Adiós Milán

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   Stephan POV

   Yo estaba tan ilusionado en aquella primera cita en la que descubrí a una mujer interesante, sexy, divertida y autentica. Tengo que reconocer que me enamoré de ella sin pensar en que tal vez tuviera la mente nublada por el enamoramiento. Ese amor ciego que pone tu vida patas arriba, que te rompe esquemas y que te hace más feliz. Disfruté de mi amor unos cuantos meses.

 Luego la venda se cayó.

La venda se caía y yo me la ponía de nuevo. Las promesas de las primeras semanas no se cumplían. Al primer malentendido, descubrí que ella no practicaba el hábito de la comunicación como me había asegurado, sino el hábito del desprecio y del reproche. 

Pero yo me empeñaba en ocultar la verdad. 

Otro tanto ocurrió con la primera mentira, que puse tanto empeño que ya la he olvidado. Pero sé que hubo una primera mentira y luego llegaron las demás.

Con el paso de los meses, la venda apenas podía mantenerse en mis ojos.

 Estaba claro que me había enamorado de una mujer egoísta , egocéntrica y manipuladora. Pero aún sin venda, lo difícil era aceptarlo. Al fin y al cabo se trataba de un error mío. Uno más de mis errores de apreciación con las mujeres. Puede que ella maquillara su personalidad con maestría, pero era mi responsabilidad intuir lo que había debajo de ese maquillaje.

Mis amigos decían que tenía un novia encantadora. Mi familia creía que había encontrado, por fin, una pareja estable, de esas para toda la vida. Pero si pensaba el resto de mi vida con ella, me empezaba a ahogar. Algo fallaba, en algo me había equivocado. Me había equivocado en la elección de la mujer tanto como en el momento. Pero seguía con ella, como si una fuerza más poderosa que la razón me impidiera alejarme de aquel error.

Tuvo que ser ella, vencida por la necesidad de buscar nuevas presas. A mí ya me tenía y entonces empezó a perder el interés. Soltaba la cuerda que nos unía con la esperanza de que yo entendiera la indirecta y me marchara discretamente.

  Pero ella no sabía que soy muy persistente en mis errores.

Así seguimos un tiempo viviendo un amor de mentiras, indiferencias y rechazos, hasta que ella se agotó.

Porque fue ella y no yo quien dijo adiós. Porque yo me quedé con las ganas de dar el portazo, pero no tuve valor, ni fuerzas para hacerlo. Si ella me ató, ella me liberó. 

Y aún duele, porque estoy cansado de empezar de nuevo, de terminar y vuelta a empezar. Estoy cansado de amores equivocados. Por eso he decidido cambiar, dejando atrás mi pasado. 

Dejando atrás la ciudad que me dio todo. No podría estar más en Milán sin acordarme de ella. Estaba presente en cada calle, en cada rincón.

Sin embargo [..] Lo difícil no es olvidar el pasado, es olvidar el futuro que imaginaste.

METAMORFOSIS [El Shaarawy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora