Prólogo

60 3 0
                                    



Todos estaban reunidos alrededor de La Gran Piedra Ceremonial, desde el mas alto en orden de  jerarquía hasta el ultimo.

Philiph Montgemercky, el encargado de representar a los de raza angelical, cogió su copa semi-llena de Khigla y con una cucharilla golpeo la copa haciendo callar los murmuros de todos los presentes en la mesa tomo la palabra:

- "señores, estamos aquí presentes por una razón..., recibí noticias de que el hijo de Olive Grileufhus  quien a sido perdido por la criada de la misma, Olive ya se encargó de matarla con sus propias manos y trata de recuperar el honor de la familia Grileufhus, como ya supimos anteriormente sabemos que ese hijo era una gran amenaza para todos, no tenemos el suficiente conocimiento para saber que es lo que puede resultar de la unión de un..., "tipo" con mas sangre de demonio y una..., "chica" con mas sangre de Ángel, así que por el bien de la señora Olive, recemos que haya encontrado a su hijo"

- ¿Que?- pregunto uno de los presentes 

- ¿Fue a buscar a su hijo?- pregunto otro

- ¡Señor Philiph!- grito la criada quien estaba corriendo hacia la sala en la que se encontraban todos presentes

- Sofia, ¿Que tienes?- pregunto con el ceño fruncido

- ¡Una señorita que dice llamarse Olive Grileufhus esta en la puerta con un cofre y las manos y el vestido llenos de sangre!

- ¡¿Que?!- preguntaron todos al unisono

- ¡Philiph!- exclamó una voz cantarina, Philiph amaba aquella voz, amaba a la dueña de esa voz

- ¡Olive!- exclamo Philiph al ver todo el panorama delante de el 

- ¡Lo hice!- Olive se acerco a Philiph apoyándose en su hombro y ahogando sollozos

- ¿Que paso Olive?- a Philiph le preocuparía demasiado si alguien le hizo algo a Olive, a pesar de haberse enamorado de un canalla demoníaco, el la seguiría amando hasta el fin

- ¡Lo maté!- dijo sin mas

- ¿A quien mataste?- pregunto una voz desde el fondo

- A mi hijo..., Señores, nuestra raza no tiene nada que temer, mi hijo murió en mis brazos porque yo lo maté y aquí esta la prueba de ello...- abrió el cofre mostrando un pequeño corazón fresco, tuvo que haberse sacado recién del cuerpo de su hijo, como ella decía,  se escucharon algunas exhaladas de aire, otros pequeños gritos de sorpresa ¿Como es que Olive Grileufhus, pudiera haber matado al fruto que creció dentro de ella?, se escucharon silbidos y risas, todos estaban celebrando la despreocupación de su raza, al parecer todos gozaban de la fiesta menos Olive, quien se fue llorando hacia la puerta principal, y desapareció.

****


Acid!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora