Realmente me preguntaba a menudo si algún día podría ser feliz. Es decir, era feliz, o eso creía.
Cuando vives en una sociedad donde todo ya esta breve mente organizado, donde todos saben lo que tiene que ser, y como debes relacionarte, suele ser; tedioso, horrible, pésimo, asqueroso, cansado, estúpido, anormal etc.. No me sentía bien, me sentía como, alguien mas, como, otra persona mas en otro mundo en otra galaxia, y se supone, basándome en mis libros viejos, a los cuales mis amigos los llamaban "aburridos" se supone que en la vida debes sentirte como dueño de algo, dueño de tu mundo, dueño de ti. y como era bastante obvio, yo no me sentía así.
Me llamo Jordana, J para los amigos, o Jordan, como sea. Tengo 15 años, joven lo se, pero si me vieras en persona, creerías que tengo unos dieciocho por lo menos. Vivo en Denver Colorado, con mi madre y mi padrastro Dave. Mis padres se habían divorciado cuando tenia nueve años, y, por supuesto fue una gran vuelta de trecientos sesenta grados. Mi padre vive muy cerca de nosotras, ya que últimamente hemos tenido muchos problemas de comunicación, es ridículo, soy una adolescente, no entiendo porque tanta desesperación, deberían entenderlo.
La chicharra ha sonado, las clases, obviamente han empezado, y mierda, hace un calor que mata, tengo las axilas sudadas, y la frente mojada, asquerosa.
Maybel esta esperándome en la puerta del aula, con una gigantesca camisa de cuadros, parece frustrada. Ella es mi mejor amiga, y a pesar de haber tenido unos pequeños inconvenientes, hemos logrado superarlos. Es como mi hermana, sabe mucho de mi, y yo de ella. Es de caderas anchas, demasiado diría yo, los chicos de la escuela la molestan y morbosean con ella, no puedo imaginármelos tocándose mientras piensan en sus voluptuosas caderas, "cerdos asquerosos". Es bonita, aunque no se arregla mucho, no le gusta llamar la atención, y menos mas de la que ya tiene gracias a su gran cuerpo. Su cabello en grueso, y con ondas ligeras, castaño claro, y un poco teñido de negro en algunas partes. Usa unos lentes gigantes cuadrados, y sus mejillas están rosadas por el calor intenso.
Mientras que yo... yo tengo un cuerpo, raro, o por lo menos yo lo veo así. Tengo kilos de mas, eso es claro, unas piernas demasiado grandes, con caderas, planas, por decirlo así, casi sin forma, y mi estatura no ayuda mucho. Mi cabello es... castaño obscuro, con unas partes rubias, teñido. Es lacio, y ondulado a veces. Soy de piel morena, y amarilla. No me considero guapa, aunque varios chicos me han tirado los perros, la verdad es que me da igual. Solo he gustado de un chico en especial "Rowan" idiota. Jamas debí compaginar con el, pero que va, si soy una grandisima boba, como siempre. Con el, solo llegue a unos cuantos toqueteos y demás, nada grave, realmente fue cosa de días, pero creo que de alguna manera me encariñe con el aunque su vida fuera un asco, y el una porquería.
-Vamos, entra ya, que no tengo tu tiempo, maldita sea.- gruñe Maybel con los dientes apretados.
-¿que sucede?- pregunto atontada por el calor.
- Es... "Andres"- dice, y sus mejillas se ruborizan al instante.
-Ah vaya, pero si se ha adelantado este mes.
-Cállate. ¿traes una toalla, un tampón?- preguta agachando la mirada.
-Claro.- digo poniéndome el tampón entre los dedos como si fuera un cigarrillo.
-Idiota.- gruñe una vez mas.
Solo veo como sale corriendo, y desaparece del aula. En ese instante entra Rick, mi mejor amigo hombre. El es gordito, y gracioso, me hace reír demasiado. Ya me ha aclarado muchas veces que le gusto, y una vez me beso, pero, realmente, no gusto de el, aunque suene, muy cruel por decirlo así. Muchos de mis amigos me han dicho que debería tener algún tipo de relación con el, porque, es bueno, en distintos sentidos, y lo se, créanme que lo tengo mucho en cuenta, pero lamentablemente, ni el ni nadie causa, o tiene un poder en mi, incluso mi artista favorito.
-Hola bonita.- me dice Rick desde el otro lado del salón mientras me siento en mi pupitre.
-Hola baboso.- digo mientras rió contra mis manos.
-Vaya, pero si eres un amor Jordania.- dice enseñándome la lengua.
- Calla.- le respondo poniendo los ojos en blanco y sonrojandome.
-Guarden silencio.- anuncia la profesora de Español.
-¿puedo pasar?.- pregunta Maybel con los labios mas rosados que nunca.
-Pasa, y siéntate.
Maybel se acerca a su asiento y un chico decide hacerle un comentario:
-Culo grande.- dice mientras los demás ríen en silencio.
En ese momento, siento como la sangre subía por mi cabeza tan rápido, que hasta yo misma me he sorprendido, y cuando menos me había dado cuenta, palabras de mi boca brotaban sin parar.
-¿Por que no cierras la boca, y te comes la mierda que sale de ella?, idiota.- dije en voz alta, mientra mis manos formaban dos puños a mis costados.
-Cálmate, solo era una broma.- escupe el chico mientras levanta las manos.
La maestra me miraba, al igual que todos mis compañeros de clase. Me veían como un bicho raro, incluso Maybel, Rick, no demasiado, pero en su mirada se notaba la decepción. Mis dientes estaban apretados, mi mandíbula cansada. Toda la maldita clase y las que faltaban en el día, me la pase así.
Era hora de salir... por fin, dios bendito, ya era hora, y miren que yo, en realidad no soy muy católica que digamos. Mis pies caminaban sin parar, solo veo como mis tenis negros avanzaban con rapidez y astucia. Las suelas estaban algo desgastadas, y las agujetas algo rotas. No se que rayos me sucede, no entiendo por que ando por la vida solucionando los problemas de los demás, y queriendo defender a todos sin pesarlo, y lo pero, cuando todos te ven como el experimento fallido de tus padres al fornicar, porque así me siento, como una falla en la ciencia, y diablos, no se por que me enoja tanto eso.
Mi mano toca la puerta de cristal, y quieren abrirla para poder salir de esto a como de lugar, pero, algo detiene mi movimiento. Una chica, esta recargada en la grande puerta de la entrada, con un cabello lacio y corto, castaño. Es un poco mas baja que yo. Tiene una camisa de cuadros roja, pantalones de mezclilla, y unos converse blancos viejos. Trato de hacerles señas para que se mueva, pero ella esta de espaldas, al parecer fumando un cigarrillo. Levanto la mano por un minuto, y la observo, hasta que decido pegar despacio en el cristal. Un fuerte sonido se escucha tras mi golpe en la puerta, mas fuerte de como quería que sonase. La chica, da media vuelta, y su cabello se hace a un lado de su cabeza. Tiene los ojos delineados en color negro, los labios algo resecos y rosados, y como predique, un cigarrillo en la mano derecha. Sus manos parecen frías, tiene las uñas cortas y sin pintar. Sus dedos tienes pequeños callos en las yemas de los dedos, como si hubiesen tenido mucha fricción con algo. Sus ojos se encuentran con los míos con una mirada profunda, casi dolorosa e incomoda. Su mano asciende a la manija, y la jala hacia si.
-Lo siento, no te había visto.
-Ah, ah... no, no pasa nada.- respondo con la garganta seca e inerte.
-Vamos, avanza, no tengo todo el tiempo.- me dice la chica mirándome las piernas.
-Gr... gracias.
-De nada.
Siento su mirada, la siento fija en mi mientras me alejo, mis piernas avanzan aun mas rápido que antes, y no logro parar. Por alguna razón, no conseguía respirar bien.
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Mi ultima palabra.
Teen FictionAdentrare a una historia diferente, ya que vamos, siempre conlleva a un chico y a una chica, pero, ¿cuando te preguntaste que las historias de amor también pueden tratar de homosexualidad?.