Ambos sonríen y se dirigieron al habitual hotel. Eran las 10:00 pm, el ambiente frío y cálido a la vez. Ella lo desvistió haciendo que se perdiera por la manera en que lo besaba. Recorrió su cuello. Lo llevó hasta la cama donde ella lo empujó casi desnudo. Él se recostó en medio de la cama y ella le puso en los ojos la corbata para velar su vista. Sacó unas tiras de tela largas, color rojo, y lo amarro por cada extremidad de la cama.
Ambos en silencio, ella se desvistió, se subió a la cama y lo besó en el cuello. Sintió como su piel se erizó y siguió hacia su pecho, acariciando con sus manos su pelo, sus brazos. Bajó hacia la zona de su miembro, en el recorrido que llevaba con la lengua desde el pecho, para fluir con las manos en un movimiento lento de arriba hacia abajo, después rápido. Ella escuchaba como gemía y sentía el inicio del escurrimiento, causa de la exitación.
-Desátame antes de que termine- dijo él con la voz un poco afectada por la fuerza del placer, placer de deliciosa muerte.
Ella le quitó la venda de los ojos e hizo lo que le pidió. Él le sonrió y dijo:
-Me fascina cuando tomas el control.Ella responde a su sonrisa y lo besa con las mejillas en carmín. Él la tomó y la colocó boca abajo con las piernas separadas, inclinó con su mano la espalda levantando su cadera. La penetró y ella gimió de placer, con unos movimientos rápidos de adelante hacia atrás, besándole la espalda hasta lograr que ella culminara el laberinto de sensaciones que trae el orgasmo, observando como temblaba su cuerpo. Después terminó él.
Quedaron recostados en la cama, cansados, y él se durmió. Ella no lo pudo hacer pensando en que había sido la última vez que estuvieron juntos. Se levantó, se cambió y salió de la habitación dejando una nota en el buró:
" Espero encontrarte en otra vida, para volver a hacer cosas increíbles, como hasta ahora."Tu amante.