9 años antes
Gabriel tenía 19 años cuando perdió a su madre, eso no fue un gran problema para él, ya independizado y viviendo lejos; no fue así para el pequeño Kyan, 13 años menor. Todo era sin lugar a dudas más difícil para el pequeño, sobretodo teniendo en cuenta que no solo había perdido a uno de sus progenitores, sino a ambos. Gabe y Kyan eran medios hermanos, compartiendo tan solo madre y no se veían mucho, de hecho tenían mucho tiempo sin verse cuando el funeral los reunió.
Gabe se puso su traje, el mismo que había usado en su graduación de preparatoria. Ahora, mirándose en el espejo de cuerpo completo del baño, su atuendo no le parecía el correcto: el traje estaba arrugado, sus zapatos sucios y tenía el cabello demasiado largo, aunque tampoco es como que hubiera tenido tiempo de preparar las cosas, todo había sido demasiado repentino. Un momento su madre estaba allí, llamándolo cada noche para hablar de su día, y luego ya no, simplemente había un hueco y Gabe se sentía aturdido al intentar pensar como llenarlo.
Sus pensamientos pronto se dirigieron inevitablemente a su hermano menor, el pequeño Kyan. Sus padres se habían separado hace ocho años y poco después de que Gabe se mudara con su padre a otra ciudad, su madre le había anunciado su nuevo compromiso y luego el embarazo. Gabe había asistido obligado a la boda y al posterior nacimiento de su nuevo hermanito, al cual no quería conocer. ¡Él era hijo único! Era el varoncito, el consentido por no haber más niños alrededor y los celos lo invadieron por completo cuando supo que nacería un niño, el cual por ser el pequeño se volvería el preferido. Pero todos sus celos y malos deseos se desvanecieron en cuanto vio a aquel niño de cabello negro y ojos inquietos. Pasó un tiempo con su madre, disfrutando de su nueva compañía, pero no pasó mucho para que se diera cuenta de que no pertenecía allí, en esa nueva familia, y regresara con su padre a su vida habitual, volviendo a su estado de hijo único.
Ahora, seis años después, un impredecible accidente de auto se había llevado a la pareja, dejando ileso solamente a un niño indefenso que lloraba en el asiento trasero. Ahora ese mismo niño se mantenía impasible sentado en una silla frente a los ataúdes gemelos. Sus pies colgaban inmóviles mientras Gabe se acercaba para sentarse a su lado.
-Hola, Kyan- lo saludó con una sonrisa tímida, sin saber como comportarse con un niño en un funeral.
El niño lo miró por un instante, los ojos achicados como si lo examinara, antes de desviar la vista y volverla a posar al frente. No contestó.
-¿Te acuerdas de mí?
Pasó tanto tiempo antes de que Kyan respondiera, que su hermano mayor creyó que no lo haría.
-Eres Gabriel, mi hermano.
-Eso es- al interpelado se le escapó una sonrisa a pesar del ambiente fúnebre-. Ha pasado un tiempo, creí que no me recordarías.
-Dejaste de visitarme.
¿Eso era un reproche?, pensó Gabe mirando con curiosidad al pequeño, se veía tan diminuto, pero su tono de voz era perfecto, las palabras pronunciadas con total claridad y su seriedad era la de un adulto.
-Sí, lo siento.
Luego ambos se sumieron en un silencio fúnebre tal como lo marcaba el desgraciado acontecimiento. El acto se llevó a cabo y luego se reunieron en la casa donde había café y galletas para las personas que se quedarían a velarlos. Gabe dejó a su hermano en un sillón en la entrada, desde donde el niño aceptaba las sonrisas compungidas de los adultos que llegaban y se mantenía en silencio. Después de su corta plática, Gabe no lo volvió a oír hablar en lo que quedaba del día.
Mientras tanto, él se paseó por el lugar, saludando viejos conocidos y relacionandose con muchas nuevas personas, todos lo saludaban y reconocían, como siempre, lo mucho que se parecía a su madre. Gabe sabía que era mentira, él era el vivo retrato de su padre, no de su madre, pero aceptaba las palabras con una sonrisa amable y seguía con la plática. Después de un rato decidió darse un respiro de toda la gente y se acercó a la mesa de comida, su estómago clamando por alimento. Fue entonces cuando lo oyó.
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El crimen perfecto
Short StoryCuando Gabe decidió adoptar a su medio hermano tras la perdida de los padres de éste, nunca se imaginó que sería tan difícil, ni mucho menos se imaginó que se vería envuelto en dos asesinatos donde el principal sospechoso sería su hermano pequeño, K...