-¡Muy bien chicos! ¡Prepárense!-La temible entrenadora Aida Riko, sonrío de manera dulce, provocando que los integrantes del equipo de baloncesto de Seirin, se pusieran azules debido al miedo.-¡Como ya saben, hoy tenemos juego de practica!-Todos asintieron con temor, aquello no auguraba nada bueno.-¡El equipo al que nos enfrentaremos hoy es... Tōō Gakuen!
-¡¡¿AH?!!
Todos comenzaron a alegar y gritar que aquello era muy repentino. Obviamente a nadie le agradaba que de buenas a primeras les dijeran que jugarían con el más temible de la generación de los Milagros.
Todos estaban con cara de cansancio, miedo y hasta coraje. Todos, excepto un pelirrojo. A él obviamente le encantaban los retos, y que mejor si el reto era Aomine Daiki.
Sabia de antemano que el chico era en extremo bueno, casi invencible. Pero aquello solo lo hacía más interesante. Además, a Kagami le gustaba Aomine.
Le había costado admitirse lo a si mismo. No es que él tuviera algo en contra de que le gustara un chico o algo por el estilo. La verdad era lo que menos le importaba. Pero, estaba el gran detalle que no era cualquier chico.
Era Aomine.
Conociéndolo, seguramente lo rechazaría de inmediato.
O eso fue lo primero que pensó al reconocer que le gustaba, pero, después, con el tiempo y los constantes encuentros con Daiki, se percató de que el moreno no le era indiferente en lo absoluto.
Era él moreno el que lo buscaba mas seguido, ya sea para jugar un one on one, videojuegos, ir a comer, o simplemente se lo encontraba por "accidente" y terminaban pasando el día juntos.
De aquello ya habían pasado algunos meses de su segundo año en preparatoria. Ahora se encontraban en invierno, casi llegando a las finales de la winter cup, en la cual se iban abriendo paso tranquilamente.
Pero aún así no bajaban la guardia, y era por ello que ese día tendrían entrenamiento con la academia Tōō.
-¡¡YA ES SUFICIENTE!!-La gran vena en la frente de la entrenadora hizo que todos se colocarán derechos en sus puestos y sudaran frío. Nada peor que contradecirla.-¡Cielos! ¡Vayan a alistarse! ¡Tōō no tarda en llegar! ¡Así que vayan a prepararse de inmediato!
Todos salieron disparados hacia los camerinos. Era mejor obedecer a la entrenadora.
-¿Estas emocionado Kagami-kun?-La voz tranquila de Kuroko hizo que el pelirrojo brincara en su lugar.
-¡Joder Kuroko, no hagas eso!-Apretó su camiseta cerca de donde se encontraba el corazón, dramatizando el susto que se llevo. La sombra suspiro de manera cansada, iba a replicar, pero se detuvo cuando vio un pequeño sonrojo en la cara del mayor.- ... Tal vez... Este emocionado... Solo un poco.
-Un poco, ¿eh?-Kuroko no pudo evitar sonreír al ver como Kagami se rascaba la mejilla con nerviosismo.-¿Se lo vas a decir?
-¡¿Ah?!-Ahora la cara del pelirrojo competía con su cabello. Él sabía perfectamente a que se refería su sombra.-¡P-P-P-Por supuesto q-que n-n-no!-El peli celeste se había dado cuenta inmediatamente que a Kagami le gustaba Aomine, y viceversa.-¡¿Como pretendes que se lo diga aquí?!
-No dije que aquí...-Volvió a suspirar.-Me refería a que si se lo dirías hoy...-El mayor volteo la cara y soltó un fuerte suspiro. ¿Sería capaz de decirlo hoy?
-T-T-Tal vez...-Sonrío aun sonrojado. No es que estuviera evitando el decírselo al moreno, pero es que simplemente no encontraba el momento adecuado para decírselo.
-No busques el momento perfecto, Kagami-Kun... Hazlo perfecto.-Dijo la sombra leyendo sus pensamientos sin darse cuenta. Se dio media vuelta y salió de los camerinos dedicándole una sonrisa al mayor.
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I love you, Daiki.
FanfictionPor algún extraño motivo, Kagami ahora es un pequeño niño de 2 años y medio. Nadie se explica como aquello pudo haber sucedido, ni como pueden solucionarlo. Pero lo mas raro y estresante de todo, es que el pequeño pelirrojo no quiere por ningún moti...