Capítulo 1

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Narra John

- ¡LENNON! ¡MCCARTNEY! ¡¿CUÁNTO MÁS LOS VOY A ESPERAR?! -Gritó Brian desde afuera del hotel.

Brian había estado esperando en el auto junto a los otros, pero al ver que no bajábamos abrió la puerta y comenzó a vociferar al igual que lo hacen las madres cuando sus hijos no bajan a comer. ¡Genial! Me había librado de la tía Mimi pero ahora a quien tenía que soportar era a él. Aunque, siendo sincero, a pesar de que Brian estuviese constantemente encima mío, presionándome para que me tome las cosas en serio y, como siempre decía, para que madure un poco, que de hecho me había pasado la vida entera sin conocer el significado de esa palabra, lo quería bastante. Siempre estaba pendiente de cada uno de nosotros, sobre todo de mí. Obviamente, yo sabía el porqué y de hecho no me molestaba en lo absoluto, sobre todo porque podía sacar ventaja de ello... Y ya sabes, siempre es mejor ser el favorito.

- Bueno, bueno, que ya bajamos, hombre. -Asomé mi cabeza por la ventana para responder y al mismo tiempo darme cuenta de que si no estábamos en ese auto dentro de 30 seg. habrían dos personas menos en la banda.

- ¡No me hagan subir! -Gritó una vez más, si hay algo que realmente odiara era ese tono autoritario por parte de Brian.

- ¡Ya está, hombre! ¡Que ya bajamos, relájate un poco! -

Fue lo último que dije para finalmente cerrar la ventana y voltear a ver a Paul, quien seguía tocando unos cuantos acordes en la guitarra de lo más normal, como si no hubiese escuchado todo el griterío de hace un momento.

Y es que así era Paul, cuando cogía esa guitarra y posaba sus dedos sobre ella era como si inmediatamente desapareciera de este mundo y viajará al suyo propio. Entraba en una especie de trance, por así decirlo. No importaba qué tan alto le hablaras o incluso si llegases a gritarle, no valdría de nada, él no te escucharía. Se concentraba tanto en la guitarra y en las melodías que iban llegando a su cabeza que hasta llegué a pensar muchas veces que había hecho una clase de pacto con el diablo para conseguir ponerse en ese estado que hacía que la inspiración le llegara sola... De hecho, aún sigo creyendo esa teoría. No solo por la forma en la que él se perdía con la guitarra, sino porque también lograba que todo aquel que lo escuchara o lo viera se perdiera tanto o más que él. Era realmente mágico. Sí, quizá esa sea la palabra.

Pero lamentablemente ahora no estamos para estos momentos mágicos y reflexivos, si no nos damos prisa llegaremos al set de grabación... Pero por partes.

- Su Majestad, ¿podría parar un minuto con eso y dignarse a mover su trasero hasta el carro de allá abajo? -Dije haciendo una reverencia al mismo tiempo, cuando por fin pude salir del trance en el que Paul y su guitarra me habían sumergido.

Milagrosamente, Paul percibió que le estaba hablando y paró de tocar, cosa que era muy extraña porque como ya dije, él jamás escucha a los demás mientras toca. Al parecer, no solo había escuchado mi voz, sino también lo que dije; así que solo se dignó a esbozar una media sonrisa con cierto toque de superioridad, guardó la guitarra en el estuche y se aproximó a la puerta, mientras yo solo lo seguía con la mirada.

- ¿Qué no vienes, Lennon? - Dijo volteando a verme mientras abría la puerta.

¡Pero si el que estuvo tonteando todo el rato fue él! Definitivamente, este chico era increíble. Me parece que hasta el momento jamás había conocido a alguien así, con un aire de superioridad tan natural que parecía que era normal para él. Debo admitirlo, el niño era muy brillante con la guitarra y hasta era guapo incluso, y eso no solo lo sabía yo, sino todos los que nos rodeaban y sobre todo él. Si yo aprovechaba el ser el favorito de Brian para conseguir beneficios para la banda, como que nos dé un par de horas libres para salir por ahí, descansar o quizá solo tontear; Paul usaba el hecho de que era muy guapo para conseguir beneficios para sí mismo. Siempre era el último en aparecer cuando Brian pedía que nos reuniéramos; sin embargo, jamás era reprendido por Brian, al menos yo jamás lo oí llamándole la atención. Ah, pero si George, Ringo o yo se nos daba por aparecer a la hora que quisiéramos... ¡Vaya que se armaba un lío!
Además, habían muchas otras cosas que Paul recibía solo porque tenía su apariencia a su favor. No estoy seguro de si podría decirse que Paul "seducía" a Brian, no creo que lo hiciera realmente a propósito, o quizás sí, ese niño era muy inteligente; lo cierto es que conseguía todo sin ningún esfuerzo, cosa que me enojaba un poco pero al final lo dejaba pasar porque sabía que el favorito siempre iba a ser yo.

A hard day's night.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora