Pov Owen
- ¿Holanda?- mire curioso el sobre que contenía los billetes.
-Querido, teniendo en cuenta que vas a cumplir dieciocho años y sigues virgen: Necesitas ayuda.
-Pero ¿Qué tiene que ver Holanda con perder mi virginidad?
-El barrio rojo es lo que tiene que ver- observé a Miranda mientras servía un poco de whisky en un vaso lleno de hielo- James, Tayson y yo hemos pensado regalarte el viaje por tu cumpleaños además de acompañarte- llevo el vaso lleno a sus labios y dio un largo trago.
-El barrio rojo es el de los escaparates ¿cierto?- asintió con la cabeza- ¿también hay prostíbulos?
-Honey, allí hay cualquier cosa que te puedas imaginar, además iremos a visitar más lugares, conocer cultura general- se acercó hasta mi y me pellizco la mejilla- No puedes negarte y por favor- cogió su bolso y camino hasta la puerta- Haz la maleta : Nos vamos pasado mañana- salió sonriente dejándome con la palabra en la boca, tal vez si que necesitaba ayuda.
Mi nombre es Owen Rise y soy el perfecto niño mimado británico: Mi padre es dueño de la mayor compañía tecnológica del mundo mientras que mi madre además de ser actriz y modelo es una de las mejores biologas, tengo que admitir que tengo una vida de ensueño.
Pero tengo un problema un gran problema, estoy a unos días de cumplir dieciocho años y sigo tan virgen como el día en que vine al mundo pero todo esto tiene una explicación:
Siempre mi orientación sexual había girado entorno al sexo femenino, pero la primera vez que tuve una experiencia sexual a los catorce años con una mujer no fue como me lo esperaba o como me lo habían llegado a describir y eso me hizo replantearme demasiadas cosas. Empece a quedar con chicos y enserio que descubrí un mundo nuevo y todo empezó a cobrar sentido, todavía no he tenido el valor de acostarme con un chico. No porque no se me hayan presentado oportunidades sino por que no los encuentro atractivos, son todos iguales y eso significa aburrido.
Cuando la gente afirma que las personas ricas son las más corrompidas tal vez tengan razón.
Pov Davet
Recosté los brazos encima de la barra, observando el ambiente que se presentaba todos los viernes, la puerta no paraba de abrirse debido a la gran corriente de turistas curiosos que se encargaban de dejar casi todo su dinero desperdigado encima de las tarimas, una sonrisa se me escapo cuando vi entrar a mi hermana que venía en dirección a la barra.
-¿Hoy toca bar?
-Hoy toca bar- repetí cansado-no salgo hasta dentro de veinte minutos, ¿Quieres algo de beber?
-Una piña colada por favor- me sonrió cómplice mientras yo le servía un zumo de piña.
-Cuando cumplas 18 años avísame- observe como la encargada me hacía señas invitándome a acercarme, deje el delantal detrás de la barra y me acerqué no sin antes besar la cabeza de mi hermana, una vez a su altura la encargada empezó a hablar.
-Davet, acaba de llegar una calienta.
-Pero si estoy castigado-sonreí curioso- en la barra- me pegue a ella susurrando esto último en su oído.
-Ya lo sé idiota- me empujó alejándome de ella- si esa extranjera no se hubiera empeñado en que fueras tú que la atendiera ni te hubiera llamado, después de tu trabajo de mañana vuelves al bar- me pasó las llaves de la sala privada número cuatro, camine hasta ella y voltee el cartel que colgaba de la puerta dejándolo ver por la parte que decía ocupado.
Una mujer esperaba sentada sobre el gran diván rojo que adornaba la habitación, en la mano derecha sujetaba una copa de Martini adornado con una cereza, me miraba fijamente mientras sonreía.
-Darling eres la perfección en persona, déjame que me presente, me llamo Miranda y créeme cuando te digo que necesito tu ayuda.
-Cuando quieras- sonreí coqueto mientras me acercaba mordiéndome sutilmente el labio.
-Créeme que me encantaría, pero ahora no es el momento- colocó sus manos sobre mi pecho frenando mi camino- pero el baile es para mi mejor amigo.
- No tengo ningún problema en hacerlo pero obviamente el precio será más elevado.
-Puedo pagarlo, no te preocupes- se mordió el labio dejando ver una mirada lasciva- ¿Podrías girar lentamente?
Le dedique una sonrisa coqueta y comencé a girar sobre mí mismo con lentitud, me acerqué poco a poco mientras me quitaba la camiseta y la apoyaba alrededor de mi cuello.
-¿Algo más?
-Sin dudarlo te haría muchas cosas más pero, mejor dejémoslo todo para mañana- saco un cobre de su bolso y me lo entregó- esto es por este ratito, mañana a las doce nos vemos- se levanto del gran diván rojo pasando su mano por mi pecho hasta acabar en mi polla, mientras se mordía el labio- le he dado los detalles a la chica tan insoportable que me ha abierto la puerta, hasta mañana honey- se alejó caminando mientras movía las caderas de una manera provocativa, cuando vi que salía por la puerta me tumbe en el diván, abrí el sobre mientras suspiraba cansado y fue en ese momento cuando todo el cansancio que podía llegar a sentir se esfumó para sentir intriga, en el sobre habían dos mil euros y nunca me había ganado tanto dinero en unos minutos.
Tras ponerme la camiseta volví al bar donde Allegra me esperaba curiosa.
-¿Un trabajo?
-Mañana me perdonan el castigo- vi entrar a Darren que se encargaba de hacer el turno de noche en el bar- ahora sí ¿Nos vamos?- me coloqué a su lado y le ofrecí mi brazo que ella aceptó mientras reía.
-Nos vamos- salimos del amado barrio rojo para los turistas y odiado por mi, caminamos hasta la estación de metro y esperamos unos minutos hasta que llegó el gran metro. Para mi suerte a esas horas el metro estaba desierto y podía aprovechar el silencio para pensar, siempre tenía muchas cosas rondando me la cabeza pero en estos momentos solo tengo una cosa en mente: Mañana.
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!Bienvenido a Holanda!
RandomPretencioso, mimado, prepotente,egoísta... es la mejor definición para Owen. Pero todo esto puede cambiar de un momento a otro : ¿Te quedas para averiguar que pasa?