Desastroso corazón

Uno.

Aún recuerdo aquel día, cuando mis lágrimas invadían completamente mi rostro.
Sólo pude sentir sus brazos a mi alrededor y decir:

–Te necesito en mi vida Mariana.
–No es cierto, tú no necesitas a nadie más que a ti mismo, y esas palabras las recuerdo perfectamente, las dijiste la semana pasada...¡Por dios! Derek, deja de fingir que te importo, porque si lo hicieras no habrías roto mi maldito corazón. –Estaba molesta, pero era tan estúpida que solo con unas palabras y miradas caía tendida a sus pies.
-Te necesito Mariana, tu haces mis días más fáciles. Tú, si tú eres la única que puede convertir este caos en algo maravilloso, con tu amor Mariana siento que puedo lograrlo todo–Sus ojos, sus hermosos ojos color avellana irradiaban un brillo impresionante, ese brillo cuando alguien mira algo que ama, era una lástima... Derek no me amaba.
Y en ese momento me di cuenta que debía dejarlo ir, el formaba un caos dentro de mi...
Ese insomnio en las noches por no dejar de pensar en él... Preguntándome si se encuentra bien o si ya comió o cosas simples como esas, el hecho es que lo único que podía pensar era en él.
Él me hacía sentir tan bien como jodidamente mal a la vez y no me importaba..
Mi única preocupación era el ser reemplazada, en este punto si le daría la razón, soy una chica común que hace cosas estúpidas como todos pero que también es lo bastante aburrida para que las personas se vayan de su vida... No podría engañar a nadie diciendo que Derek no se iría, porque... Porque simplemente es él. Pero por una vez en la vida iba a poner mi vida por encima de las demás e iba a ir en busca de mi felicidad.
–No puedo Derek, la chica vulnerable no caerá de nuevo a tus pies...–lo empujé y sólo pensé en escapar tras esos corredizos angostos del callejón.
–Mariana–gritó.
Iba a dejar el pasado atrás, esta es la nueva Mariana.
En esa chica iba a convertirme.
En esa perra sarcástica y sin sentimientos.