Todo había comenzado como un día normal, como un lunes de cada semana ,como los primeros rayos de sol en un día nublado, me desperté desgraciadamente como siempre, con los gritos de mis dos hermanos pequeños que por rutina se peleaban todas las mañanas, a veces incluso sin tener por qué, sin tener una razón. A pesar de eso estaba feliz, y pensé, hoy si, hoy será un gran día, decidí levantarme y abrir la ventana para contemplar la inmensidad del sol sobre el cielo azul, el sol brillaba como nunca lo había hecho, los pájaros cantaban en el alfeizar de la ventana y podía escuchar el sonido de las olas del mar batiéndose sobre las piedras cercanas a la orilla. De repente escuché pasos cercanos a mi habitación, probablemente fuese mi madre que venía a avisarme para que fuera a desayunar.
Pero no todo fueron sonrisas y diversión para Stephanie, ya que el mundo había dado un giro de los acontecimientos...
Yo no paraba de escuchar esos pasos, cada vez se iban acercando más y más y cuándo pude ver que ya estaban en la puerta decidí ir a abrir para que mi madre pudiera entrar,no había nadie, absolutamente nadie en el pasillo, que podría haber pasado? A pesar de no haber ninguna persona cerca, yo seguía escuchando esos pasos atronadores que seguían en mi cabeza y no se iban, ya me empezaba a asustar y fui a junto mi madre a comentárselo, bajé al piso inferior y allí estaba,sentada en la mesa de la cocina tomándose un café como todas las mañanas, nada más atravesar la puerta mi madre ya intuyó que me pasaba algo, pues mi rostro se había vuelto grisáceo y estaba pálida, le dije lo que me había ocurrido pero ella no se lo creyó, pensaba que era una excusa para no ir a clase, y me mandó a mi cuarto a vestirme. Por extraño que parezca yo aún seguía escuchando aquellos pasos que cada vez estaban más cerca de mi, como si me persiguieran, me vestí con lo primero que encontré en el armario y fui a peinarme, al terminar, me miré al espejo y.... de repente el cielo se tornó de colores grisáceos me giré tras llevar una sorpresa inesperada, al volver a entrar en razón volví a mirarme al espejo y pude ver como rápidamente un destello pasó por delante de mis ojos y se quedaba en medio de aquel inmenso cristal, poco a poco fue tomando forma, hasta que pude ver que era....