblemente horrible, y despiertas asustado, pero eso no quitó el echo que no siguiera ahí, parado, frente a ti. Más pálido que la noche anterior te desplomas y te desmallas.
Cayendo de nuevo en otro sueño, pero es diferente, pues más bien parece una casa, donde cada pared es un recuerdo tuyo, lo ves y se va corriendo y se pierde entre las sombras, riendo de una forma casi infernal...