Capítulo 1

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Me llamo Jake Peterson, tengo 18 años soy de estatura mediana, tengo ojos azules y pelo oscuro, vivo en una aldea junto a mi hermano mayor Kenzo.

No soy una persona "normal" porque soy una especie de hombre-gato, ya que mi padre también lo era. Suelo aparentar como un humano fisicamente, pero suelo "transformarme", mis ojos se vuelven rojos, me suele salir una cola negra, colmillos y garras. Cuando sucede esta tranformación tengo como ventaja el aumento de fuerza y velocidad, pero la desventaja es que no me gusta mostrarme como un gato ya que la mayoría de las personas al verme piensan que soy un "demonio" y eso me suele traer varios problemas, además de que debo de beber sangre humana o de animal para aumentar mi poder (obviamente la humana es mejor) pero trato de no hacerlo, no digo que me caen bien los humanos pero tampoco quiero ser un monstruo. Si, se lo que están pensando, "¿Sos un vampiro también?" Se puede decir que si, soy como un "gato vampiro", lo se, nuestra raza es muy extraña. También lo que me produce ser un hombre-gato es que a partir de los 18 años me vuelvo inmortal.

Mis padres murieron por una enfermedad cuando tenía 15 años, mi hermano fue el que me ayudo a superar la perdida de nuestros padres también, me ayudo a continuar con mis estudios y entrenamiento que solía hacer con mi padre para poder defenderme cuando sea más grande y tenga a personas a quien proteger.

Mi poder no es solo la fuerza, sino también la voz. Al cantar creo un área de música que esto confunde al contrincante, al producir esta confusión, con mi velocidad y fuerza, ataco al oponente. La canción que elija es según el contrincante, porque algunas pueden llegar a matar o herir gravemente al oponente con solo escucharla. Obviamente tengo una gran voz y de vez en cuando suelo tocar algún instrumento, también compongo mis propias canciones.

Al cumplir los 18 años mi hermano y yo nos separamos por un largo tiempo, al poder mantenerme solo, sin la ayuda de ningún responsable, empezar a tomar mis propias decisiones y protegerme solo. Kenzo nunca me quizo decir a donde se iría, lo unico que me dijo era que iba a estar muy lejos ya que iba a hacer un viaje muy largo y que no lo iba a ver por mucho tiempo. Por mi parte, deje la aldea y también empecé a hacer un viaje por mi cuenta, para poder entrenar con fuertes oponentes y superar mis propios limites.

---- 2 años después ----

Después de una dura batalla con un Demonio muy poderoso, estuve caminando horas y horas con mi brazo sangrando por la herida que me había hecho en aquel enfrentamiento. Tenía hambre, estaba cansado y no tenía a donde ir hasta que llegue a una laguna, me senté en las orillas de esta y empecé a limpiar mi herida con el agua de esta.

Mientras frotaba el agua sobre mi herida en el brazo pude sentir que alguien estaba corriendo cerca de esa zona, me levanté, agarré mi katana y fui a investigar. Al caminar unos cuantos pasos entre los arboles y arbustos llegue a una aldea.

Me crucé con una niña humana. Tenía el pelo blanco y largo, ojos verdes y aparentaba tener 10 años. Esta se acerca a mi y yo le digo que se aleje mostrando mis colmillos con los ojos rojos bien abiertos. Mi brazo seguía goteando pequeñas gotas de sangre, necesitaba encontrar un lugar donde pueda esconderme y poder curarme.
La niña no se alejo aunque parecía un poco asustada. Se escuchaba que los aldeanos estaban en movimiento entonces la niña no dudo y me agarró del brazo sano y me llevó a su casa. Al llegar asoma su diminuta cabeza por la pequeña grieta que había en la pared para ver si los aldeanos se acercaban.
Suspira al ver que sus pensamientos eran erróneos y saca una caja que tenía medicinas y vendas para curarme la herida en el brazo.
- ¿Por qué lo haces? - le pregunte confundido.
Ella me miró y me dedicó una sonrisa humilde. Me imaginé que no solía hablar mucho, pero al demostrarme su bondad me di cuenta de que era una buena persona ya que era raro que un humano me tratara de tal forma.

Cuando terminó de curar mis heridas me ofreció algo de comer, y lo acepté. Mientras estabamos comiendo accedió a hablarme.
-Te ayudé porque ví que estabas lastimado, además si no fuera por mi nadie te habría ayudado. - me decía mientras comía. En esta aldea son todos así, te tratan mal.
- ¿Y tus padres? - le pregunte haciendo una vista en general de la humilde choza donde vivía.
- Murieron hace un año.. los aldeanos dicen que fueron asesinados por unos ladrones. Desde ese entonces vivo acá y trato de sobrevivir con lo que puedo - me dijo cabizbaja.
Fue en ese momento cuando me di cuenta que esta niña estaba sufriendo lo mismo que sufrí yo al perder a mis padres. La única diferencia es que ella esta sola.
- ¿Cuál es tu nombre?- le pregunté tratando de desviar el tema.
-Me llamo Wendolyn Woods, pero me dicen Lyn.-me respondió.
- Yo me llamo Jake Peterson.- le dije devolviéndole el tazón con una sonrisa.

At the end of dawnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora