Maggie

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Maggie estaba podrida de la profesora Sprout, más que cualquiera en toda la escuela. La chica se rió al recordar cuando su amiga Kate comentó que las modelos de Victoria's Secret eran su motivación para hacer ejercicio, mientras ella dijo que la suya era la primera persona que se le paso por la cabeza, la obesa profesora Sprout. Kate casi se atraganto a carcajadas en cuando la mencionó.
No pudo evitar reír por lo bajo con aquellas memorias, volteo la mirada esperanzada hacía su costado izquierdo y sintió un fuerte peso en el estomago cuando vio el asiento de su amiga vacío, como la extrañaba. A Maggie, o "Mags" como le solía llamar Kate, no le quedaba otra que prestar atención a la clase, pero esto le presentaba otro problema, además de la posibilidad de quedarse dormida, claro (lo que le pasaba muy a menudo): le resultaba imposible dejar de observar el rostro a Sprout. Se pintaba tan mal, con la ralla del delineado por en medio del párpado y un tremendo rubor de payaso, pero sin duda la frutilla del postre era aquella enorme verruga oscura que tenia sobre el labio superior. <<Tan asquerosa, tan peluda... Encima no para de moverse>>.
Tenía que buscar una forma de distraerse, porque de otra forma la única solución sería el suicidio. Asomo su celular por debajo del pupitre y abrió su chat de What's App con Kate, escribió: Esta Sprout me da cien patadas, no veo la hora de que maten a esta a bruja. Por el bien de toda la humanidad. No tuvo que esperar mucho ya que Kate no tardo en responder: Pensé que era un zombie, había escrito y a continuación le envió una imagen. Era un foto de Michael Jackson en Thriller y Kate había hecho un excelente trabajo, remplazando su rostro por el de la profesora estando enfadada, una foto que le pudieron sacar así y era de lo más chistosa. Tenía el rostro rojo como un tomate y gritaba con la boca abierta hacia arriba como si fuera un pajarraco.
Fue tarde para Maggie cuando se encontró con Sprout casi encima de ella, observándola con el ceño fruncido. La joven se quedo petrificada, blanca del miedo y en medio de un grito silencioso, como si hubiera visto realmente s un zombie. No solo la había atrapado con las manos en el celular y con la imagen abierta, si no que lo que le llamo la atención a la profesora fue la tremenda carcajada que soltó la alumna con lo que Kate había enviado. Al ver la cara de Mags cuando la profesora golpeo el banco con un puño y ella salto del miedo, toda la clase hizo escuchar su risa. La joven pocas veces se había sentido tan humillada como aquel día. <<Siempre estas cosas me pasan a mi. ¡Mierda!>> pensó.

En no menos de media hora, Maggie se encontró a si misma en el aula de detención, aunque no antes de haber sido regañada por Sprout, el director y sus padres por teléfono. Y encima, debía estar en esa sala durante todo el día, <<¡que garrón, por Dios!>> pensó. Junto a ella se encontraba Adam, el único en toda la escuela que mataría por ella, aunque a Maggie no le movía un pelo, es más, a veces pensaba que era gay. Lo apreciaba por ser tan bueno con ella, pero había ocasiones en las que no lo soportaba por lo meloso que era. Esta es la razón por la que levanto la mano y le pregunto a el profesor en el escritorio si podía ir al baño.
- Quince minutos. - dijo y siguió haciendo un sudoku.
Maggie aprovechó la ocasión y salió a las corridas a los desolados pasillos, viendo que nadie la siguiera. Se apuro a llegar al baño de mujeres más cercano, entró en el mismo y se apoyo sobre la puerta. Se dejo caer lentamente y por fin, dejo salir las lagrimas. El piso se sentía muy frío y su llanto hacia eco en todo el baño. Quería estar con su amiga, nada era lo mismo sin ella. No pudo tener su apoyo hacia dos semanas, cuando sus padres se separaron. Necesitaba estar con ella y contarle como se sentía, y era consciente de que Kate tampoco estaba tan bien, le contaba que no conocía a nadie y que no tenía amigos.
Maggie quería estar ahí para hecharle una mano, pero la distancia estaba impidiendo su amistad. Ella, quien ya yacía sentada en el piso, lloraba como una niña. <<¡Quisiera que todo vuelva a ser como antes!>> se quejó y golpeo el piso con tanta fuerza que le dolió. Entonces, tal y como era su personalidad, tuvo lo que llamaba "una asombrosa idea" y lentamente comenzó a calmarse y a dejar de lloriquear. Siempre le decían que se le ocurrían las cosas más retorcidas, y que nunca funcionaban, pero esta vez no dejo que el miedo consumiera esa llama y decidió maquinar un plan. Pensó en cuales eran sus ahorros y en cuanto le costaría viajar, fue ahí cuando su mirada se ilumino y se levanto del piso lentamente. Se acerco al espejo del lavabo y comenzó a secarse las lagrimas con las mangas del buzo. La morocha de ojos avellana tenia el rostro rojo, no pudo evitar reír al pensar que tenía la cara tan colorada como su profesora y solo por diversión, la imitó en el espejo.
- Señorita Hopkins, será mejor que salga ya de mi clase, ahora... - dijo a regañadientes. - Será mejor... ¡Que se vaya a Los Angeles!
Maggie soltó un chillido de felicidad e inmediatamente se tapo la boca, por miedo a que la descubrieran. Entonces, divisó la pequeña ventana al costado derecho del baño. Rápidamente, se seco los ojos con papel de manos y se acerco a la salida de aquel infierno llamado colegio. Quiso subir, pero no alcanzaba. Se sintió una idiota cuando se cayó queriendo trepar la pared, por eso tomo el tacho de basura y se subió al mismo. <<¡Llegué!>> se dijo a si misma en medio de su risa de hiena, para cuando alcanzo la ventana y comenzó a subirse, ya estaba... Paso hacia al otro lado y ahora se tiraría, ¡pero escucho que alguien se acercaba al baño y del miedo, se lanzó de una!
- ¡Ahhhg...! Creo que me rompí la espalda, como duele... ¡Ayuda!

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⏰ Última actualización: Aug 16, 2015 ⏰

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