El DIVER1

Brel

Estaba maldiciendo a mi madre, ¿¡donde se había metido!? Me había despertado en el camarote y ella ya no estaba. La cabeza me daba vueltas y solo esperaba que el submarino dejase de bajar de una vez. Llevaba caminando por pasillos monótonos lo que me pareció una eternidad cuando de pronto una luz se encendió y el supositorio comenzó a inclinarse hacía un lado. Grité, pero para cuando quise percatarme ya estaba en aire, caí con un golpe seco y todo se volvió negro...

Me desperté en una cama, mire a mi alrededor y descubrí que no me encontraba en un camarote normal como el mío, sino en uno más moderno y sofisticado si cabe, me encontraba en la clase ViP del submarino mas VIP de todos! <<he elegido el mejor pasillo pra desmayarme>> pensé y una alegría me inundó justo antes de darme cuenta de que no estaba sola en la habitación, miré hacia la puerta del baño a tiempo para encontrarme con un chico un año más mayor que yo, alto y de ojos grises, mirandome.

-Al fin te has despertado, la verdad es que ha sido una caida graciosa. Soy Brel, ¿y tú? -me preguntó.

-Carlett.

Sonrió y yo le devolví la sonrisa. No sabía que más decir. Me incorporé y bajé las piernas del colchon, me sentía nerviosa, incómoda y observada.

-Mmmm... Muchas gracias, Brel. Pero me temo que tengo que irme a buscar a mi madre...

-Oh, sí. No pasa nada. Ya nos veremos por aquí, Carlett.

Miré a mi alrededor antes de irme y me supo mal lo aburrida y corta que había sido la conversación teniendo en cuenta que él se había molestado en remolcarme quién sabe cuantos metros. Así que me apoyé en la puerta abierta e intenté alargarla un poco:

-Bonito camarote, por cierto.

Él pareció confuso, pero luego sonrió.

-Gracias. Mi padre trabaja en el subma. Es el guía, lo conocerás en cuanto lleguemos a la gran barrera de coral.

Eso sí que no me lo esperaba, pero explicaba lo del camarote. Me enfadé conmigo misma por sentir algo de decepción. Justo en ese momento mi móvil empezó a sonar, era Curt desde el skype, y llevaba mucho tiempo sin verla así que me tuve que despedir.