Prólogo

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"Un alma gemela no es la persona que te hace ser la más feliz, pero sí quien te hacer sentir más" Sierra DeMulder

Cuando por fin apareció el rostro de Shawn en su computador se sintió completa; ya hace una semana que no veía su rostro.

Con las piernas pegadas a su pecho, en vuelta en su manta rosada y una sonrisa en el rostro lo saludo. Él ya no se veía igual a como la última vez que lo había visto, se había cortado el cabello, ahora lo llevaba bastante corto a los lados y largo arriba, se veía bastante extraño para ella.

- ¿Amor? - la voz de ella lleno la pequeña habitación del campus universitario de él. - ¿cómo has estado? -pregunto antes de que él pudiera decir algo.

- Hola -Allegra se dio cuenta que algo ocurría con él. -Necesitaba hablar contigo.

- Lo sé, yo también. No sabes cuánto te he extrañado esta semana. - Dijo sonriéndole aún más. Ella lo amaba profundamente. Más que a nada.

Se conocieron durante la secundaria; ella recién se había mudado y no tenía ningún amigo, él era su nuevo vecino. Se odiaron al principio, pero mientras los meses pasaron el odio se convirtió en el más puro amor que Allegra alguna vez habría podido sentir. Pero cuando terminaron la secundaria y cada uno decidió que hacer con su futuro se tuvieron que distanciar; creyeron que sería fácil ya que solo estaban a cinco horas el uno del otro. Tenían un plan, que lamentablemente funciono solo un par de meses. Para este momento ya llevaban ocho meses en la universidad y no se habían visto en persona desde las fiestas navideñas, en las cuales tuvieron una pelea sobre la nueva amiga que Shawn había encontrado.

- No es eso. -Se encogió de hombros ante la atenta mirada de ella. -Necesito hablarte de nosotros.

- ¿Nosotros?

- Sí, nosotros... tu y yo. - Respondió fastidiado.

La morocha lo miro por unos segundos antes de asentir con la cabeza, indicándole que siga hablando.

El suspiro y se mordió el labio inferior; solo hacia eso cuando estaba demasiado nervioso. Algo está mal con él.

- No puedo seguir con esto. -Soltó de repente.

- ¡¿Qué?!

- Necesitamos terminar, -dijo serio. - Esto ya no da para más, ya no te amo.

Allegra se sintió patética, se sintió traicionada... solo quería llorar; pero principalmente quería reclamarle el por qué terminaba con ella. Abrió la boca para hablar, pero lo único que salió de sus labios fue un estruendoso sollozo; puso ambas manos sobre su rostro, secando las lágrimas que ya habían comenzado a caer sobre sus mejillas.

- Deja de llorar. -La voz que escucho no le pertenecía a Shawn.

Saco sus manos de su rostro, para ver a la dueña de la voz.

Una chica pelirroja, con cabello de leona y los ojos verdes claros. Ella era la chica de la navidad. ¡Por ella la estaba dejando!

De pronto lo único que sintió fue odio, odio del más puro por aquella chica que creía que le podía quitar a su novio, ¡el futuro padre de sus hijos! ¡Su todo!

- Cariño, él ya no te quiere. Es lo mejor para ti. - Dijo la chica.

- ¡¿Y a ti si te quiere?! - Hablo con dificultad. El odio con las ganas de llorar se le habían mezclado en la garganta.

- ¡No! - La chica sonrió, como intentando aguantar una carcajada. - ¡Shawn y yo solo somos amigos!

- Claro, solo amigos.

¡Tonterías! Ella gustaba de él, lo pudo notar hacía meses en las navidades y ya lo había engatusado. Y ahora que él ya estaba enamorado de ella hacia que terminara con Allegra para poder ocupar su lugar.

- Allegra, ella no tiene nada que ver. - Comenzó a hablar Shawn.

Allegra pudo ver como Shawn la tomaba de la cintura como si quisiera protegerla de ella. ¡Esto debería ser una broma! Pensó Allegra.

- ¡No me jo... - Entonces antes de que ella pudiera terminar su frase y comenzar a despotricar contra ellos, la conexión se terminó.

¡Le había cortado!

Allegra en fugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora