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Su cuerpo se estremece una vez más, suelta un gemido lleno de placer y abre los ojos para despertar de aquel sueño erótico. Sus piernas están apretadas y su mano esta en su coño. Se sienta en la cama, talla sus ojos y se encuentra con su compañero mirándola desde el umbral de la puerta con una sonrisa picara. Se exalta al momento. ¿La vio..? Oh dios.

-Aiden.. -Murmuro ella avergonzada- ¿Cuánto tiempo llevas aquí? -Le pregunta con una sonrisa nerviosa, el ríe.

- Lo suficiente para darme cuenta de que estabas teniendo un placentero sueño.. -Murmura el. Toda la sangre se le sube a las mejillas a Ariana.

- Eso es mentira.. yo.. -El la interrumpe con una carcajada.

- Oh vamos Ariana. Cualquiera se daría cuenta que estabas follando en tu sueño, calma ¿Vale? -Ella asiente avergonzada- Pero si quieres.. te ayudo a complacerte un ratito y qué no te quedes con las ganas.. -Se muerde levemente el labio, y se acerca a la cama donde esta Ariana.

- ¡No empieces Cood! -Se queja ella, cuando lo siente demasiado cerca. Se levanta de la cama y camina hacia el baño.

- Um.. qué rico culo pequeña. Me muero por ahuecarlo entre mis manos.. -Ella suelta un jadeo de desesperación y Aiden ríe.

- ¡Eres un cretino! -Se queja ella y cierra la puerta del baño molesta.

Odiaba cuando se ponía de cerdo. Ni siquiera le daba pena cada barbaridad qué le decía, pero claro le encantaba ponerla nerviosa y sonrojarla.

Termino de quitarse cualquier rastro de sudor, salió de la ducha y se enrosco en una toalla. Abrió la puerta y cuando salió, de nuevo se encontró con el chico, pero esta vez fisgoneando su armario.

- ¡Aiden! -Grita ella, el se sobresalta y volteo a verla.

- ¿Me quieres matar? -Pregunta el haciéndose el ofendido- Estas loca.

- ¿Qué demonios sigues haciendo aquí Cood? -Pregunto ella. El camino hacia la puerta.

- Pues vine a decirte qué bajaras a desayunar.. -Le dijo el, mirándola de pies a cabeza- ¿Porqué no te quitas la toalla?

- ¡Ya vete! -Le dijo ella empujándolo a la salida- ¡Puerco!

- ¡Uy! Esta bien cariño, pero si necesitas ayudita para tu coño, aquí esta papi Aiden quien te puede ayudar.

Ella gruño y le aventó un tacón en la cara.

- ¡Largo! -Grito ella y él salió con una picara sonrisa del cuarto.

Cerro de golpe la puerta y suspiro pesadamente, su compañero era insoportable a veces. Pero eso no le quitaba lo atractivo, estaba hecho para suspirar de solo verlo. Pero jamás.. aceptaría ninguna de sus 'proposiciones'.

Caminó hacia la concina después de vestirse y arreglarse lo suficiente para sentirse segura consigo misma. Cuando entra, la mirada de los dos chicos, se sitúa en sus pechos. «¿Habrá un día que no me miren así?» Gruñe en sus pensamientos.

- Si, chicos, acá estoy -Les hace señas con las manos, ellos ríen y la miran ahora si, a la cara.

- ¡Pero que preciosa amaneciste hoy amor! -Le alaga Dylan, ella le sonríe hipócritamente.

- No empieces -Le dijo ella de mala gana- Ya tengo suficiente con que Aiden este de cerdo, para que tu..

- Oh, oh, tranquila tigresa -Le dice el, con una sonrisa encantadora- Sabes bien que yo no soy así..

- Si, claro y luego tu -Aiden suelta una carcajada- Cállate, tu estas igual Aiden. ¡Los dos son unos cerdos!

- ¡Si que te hace falta una buena follada cariño! -Exclamo Dylan, ella torció los ojos.

- ¿Y a ti que? -Le dijo ella de mala gana.

- Si, le hace falta una buena follada.. -Murmura Aiden, ella gruñe.

- ¡No los soporto! Los dos unos fastidiosos, es un asco no poder pagar el alquiler sola -Exclamo ella. Y salió de la cocina.

- ¡Hoy en la noche hay fiesta corazón, tal vez encuentres a un chico que te baje el mal humor! -Le grito el rubio, ella solo refunfuño y salió del departamento.

¿Porqué le había tocado vivir con aquellos dos locos?

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