¡Por ser jóvenes!

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Tomamos un taxi (solo tenemos 14 años, aun no podemos manejar) y al llegar Roció nos recibió con una enorme sonrisa.
-Al fin llegan; se ven hermosas
-Tú también Roció
Tanto Paula como yo nos agachamos a darle un beso en la mejilla; Roció era muy chaparrita (apenas llegaba al metro y medio con sus tacones de 7 centímetros), no tenía ningún problema genético ni nada, simplemente era muy chaparrita y ya.
Su vestido rojo sangre contrastaba con su piel (era más blanca que yo, pero no mucho), su cabello castaño claro larguísimo con mechas azules estaba bucleado, sus tacones eran negros de 7 cm con picos del mismo color en el punta-pie mientras que sus ojos están delineados igual a los míos y llevaba solo brillo y no labial.
-Pasen. Rápido.
Entramos al salón y mi boca cayo hasta el piso; verán en los ranchos de México es usual que cuando hay fiestas, se hagan a lo grande pues va toda la población de dicho rancho (aunque no los inviten), normalmente no hay vajilla sino desechables –unicel-, también que vaya una banda de regional mexicano para que toquen y se escuche hasta el rancho vecino, usualmente todo es humilde pues estaría bastante cabron dar platos de porcelana a cada invitado (y colados) y pagar un plato de banquete también ( inclusive una vez fui a una que hicieron todo afuera en la calle); pero esta quinceañera el salón era elegante, amplio, había vajilla de porcelana, la chica iba con un vestido hermoso con el que yo apuesto mis ahorros para la universidad que era de diseñador, había banquete, meseros y una mesa enorme de dulces que estaba siendo devorada por los niños.
No me mal entiendan, yo amo ir a las fiestas de los ranchos, la gente se alocaba más, bailaban más, y la fiesta duraba ¡todo el día! no solo cinco horas que es lo común en la ciudad (que era donde yo vivía).
Roció nos ubicó en la mesa donde ella estaba sentada, en donde estaba Fernando, Roberto, Iván, Jesica, Mario, un chico al que yo nunca había visto y una chica que tampoco conocía.
Salude a todos de beso y al llegar con el chico –cuyo nombre no sabía- el me tomo la mano y dijo con una voz gruesa y una sonrisa de dientes perfectos:
-Soy Jorge
-Rebeca
Y luego la chica:
-Jazmín
-Rebeca
La chica era de piel blanca y cabello castaño claro, con ojos color miel y llevaba un vestido straple muy corto que apenas le tapaba el trasero color azul obscuro, tacones de 15 centímetros negros, labial rojo y delineado negro con sombras del color de su vestido. Toda una zorra.
Y por la mirada de mi hermana, sabía que ella pensaba lo mismo que yo.
Cuando me senté, se volvió todo un silencio incómodo.
-¿De dónde eres Jazmín? -¿Es en serio Rebeca? ¿No se te ocurrió algo más inteligente?...la verdad no.
-Soy de Chihuahua, por el paso Texas.-la morra movió su cabello como si ser del paso fuera la gran cosa. Puta, ya la odiaba.
-Ah.
Después de eso Paula entro a rescatarme y entablo con toda la facilidad del mundo una conversación.
Fue entonces cuando me puse a estudiar al chico nuevo, tenía el cabello obscuro, piel clara y muchas pecas repartidas en su cara, sus ojos color café obscuro estaban enmarcados por unas largas, hermosas y espesas pestañas, mientras que su nariz tenía un tamaño ideal (ni muy grande ni muy chica), sus labios eran muy lindos de un color rosa que se vería muy femenina en cualquier otro chico, pero a él le quedaba perfecta pues sus rasgos gritaban "¡MACHO PECHO PELUDO QUE SE RESPETA!" y sus hombros eran anchos, no pude ver más pues estaba sentado. Me gustaba, de eso no cabía duda.
-¿Verdad Becky?
Mierda, ¿de que hablaban? Puta...piensa en algo idiota.
-
Sí, claro.
Oh Rebeca, eres muy inteligente, deberían darte un premio Nobel.
-Jesica
-¿Qué paso Becky?
-¿Me acompañas al baño?
-Claro.
Jesica se levantó y me permitió ver su vestido color blanco sin estampado de vuelo, sus tacones de 7 centímetros con un moño y su pulsera color negra a juego con su collar que decía "Perra" con letra cursiva. Ella no era una perra, pero le encantaba jugar a serlo (y por "jugar" me refiero a que finge ser una perra).
Caminamos hasta el baño y ahí le pregunte lo que me estaba volviendo loca.
-¿De dónde carajo salieron ellos?
-Jorge es primo de Fernando y Jazmín es una "amiga" de Fernando.
-Es una zorra. –solté sin pensarlo, no me importaba, Jesica nunca contaría que yo dije eso.
-Coincido contigo. Se la pasa manoseando a Fernando por debajo de la mesa y cree que no nos damos cuenta.
-Yo no me había dado cuenta
-Sí, pero tú estaba muy ocupada viendo a Jorge. ¿Es lindo no?
-¡Jesica! ¡Sales con Mario!
-Jamás dije que intentaría algo Rebe.
-No me digas así Jesi
-Eres una zorra
-Jesica, yo no soy la que tiene un collar que dice perra.
-¿Es lindo verdad? –dijo tomándolo y haciendo una cara extraña.
-Vamos, camina. –dije riendo de ella.
Al llegar nos dimos cuenta de que no estaba Fernando, Jazmín, Roció ni Iván.
Roberto no me quitaba la mirada de encima, quería regresar con él y no porque lo amara o algo así, simplemente en estos momentos no tenía novio y yo sabía que él quería volver conmigo, así que le daría un poco de celos.
-Jorge, ¿A dónde fueron todos?
Viéndome como si de verdad no se creyera que le hablara a él, me respondió.
-No lo sé Rebeca, no nos avisaron a donde iban.
-Oh vamos, no me digas Rebeca, dime Becky
El sonrió y me sonroje –Rebeca que chingados te pasa, tu nunca te sonrojas, seguro es el calor que hace aquí, puta prendan un pinche ventilador-
-Entonces Becky ¿quieres ir a la mesa de dulces por algo?
-Claro
Le sonreí coquetamente y con mi vista periférica vi como Roberto hacia su típica cara de enojo que consistía en presionar con fuerza sus labios, fruncir el ceño e inflar un poco las mejillas.
¡Por pendejo!, él fue el que me puso el cuerno.
Al llegar a la mesa vi una fuente de chocolate y fresas, inmediatamente fui por un plato y puse todas la que entraban sin caerse en el plato con mucho chocolate.
-¿No gustas?
-No, no me gustan las fresas.
Oh no, un punto menos a su favor, yo amo con mi vida las fresas.
-¿Y qué te gusta entonces?
-Cosas picantes -¿acaso lo dijo con doble sentido?- y los quequis.
No se dicen quequis, son cupckaes, mierda.
Terminamos de poner en un plato cada quien lo que quería y regresamos a la mesa.
-Hermana –me llamo Paula
-¿Qué pasa?
Se acercó a mí y en un susurro me dijo:
-Deja de andar de zorra, sabes muy bien que es el primo de Fernando, ¡Y acabas de terminar con Fernando apenas hace 5 días!
-¿Y? Ya no es mi novio, no le estoy poniendo el cuerno, así que yo puedo hacer lo que se me dé la regalada gana.
-Como quieras
Se dio la media vuelta y se fue con un chico cuyo nombre no conocía ¿Quién es la zorra ahora? Ella termino hace dos semanas con Martin.
-¿Estas bien Becky?
La voz de Jorge me saco de mis pensamientos, así que con una sonrisa voltea a verlo.
-Claro, todo está de maravillas.

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⏰ Última actualización: Jul 30, 2015 ⏰

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