El alma de Mr. Styles

Pesadillas

Un grito aterrador me despertó, eran las 2 de la mañana aproximadamente, con los ojos entreabiertos me levanté de la cama para encender la luz y en ese momento un segundo grito se oyó, esta vez más débil que el primero.

En seguida salí corriendo hacía la habitación de mi hermano menor, encendí la luz y me acerqué a su cama intentando despertarlo. Aún dormido con un gesto de terror y desesperación en su rostro dijo

-¡No lo sé! ¡No lo conozco!- y se despertó.

-¿Estás bien?- Le pregunté preocupado.

Con la mirada perdida y los ojos a medio abrir me preguntó -¿Qué haces aquí?-

-Creo que has tenido pesadillas- Le dije, mientras recogía el cubrecama del suelo.

-Pues no recuerdo, déjame dormir- me respondió con un tono de incomodidad.

Apagué las luces y regresé a mi habitación. Ya no tenía sueño, me acosté pensando en las cosas que tendría que hacer en la mañana siguiente, pues mis padres viajaron de improviso el día anterior. Mi hermano y yo nos habíamos quedado solos, se suponía que la abuela iba a cuidarnos, pero había perdido el bus así que llegaría la tarde del siguiente día.

La abuela llegó casi en al anochecer, trajo regalos; a mi hermano le encantó su nuevo auto de juguete. Austin era inquieto, travieso y muy curioso como todo niño de 6 años. Le fascinaban las historias de ciencia ficción y aventura. Solía salir a pasear cada tarde con una vieja bicicleta, la que fue del abuelo cuento era niño. Pese a que mis padres le compraron una bicicleta nueva, siempre prefirió pasearse en la "reliquia"; así era como le decía yo.

Las dos de la mañana, me desperté para ir al baño, tenía que ir hasta el primer piso, el baño de mi habitación estaba dañado, una tubería rota. Mientras regresaba por las escaleras, se escuchó lo mismo que la noche anterior, corrí hacía la habitación de Austin y ahí estaba la abuela abrazándolo y él con la misma reacción de la noche anterior.

Así fue la noche siguiente, a la misma hora, los mismos gritos y las mismas palabras antes de despertar, para luego no recordar nada. Solo fueron 3 noches y luego todo regreso a la normalidad.