Era una mañana como cualquier otra,el cielo se encontraba gris, en él ya no quedaba rastro del resplandeciente color escarlata que mostró alguna vez al amanecer, las calles se encontraban solitarias y el viento acariciaba las hojas de los árboles cuyas hojas comenzaban a caer a causa del otoño.
Las personas se encontraban todas resguardadas en el interior de sus casas siguiendo misma rutina de siempre: las amas de casa se apresuraban a preparar el desayuno para la familia mientras que los hombres mayores que trabajaban en el exterior se preparaban para salir a sus trabajos; mientras los más jóvenes preparaban sus libros y demás utensilios para su tiempo de estudio.
La vida parecía normal al igual que su rutina las calles y todo lo que los rodeaba la ciudad pero ya nada era normal, después de las labores del hogar las amas de casa se veían obligadas a permanecer en sus casas mientras que la mayoría de los hombres se la pasaban fuera en los trabajos que tanto odiaban, al cumplir la mayoría de edad cuando se consideraba que eran lo suficientemente maduros para salir al exterior, les eran asignados empleos que se definían a través de máquinas que seleccionaban el área de trabajo de cada hombre: los más fuertes, valientes y disciplinados se convertían en soldados mientras que los más curiosos e inteligentes se volvían científicos y los demás eran asignados a labores como la cosecha y elaboración de alimentos, construcción de edificios y los demás aunque eran importantes eran considerados menos importantes; los menores resultados, se veían obligados a estudiar, la educación ya no era como antes pues ya no había escuela,todos los estudiantes se quedaban en sus casas y aprendían por medio de pantallas en las que se mostraban vídeos interactivos sobre materias y temas distintos, los libros eran repartidos por correo y los exámenes se hacían en línea y tenían que esperar un lapso de un mes para recibir resultados, ya no interactuaban con otras personas, los estudiantes mayores de 12 años podían comunicarse con otros a través de la red, podían pasar horas hablando con otras personas sin ver su rostro y sin saber su verdadero nombre siquiera, las políticas de esas nuevas redes sociales eran muy estrictas respecto a la información personal los usuarios tenían que permanecer bajo sobrenombres y no podían compartir mucha información personal.
Mientras tanto en la calle de los sauces al final de una hilera de casas muchas de ellas lujosas y elegantes con ventanales extensos y brillantes a través de los cuales se podía observar una gran variedad de muebles y cachivaches la mayoría de ellos apretujados se encontraba una casa vieja y destartalada de aspecto lúgubre y olvidado, en la parte de enfrente se hallaba la puerta de madera desgastado y de aspecto antiguo que daba al vestíbulo, junto a ella se encontraba una pequeña ventanita de madera que daba hacia la calle y sobre el tejado de un color azul pálido se asomaba un pequeña chimenea de concreto sin color.
Aquella casa era habitada por una familia humilde. la madre se paseaba por la cocina pensando en la elaboración del alimento del día, era una mujer de aspecto desgastado, robusta de mejillas sonrojadas y una larga melena de color negro azabache que le caía a la cintura y sus ojos eran de un negro muy intenso. Su hijo adam subía a su habitación era un chico delgado de aspecto saludable y atractivo de pelo negro y ojos grises se movía al interior de su habitación rebuscando entre el estante el libro que utilizaría ese día,a él le parecía aburrido tener que aprender a través de un televisor y aveces contemplaba el exterior con la ilusión de poder salir algún día, aún faltaban 2 años para que pudiera contemplar el exterior y deseaba que el tiempo se fuera como un rayo. sin embargo no se imaginaba lo que ocurriría esa tarde...