Capítulo 1

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Mi nombre es Isabella Smith, soy alumna de primer año de preparatoria; me siento al lado de David Hamilton quien no ha venido ni una vez a clases después de haber derramado sangre el primer día.

Ahora, David es el tema del momento como "el fantasma del primer año". Hace un mes, puso en el hospital a un alumno superior y aún se puede encontrar evidencia contundente de la violación en la escena del crimen. Sin embargo, nada de eso me importó.

Tengo un sueño.

Para lograr ese sueño, estoy completamente enfocada estudiando cálculo por el momento.

No tengo tiempo para prestarles atención a otras personas.

-¿Señorita Smith?

-¿Profesora Sellers?

-Oh, señorita Smith quería pedirle de favor que vaya a casa del señor Hamilton a entregarle los apuntes de las clases, usted sabe...desde el primer día no asiste a clases. ¿Podrá hacerme este favor? Te pagaría comprándote una guía de estudio.

-Está bien.

-¡Muchas gracias!

Esperé a que terminaran las clases para ir a la residencia de David Hamilton.

Vaya, al parecer vive en un edificio de juegos, mejor le pregunto al señor del mostrador.

-Disculpe. Mi nombre es Isabella. ¿Se encuentra David Hamilton?

-¿David? Él está...

Entonces nos interrumpió David.

-¡Marco murió por tu culpa!

-¡David, te dije que te controlaras aquí!

-¡Pero Jack! Él...

No entendía nada hasta que me fijé en una máquina de juegos, era un juego muy reconocido y el protagonista se llama Marco.

-David, solamente te faltó habilidad. Mejor mira, tienes una invitada.

-¿Ah?

David me miró por dos segundos y corrió hacia una ventana a lanzarse, estábamos en el segundo piso, cualquier persona normal habría salido gravemente herida.

Me interrumpió el aroma del cigarrillo que Jack estaba fumando.

-Oh, aquí tiene señor; me pidieron que dejara esto.

-Ok señorita, gracias por venir hasta aquí ¡nos vemos!

-Adiós.

Bajé por las escaleras y salí del edificio, caminaba a paso lento mientras miraba algunas tiendas pero de repente alguien me hizo caer.

Era David, me tiró al césped detrás de unos arbustos y se puso encima de mí.

-Oye chica, ¿acaso eres una espía de la escuela?

-¿Eh?

-¡No te hagas la tonta!

Me apretó fuerte las muñecas.

-¡Oye, eso duele! ¡Sólo vine a dejar unos apuntes!

-¿Unos apuntes?

Se quitó y se sentó, me alejé de él por lo menos unos tres metros.

-Será mejor que no me estés mintiendo.

-Le dije que no moviendo la cabeza.

-Disculpa, pensé que me ibas a decir que fuera a la escuela, como esa profesora.

Me paré y me fui alejando de puntillas sin que él se diera cuenta.

-¡Oye si te vi! ¿Cuál es tu nombre?

Él y su rareza, yo y mi desinterésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora