Cansancio... y ese sueño que te impide permanecer completamente en el mundo real.
Cerrar los ojos... saborear esos dos segundos de sueño que en ese momento son invaluables... abrirlos... darte cuenta con fastidio que debes permanecer despierto... suspirar... esa exhalación en la que tratas de expulsar toda esa pesadez...
Ser un idol... ser parte de U-Kiss... las cosas siempre habían sido así. Dormitar tras bambalinas y salir a sonreír en público, ante las fans, casi nuestra única recompensa. Pero invaluable.
Cantar, bailar, saludar, dejar salir un poco de encanto y regresar. Todos se dejan caer en los sillones, exhaustos.
-Ánimo, pronto descansaremos.- Me doy cuenta de lo agria y casi cruel que es mi mentira, todos lo notan, pero ser el líder a veces me obliga a hacerlo. Todos ellos me sonríen y luego bromeamos un poco. Ser mis donsaengs tampoco debe de ser cosa fácil.
El más pequeño de todos se ha quedado dormido, nadie lo ha notado, sólo yo. Pero, es mi deber, ¿cierto?, estar al pendiente de todos, cuidarlos. Sin embargo con él... mi preocupación siempre ha sido mayor. Es por que es el maknae, ¿no?, todos debemos cuidarlo. Todos se han ido a cambiar, todos excepto nosotros dos, él debido a su profundo sueño y yo... yo sólo lo observo.
-Hyung, ¿no vas a cambiarte?, pronto vendrán por nosotros e iremos a comer.- dice nuestro carismático rapero más que cansado, hambriento. Sacudo la cabeza.
-Sí, es sólo que... pensaba si sería prudente despertar a Dongho.- Eli me mira y se encoje de hombros.
-No le des tantas vueltas a algo tan simple.- me sonríe y se aleja.
Quizás no debería, quizás era algo extremadamente simple, pero las cosas simples siempre me han obsesionado y... tratándose de Dongho, todo lo hacía, pero... Es sólo por que me preocupo por él, ¿no?
Suspirar... me cambio y deshago del maquillaje. Lo hago deprisa por que sé que no todos están listos, por que sé que Dongho sigue dormido con el vestuario y maquillaje encima. Me abrigo con mi sudadera y regreso a donde me encontraba... él sigue dormido... suspirar.
-Es hora de irnos.- anuncia el manager desde la puerta -¿todos listos?.- "no", es mi respuesta fría, pero silenciosa.
-Aún no hyung.- es lo que dejo salir -Dongho se ha quedado dormido sin cambiarse- mi interlocutor niega con la cabeza -¿podemos llevarle así?, ya se cambiará cuando regresemos al departamento, si hay algún problema con la televisora con respecto al vestuario yo pue... .- soy interrumpido.
-Te preocupas demasiado.- dice el manager negando, pero ésta vez con una sonrisa -No habrá ningún problema, yo me encargo. Vayan a la VAN.- me sonríe y sale.
Sonrojarse... Pero sólo es vergüenza por mi exagerada preocupación, ¿cierto?. Miro al resto, todos están tomando sus cosas, yo pongo mi mochila al hombro y tomo a Dongho entre mis brazos antes de que alguien más lo haga. Pero es por que sé lo cansados que están todos y es mi responsabilidad como lider, ¿no?.
Nos dirigimos a la VAN, acomodo a Dongho en el asiento trasero con cuidado de no despertarle. Me quedo contemplándolo unos segundos, pero, sólo me aseguro de que no se despierte, ¿verdad?.
-Hyung, todos los demás también debemos subir, ¿sabes?.- me dice por encima del hombro Kiseop en tono bromista -Déjanos hacerlo.- susurra mirando al suelo haciéndome notar que les bloqueaba la entrada debido a mi ligera distracción.
-Oh!, perdonen.- dejo salir una risita nerviosa, de ese tipo de risitas nerviosas que siempre he odiado, que siempre he creído estúpidas y falsas... pero salía naturalmente.
¡Adiós televisora!, hoy sólo queda en la agenda del grupo la cena juntos y un merecido descanso después de cinco días de no parar. Llegamos al restaurante y todos bajaron.
-Hyung, ¿qué hacemos con Dongho?.- pregunta Hoon dirigiéndose a mi.
-¿uh?.- fue la respuesta mía y del manager mientras girábamos la cabeza para ver a Dongho aún profundamente dormido en el asiento acurrucado con el incómodo vestuario.
-Hay que dejarlo dormir.- digo mirándolo con una sonrisa -podrá cenar en el departamento.- el manager asiente y bajamos detrás de los demás.
Cenar en grupo... Todos ordenan lo que más les gusta, pero yo he pedido "Takoyaki", ese platillo que tanto le gusta a Dongho. Lo pido recordando que en casa no hay otra cosa más que ramen, sabiendo que Dongho está cada vez más fastidiado de él y lo frustrado que probablemente me sentiré de no poder darle nada más. Pero, es sólo por que siempre trato de que todos estén lo mejor posible, ¿no?...
Sacudir la cabeza... No... no era por eso, ya me había hartado a mí mismo, desde hacía mucho tiempo, de todas esas preguntas. No lo había pedido por eso. Lo había pedido por que en lo único que estaba pensando era en la carita somnolienta de Dongho al ser obligado a despertar al llegar a casa, y en esa carita de emoción que estaba seguro que pondría en cuanto yo le dijera que cenaría "Takoyaki". Y lo había pedido por que me moría por ver esa sonrisa que me dirigiría al tiempo que decía "Gracias hyung". Sonreí cuando me entregaron mi pedido y luego ordené lo que iba a cenar yo.
-¿Eso es para mi?.- preguntaba detrás de mi esa vocesita somnolienta inconfundible para mí, me giré y no pude evitar reír. Ahí estaba Dongho, en su elegante y peculiar traje blanco y los ojos chorreados de delineador mientras se tallaba uno de ellos.
Reír...
-Sí Dongho, es para ti.- le sonreí y le ofrecí el plato.
-¡Gracias hyung!.-
Ahí estaba esa sonrisa, esa sonrisa que yo quería ver, esa sonrisa que estaba declarando como mía aunque lo supiera solo yo, le alboroté el cabello, terminando de destruir el peinado que llevaba, para luego reunirnos con los demás.
[...]
Llegar a casa... bajar a Dongho en brazos una vez más y llevarlo a su habitación, dejarlo en su cama, contemplarlo con toda la libertad del mundo, al saber que nadie me observaba...
-Eres tan especial.- susurré inclinándome un poco a su rostro y llamándome estúpido mil veces por tratar de evadir esa verdad hasta entonces -Descansa Dongho.- dije y aparté cuidadosamente el cabello de su rostro, me incorporé y me dispuse a salir...
Presión en mi muñeca... Dongho me detenía.
-hyung... hyung también es especial.- me sonrojo, lo miro notando la misma reacción en su rostro y me siento en la orilla de su cama mirándolo sin decir nada -Te quiero.- deja salir y siento como se forma una estúpida sonrisa en mis labios...
Besarlo... su juventud estando tan cerca de mis veinticinco años...
Abrazarlo... Saber que ya no habría más preguntas.
Dongho... No era sólo el maknae.
Fin