Parte 3

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La pequeña asiente enérgicamente tomando un tronco algo pesado pero tenía que ayudar a su padre así que comenzó a rodarlo por el suelo haciendo reír al mayor –Esa es mi niña grande- dice este mientras su hija pasaba por el ¨puente¨ al otro lado con facilidad -¡Vamos papi!- le grita a su padre dándole ánimos para que pasara al otro lado, este tanteando con extremo cuidado donde pisaba calculo mal cayendo de lado al rio con los troncos por encima suyo; maldita la hora en que llovió tanto las últimas semanas, había arrastrado la mayor parte del fondo asiendo más hondo de lo que esperaba. –¡¡PAPA!!- grito sumamente asustada la pequeña tratando de acercarse ayudar a su padre a salir del rio lo más rápido posible -¡¡QUEDATE EN LA ORILLA CARIÑO, NO TE HACERQUES!!-, -¡PERO PAPA TE ESTAS UNDIENDO!-, -¡VE POR TU MADRE Y TRAIGAN ALGO CON QUE SUJETARME, VE RAPIDO NO PODRE ESTAR A FLOTE MUCHO TIEMPO!-.

La pequeña corrió lo más rápido que sus pequeñas piernas y su vestido le proporcionaba, llego a su casa agitada encontrando rápidamente a su madre atendiendo la huerta, esta al notar a su hija alterada, asustada y sin su padre al lado pensó lo peor, cuando esta le explico lo sucedido la mujer dejo caer los utensilios de jardinería corriendo al lado izquierdo de la casa tomando entre sus manos una larga y gruesa cuerda colándola por su brazo derecho y cuello corriendo al rio rápidamente, al llegar mira como su esposo se esforzaba por mantenerse a flote.

-¡MERRY AYUDAME NO AGUANTARE MUCHO!- dice hundiéndose más y dando bocados de aire, -JOSUE AGUANTA UN POCO MAS HAY TE VA LA SOGA- dice la mujer rápidamente desenrollándola y lanzándosela con todas sus fuerzas. Al notar como su esposo se aferraba fuertemente se acercó a un enorme árbol amarrando en su tronco la soga y saltando al rio a por su amado, -¡SUJETATE FUERTE!- ahora ambos en el agua, la pequeña solo le quedaba esperar a la orilla del rio mientras los dos se acercaban lentamente, empapados, las ropas sucias por el lodo y hojas secas de los árboles pegadas a ellos.

Tras este tremendo susto ya todos se encontraban comiendo plácidamente a la mesa, dieron gracias por los alimentos dados y por el milagro de seguir vivos; frente a ellos se mostraba una deliciosa comida, cerdo bañado con mantequilla, relleno de verduras recién cosechadas de la huerta, una jarra de agua fresca sacada del pozo tras la casa, una hoya de barro negro de tamaño mediano con una crema de hongos y patatas, una canasta con 5 panes recién hechos y para el final un poco de frutos recién cortados, terminando de comer el hombre va de nueva cuenta al bosque a terminar sus labores, madre e hija levantaban los restos de comida para tirarlo a unos cuantos metros alejados de la casa alimentando a unos cuantos lobos que por lo visto tenían domesticados, al regresar sacaron agua del rio lavando los platos y demás.

Capítulo 1 La luz Despues de la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora